Capítulo 23. #Losses

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(Losses-Pérdidas) último capítulo.

"A veces no sé qué hacer contigo, pero tampoco sé que hacer sin ti".

Llegué a un pequeño plan con ayuda de los nervios y culpa luego de estar encerrada escasas horas.

Levante la bandeja de plata fina donde se encontraban las tazas, vasos y migas del budín. Antes de abrir la puerta exhalé como para no volver a respirar.

Caminé sin pensar hasta la cocina, no ojee la sala por miedo y lave las cosas que el chico había traído para nosotros. Ni dos segundos más esperé cuando terminé, dando una sonrisa sola a mí reflejo dando una vuelta al ala que compartía. La mueca se deshace cuando no encuentro a quién quiero y arrugo el entrecejo. Me disparo hasta la tele encendida en medio del hall, y con la vista verifico la soledad.

Suspiro diciéndome que es solo unos segundos extras que tengo para tranquilizarme, pero hago lo contrario al no ver las maletas que dejé hoy en la mañana en el cuarto de Harry cuando lo quise buscar allí al chico. ¿Qué?

Me desespero y quiero caer de nuevo en el cuarto que habitaba por menos de lo que quería. Veo a Harry salir del baño con distinta ropa a la que poseía hoy y su pelo mojado.

Evita mí mirada y no sé cómo reaccionar. ¿Se lo digo ahora? ¿Luego? ¿Espero que hable?

--Allyson-llama él cuando entra a su habitación. Lo persigo sin anhelo.

Cuando llego está resguardado casi dentro de su armario. Veo gotas que se cuelan de sus rizos chocolates en su camisa abstracta.

--¡Allyson!-vuelve a decir sin percibir mi presencia.

Me hago recta.

--Aquí-contesto al pie de la puerta-estoy aquí.

Harry se da la vuelta alzando un poco los ojos, y luego sigue con sus gestos fríos.

--Tenías que decirme que me habías escuchado-murmura hundiéndose en su chaqueta negra.

Asiento masticando mi labio y miro el suelo sin saber cómo platicarle sobre la estadía.

--¿Quieres qué- --me interrumpe sin revuelo tomando una riñonera de su cómoda.

¿Quieres qué me quede contigo esta noche?

--Ve a buscar tus cosas a la habitación de invitados, ya te llevo a la casa de quién sea. También llevé las maletas hace un rato a la camioneta-se limpió el labio con el pulgar y me dejó sola en el cuarto.

Hice bolita la idea en mi cabeza y la eché a un cesto de basura.

Busqué con cierta pesadez la mochila y el bolso de mano. Debido a que estaba descalza tardé en ponerme los zapatos. Minutos después me encontré con Harry bobeando con su móvil, recargado en el marco de la puerta de entrada. Sin mirarme me extendió la chaqueta.

Bufé y el chico vio por encima del aparato y siguió con lo suyo. Abrió la puerta y se mantuvo casi en el pasillo cuando intenté pasar con mis escasas pertenencias. Cerró la puerta centímetros después de que la interceptara, golpeando un poco mi hombro.

Le miré mal y no me prestó atención, cerrando con llave.

Bajamos y entramos al auto en silencio. Mis cosas efectivamente estaban en la parte de atrás.

Saqué el móvil sin saber qué hacer con él, tal vez bloquearlo y desbloquearlo para ver la hora cada dos segundos.

--Harry, la casa de Ste-

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