De rodillas

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—J-Jongseong, ¿acaso tú...? —el menor miró atónito la abultada entrepierna de su novio con un fuerte sonrojo que cubría hasta sus orejas.

—N-No, esto es... ah, maldición. —sus mejillas se tiñeron levemente, mientras se cubría con una mano.

Era la primera vez que Jungwon lo veía de esa manera. Incluso había empezado a preguntarse si Park realmente podía ponerse duro, y ahora que sabía que sí, tenía miedo de lo grande que era.

—Olvida esto. Yo... iré al baño. —se levantó de la cama.

—¿Que lo olvide? Es que... dudo que pueda, es la primera vez que te veo... así. —murmuró rascando su mejilla.

—Lo siento si te incomoda, no era mi intención. —se disculpó.

—No, no, está bien, de verdad. —se apresuró a decir. —A mí también me pasó un par de veces, ¿recuerdas? Y tú... —pasó saliva, jugando con sus manos. —... tú me ayudaste. ¿No podría... ayudarte yo también? — murmuró con timidez.

El pelinegro se sorprendió ligeramente. No conocía este lado de su chico.

—¿Realmente quieres hacerlo? No quiero que te sientas obligado a-

—No. De verdad... me gustaría intentar. —su expresión era determinada, aunque igualmente se notaba su nerviosismo.

—En ese caso... si quieres probar... —volvió a sentarse en la cama. —Ven aquí. Podemos detenernos cuando quieras. —le sonrió levemente, dándole más confianza al menor, que se acercó a pasos inseguros.

"Muy bien, Jungwon, ya leíste bastante sobre esto en internet. Llegó el momento de poner en práctica todo lo que aprendiste."

Pasó saliva y cuando llegó frente al mayor, su mente se puso completamente en blanco.

Genial.

—E-entonces... ¿qué debería hacer? —murmuró enrojeciendo.

Jongseong sonrió con ternura.

—Tranquilo. Te enseñé a besar, y ahora te guiaré en esto también. —tomó sus manos. —Ahora, de rodillas. —ordenó serio.

𝘾𝙃𝙄𝘾𝙊 𝙏𝙄𝙈𝙄𝘿𝙊 » 𝙅𝘼𝙔𝙒𝙊𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora