La guerra de Lan Yuan

Capítulo 41

Algo anda mal con Wei Wuxian. Jiang Cheng está harto de tener este pensamiento. Está harto de tener este pensamiento mientras se encuentra en medio de otro conflicto.

-No permitiré que le hagan daño a mi sobrino,- afirma Zewu-Jun.

Está de pie con una mano escondida detrás de la espalda, como si estuviera en medio de nada más tenso que una lección en Cloud Recesses, cuando más se ha colocado frente a Jiang Cheng y Chifeng-Zun, parado de espaldas a la pared lejana. Confía en un Lan para mantener ese equilibrio incluso cuando se esté preparando para discutir con sus compañeros.

-Por supuesto que no,- dice Chifeng-Zun calmandolo. -El chico estará a salvo. Nadie puede afirmar que es un enemigo. Xichen, es poco más que un bebé y es un Lan.

-¿Cuánto importará eso una vez que la gente escuche que su madre era Wen?,- Pregunta Wei Wuxian.

Se para junto a la puerta, como si necesitara una salida clara, y sus palabras son amargas.

-¿Quién se atrevería a amenazar con dañar a un miembro de la familia principal de Gusu Lan?,- Demanda Jiang Cheng. -Los únicos que se han atrevido a hacer algo así en la memoria viva han sido Wens".

-¿Eso significa que nadie más que un Wen es capaz?,- Pregunta Wei Wuxian. -¿Crees que todo el mal del mundo se acumula en la Secta Wen, sin dejar nada para nadie más? ¿Crees que cualquier otra secta es justa?

Hay un tono mordaz en su voz que no aparece cuando solo está siendo difícil o está jugando. Wei Wuxian está enojado, disgustado, asustado y Jiang Cheng no entiende por qué. Han ganado esta horrible y sangrienta guerra. Finalmente. Y Wei Wuxian parece decidido a iniciar otra.

-¿Justo?,- Pregunta, luchando por esa autoridad tranquila que Zewu-Jun maneja incluso con su hermano en su lecho de muerte, o la confianza irascible de Chifeng-Zun. No puede hablar como quiere, no en una reunión de líderes de secta, por informal que sea. -Ni siquiera se trata de ser justo. Cualquiera sería un idiota si atacara a la familia de Zewu-Jun. ¿De qué se trata esto, Wei Wuxian?

Wei Wuxian se burla y aparta la mirada.

-Wei Wuxian,- dice Zewu-Jun, -mis preocupaciones son por mi hermano y su hijo. No es mi manera de discutir ampliamente los asuntos del clan, pero todos en esta sala saben que Wangji ha sido objeto de rumores. Algunos de ellos no son comprensivos y no quisiera que empeoraran.

Con su fijación en Lan Wangji, eso debería ser algo con lo que Wei Wuxian pueda estar de acuerdo. Pero, por supuesto, su hermano no puede facilitarle las cosas a Yunmeng Jiang.

-¿Y a quién le importa lo que le suceda a cualquier otra persona que sea Wen, verdad?,- Pregunta Wei Wuxian. -O quien viva en la tierra de los Wen. Mientras podamos fingir que A-Yuan no está relacionado con ellos, podemos dejarlos morir.

-¡Wei Wuxian!

Jiang Cheng ha estado tratando de mantener la compostura frente a los otros líderes de la secta. A-Jie siempre ha sido mucho mejor para mantener la calma, mientras que Jiang Cheng sabe que su temperamento se enciende rápidamente. Solo ha empeorado desde que Lotus Pier cayó, y no puede permitirse el lujo de verse débil e inestable frente a sus compañeros. ¿Pero esto? Wei Wuxian tiene que ser eliminado de cualquier estado de ánimo extraño en el que se encuentre. No puede decir cosas como esta a los líderes de ninguna de las sectas, y mucho menos a dos de las grandes sectas.

Si solo Jiang Cheng supiera cómo transmitir eso sin gritar. Por ahora, el nombre de su hermano es dicho como el golpe de un látigo.

Wei Wuxian lo fulmina con la mirada.

-¿Y qué propones que hagamos con nuestros enemigos?,- Pregunta Chifeng-Zun. -¿Dejar que se reagrupen y nos ataquen de nuevo?

-No todos nos atacaron antes,- dice Wei Wuxian, pero al menos ha controlado la emoción en su voz. Suena más tranquilo. No más suave, pero menos acalorado, menos hosco. Su mandíbula está tensa. -Díganme, honorables líderes de secta, ¿está toda la gente de sus tierras en nuestro ejército? ¿Todos han matado a un Wen?