Capítulo 12.

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"Tanto me hiciste dudar que terminaste con todo lo que sentía por ti"

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Las enredaderas siguen su camino, creciendo en donde se las deja ser. Sin marcar un camino fiel de la parte del hombre. Creciendo donde tiene espacio, entre o arriba de sus obstáculos, encontrando siempre la forma. Sola. Como la mano de Harry que toma la mía en estos momentos. Su enredadera interior, o por otros llamados "instintos" se ven reflejados en tal acto de pura crueldad de la que no sabía que emanaba; Hipocresía con esas sensaciones de superioridad. Dicho acto era mal llevado, no justificado en el tono del "porque" ¿O sí? La rabia jugaba, de un lado al otro, escondiéndose detrás de pequeños hechos y palabras nunca dichas, o directamente si elaboradas, juntando propósitos irregulares con el pensamiento del de afuera, al margen, buscándole lo que de verdad se representa.

Tardé en reaccionar para sacar suavemente mi mano de la suya, sin querer generar polémica.

Harry no replico, pero Katlyn parecía hacerlo con la mirada, cuando se percató del pequeño enlace deshacerse.

Increíblemente como las pinturas; Su grisáceo humor se dio media vuelta nuevamente mirando la ventana y experimentando de nuevo las risas de colores diferentes, rosas, azules, verdes...

Suspiré sintiendo la parte alta de mi garganta cerrarse en un raro nudo y luego abrí mis ojos como platos.

-¡Chris! ¡No puedes tirar a Petuto o Enrique por la ventana! Ven, dámelos...-Regañe al niño arrebatándoles a los dos perros que lo miraban asustados a mi hermanito, y este tenía su mirada en mi con el ceño fruncido, enojado.

-¡Entonces quiero tirarles un- -

¿Qué eh creado?

-Chris, tú no tirarás absolutamente nada-Repliqué pasando por su lado y sacando a Sarah, que casi le tira su libro de After a una camioneta.

Jesús, este libro es la biblia.

-Váyanse todos de mi cuarto-Pedí mirando a todos comprensiva.-Por favor-Agregué buscando la acción en ellos.

Las facciones de todos eran de pura confusión. Parecía que un balde de agua fría había sido arrojado arriba de cada uno de ellos.

-¿Por qué? Si tú nos has llamado-Preguntó inocente Katlyn, enrollando un rizo de Harry en su dedo índice.

-No me gusta tener mucha gente aquí- Murmuré mirando el suelo.

Ya para esto Sarah espetaba desde el marco de la puerta y Chris afuera.

Mi hermana mayor se acurrucó en el pecho de Harry; Pero este solo se limpió el borde de su boca con su pulgar, como siempre. -Dos aquí son multitud ¿No es así, Harry?-

Desesperación. Esa es la palabra clave.

La descripción del rostro del chico tinta, luego de que Katlyn escupiera sus palabras, no tenía número. O, sí, pero eran millones; Su rostro no tenía color. O tal vez sí, pero estamos daltónicos. Aquellas facciones apresuradas y sorprendidas era sinónimo de palabras que se están por inventar; indescifrables, injustas y difíciles en cual otro idioma sin saber.

Regulé mí respiración a la vez que las dos siluetas altas se marchaban de mí habitación. A los ojos y reflejos de un Búho, cerré la puerta.

Caminé tranquila hasta mi cama, me senté en el borde de ella, y luego, delicadamente tomé mi almohada y la puse contra mi rostro.

-¿¡Por qué mierda dijo eso Katlyn!?-Grité, claro, amortiguando el alarido con la tela.

La nota de Nathan. Ella debió leerla.

Small Details |H.S| ✘ EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora