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Capítulo 5.

"Nada pica más la curiosidad de una mujer que un hombre distante emocionalmente y difícil de interpretar".

Luke pegaba sus labios con los míos, nuestras bocas juntas eran un sueño, sus manos vagaban en mi cintura, pase mis manos por su cuello, encontré rizos, y luego Harry era quien me besaba de una forma dulce, delicada y extraordinaria.

¿¡Que?! ¡Pesadilla!

Abrí mis ojos parpadeando, mientras todo mi cuerpo se movía de un lado al otro.

--¡Ally! ¡Despierta--Dijo Chris zarandeándome de un lado al otro.

Bufe y puse la almohada en mi cabeza--¡Déjame!

--¡Ven Harry!--Llamó el pequeño, inmediatamente lo miré.

Mi corazón palpitaba fuertemente mientras me incorporaba encima de la cama. El chico sonrió desde el umbral de mi puerta.

--Harry dice que nos tiene un regalo—musitó emocionado mi hermano.

--¿Y qué hora es?

--Son las once, te dormiste tarde anoche, Ally--regaño Christian. Rodé los ojos, mientras el chico alto negaba con la cabeza.

Harry se acercó a nosotros, con la enorme caja blanca en sus brazos, y se sentó en donde terminaba mi cama.

--Bueno...--murmuró abriendo la tapa. No pude evitar sonreír ampliamente cuando sacó dos cachorros pequeños; uno era blanco como la nieve que nunca vi o toque, y el otro era de un color negro oscuro, muy oscuro, semejante a la noche.

--¡Quiero el negro!--Pedí y Harry me lo dio.

Eran las cositas más ternuritas y lindas de mundo.

Miré a Chris, quien tenía la boca abierta, se le veía emocionado --¡El blanquito es más mejor!

--Es mejor—lo corregí.

Christian me miró—Sí, ya sé que es el mejor—habló extrañado.

--Olvídalo—mascullé.

Miré al pobre y pequeño animal entre manos—Aw, Harry—sonreí un poco--, son muy bonitos, gracias.

--El mío se va a llamar... ¡Petuto!--concluyo Chris mirando a su pequeño perro, este le miraba asustado y dormido.

--¿Y el tuyo?—preguntó Harry mirándome.

Christian se fue de la habitación gritando que tenía una sorpresa, se escuchó como bajó de las escaleras, y luego el silencio inundó el ambiente.

--Harry, ¿Cuál es tu segundo nombre?--pregunté mirando al animal a los ojos, -para que quede claro, hablaba del cachorro-.

--Edward, ¿Pero por qué...?

Hice un gesto con mis labios frunciéndolos hacia un costado--¿Eddie?—pronuncié, negué chasqueando mi lengua--No tiene cara de Eddie.

Puse una mano en mi mentón, y roce mis labios con mi dedo índice, haciéndome estremecer, por lo que estuvo allí hace solo horas.

Harry me miraba esperando una respuesta, hasta que sonreí y tomé al perrito de color--¡Enrique!--Exclame haciendo que el perro vea a Harry.

El chico de los tatuajes carcajeó.

--Ponle algo más normal—me arrebató al animal.

Le saqué al perrito de inmediato, este me miro incrédulo.