5.- ¿te Cuento Una Historia? "

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En toda la tarde su padre no llegó a casa, no se sabe si es una buena o mala noticia aun, ya que, puede que el hombre llegue tarde y más furioso, mientras Alice ayudaba a cocinar a su madre, le comento sobre su dia (saltándose un pequeño detalle cuyo nombre es Eduardo) comieron en silencio y después de lavar los trastes, fue a su habitación a hacer sus deberes, estaba concentrada en estos hasta que siente unas delicadas manos en su cintura, se sobresalta, ya que su padre nunca sea atrevido a tocarla, al darse vuelta, se topa con los alegres ojos de Eduardo, que la miraban con ternura y admiración, ella estaba sonrosada debido a la cercanía de sus caras, al poder reaccionar, lo empuja haciendolo caer.

-¿pero que te pasa?! - grito Alice, el chico estaba aun en el suelo, sonrojado y con una leve expresión de dolor- son apenas las 10:00 ¿porque llegas ahora?

-te extrañe- dijo encogiendose de hombros, ahora estaba mas sonrojado-tenemos que hablar Alice.

-siempre pasa algo malo cuando dicen eso

Alice caminó a su cama y le indico a Eduardo que se sentará junto a ella, el la siguió y se sentó rozando su pierna con el movimiento, creandole un choque eléctrico, que solo el podía sentir.

- veras, primero que nada, no me arrepiento de convertirme en humano pero.... - la miro a los ojos, era difícil decirlo, el siempre la había acompañado, pero las sensaciones que ella creaba eran fuentes, el no podía sentir eso, era malo, era pecado, su mundo se iluminaba al mirarla, pero eso no podía ser, era en contra de su naturaleza, y podía ser castigado -  lo que pasa es que...........

-¿es que? - pregunto Alice intrigada, el chico evitaba el contacto visual, eso la hacia sentir mal, ¿a caso se arrepiente de conocerla? ¿le dirá que no quiere volver a verla?

- ya no puedo visitarte en las noches....

-¿que? Porque! ¿es una jodida broma verdad?

-ahora soy humano, bueno casi, no quiero que te enojes conmigo Alice, pero no podría llegar con tanta facilidad ahora..

-entiendo -  Alice tenia lágrimas en los ojos, intentaba contenerla para que Eduardo no lo notará, pero fallo.

El percibió los ojos cristalizados de la hermosa chica  que estaba a su lado, no sabia como consolarla, aunque la a consolado por toda la vida, ahora no sabia que hacer, por instinto, la acerco a su cuerpo, ignorando el recorrido electrónico de todo su cuerpo, se fundieron en un abrazo, tal vez no era el fin del mundo, pero si de su magia, la que habían creado durante esos años, era una despedida, la última noche de secretos, de lágrimas, aunque se verían de nuevo al otro dia, y al otro, y al otro, todos sabemos, que no será lo mismo.

-anda pequeña - le dijo secándole las lágrimas - no quiero que llores, seguiremos viéndonos todos los días.

-ambos sabemos que no será lo mismo.

-lo se, pero odio verte llorar.

Ambos se miraban a los ojos besala gritaba su interior, pero sabía que no era lo correcto, que nunca seria correspondido, que su amor no será aceptado.

-se que me podría hacer sentir mejor.

-¿que cosa? Lo lograría todo para ver tu sonrisa.

-cuéntame una historia

-¿una historia?

-sip, cuando era pequeña siempre me contabas historias.

-emmm okey?

Ambos nos recortamos en la cama, ella rodeó mi cintura con sus brazos y me sonrió, animadome a comenzar.

Había una vez...
Un chico, perdido en el mundo, sin familia, sin hogar, completamente solo, este chico no sabia que hacer, como hacerlo o a quien acudir por ayuda.
Un día sus padres bajaron del cielo, entristecidos por el pobre chico acostado en la calle, se lo llevaron con ellos, nadie se dio cuenta, que el pequeño chico de las calles, desapareció para siempre del mundo humano.

Los años angelicales pasaban, el chico iba creciendo, haciéndose mas fuerte, mas grande, aprendiendo a amar, sus padres eran arcángeles, permitiendole así, ver el mundo perdido, un día, una joven chica le llamaba la atención, la observaba dias y noches, la visitaba a escondidas para consolarla, el quería ser todo para ella.
Todos notaron el afán del chico, dándole así, el título de guardián, siendo permitído verla cada noche, el chico comenzó s experimentar cosas, cosas prohibidas por el mundo angelical, comenzó a sentir amor, amor por un humano, amor por ella, pecado por ella.

Nadie sabía sobre los sentimientos del pequeño Angel de alas negras, si alguien se enteraba, el caería, pero un día, el sintió el dolor de la chica, por primera vez se sintió el roce de sus pieles, su amor fue mas fuerte, y,  negándose a las órdenes de sus superiores, salto, viajando al mundo perdido, esperando que su amor fuera correspondido, pero ya abajo, se dio cuenta que solo era un amigo, pero aún así, nunca se arrepintió de su decisión

Mi Chico El AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora