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-Antes que nada! Espero que de verdad les guste este capítulo, lo escribí con mucho amor y dejando mi negatividad de lado (por lo menos en este capi) les queria pedir que votarán y comentarán por favor, y de paso seguirme, bueno lean!!! :"3-

Los dias an pasado desde que decidí salir a escondidas con Eduardo, no puedo decir que las cosas van bien, porque mentiría, es horrible verlo todos los días con su pareja, que la trate lindo, y que la bese frente a todo el que este de paso ¿no se da cuenta que me duele? Aunque me ha dicho que terminará con ella, nunca lo hace, siempre lo pospone con la excusa de que "ella es muy frágil para terminarlo" pero yo también soy frágil, mi ser esta repartido en pequeños fragmentos de cristal trazados que cada vez se rompen mas y más.

La felicidad es pasajera, muchas veces sufrimos, mucha veces tenemos que perder mucho para poder abrazar ese pequeño calor embriagador que sólo dura pequeños instantes, pero muchas veces no estamos dispuestos a arriesgarlo todo para ser felices, mi felicidad es a su lado, el es como la luna que brilla en una oscura noche sin estrellas, una noche en el abismo, sin esperanzas ni metas para seguir, asi soy yo, una noche sin estrellas ni esperanza de seguír, hasta que el llego a iluminar mi noche, y dejarla tan radiante como el dia, aunque solo sean pequeños instantes, su luz es lo que vale.

Hoy, es mi cumpleaños, pero como es de esperarse, a nadie suele importarle, o nadie sabe, es sábado, con mi madre comimos pastel y luego me encerre en mi habitación a leer, solo me encontraba en pijama cuando mi madre se asomo por la puerta.

-ali, ire al supermercado con tu padre, ¿quieres ir? Te podemos comprar un regalo.

-no gracias ma-le digo con una sonrisa - no es necesario que me compren algo, diviértase.

-pero hija-dijo entrando a mi habitación - te dije que hoy iríamos a la casa de tu abuela por el fin de semana,¿seguro no quieres ir?

Diablos, había olvidado ese pequeño detalle, pero, no quiero salir de mi casa, Eduardo me visitaría después de ver a sus amigos..

-mama, no me siento muy bien para viajar - mentí - ¿podría quedarme?

Ella titubeo un poco, pero al final se levantó de la cama y camino a la puerta.

-esta bien hija, cuidate, nos vemos el lunes.

Y se fue.

El resto de la mañana lo pase jugando videojuegos, me había bañado, la tarde pasó y no tuve noticias de Eduardo, tal vez olvido mi cumpleaños..

Cuando decidí que ya era muy tarde para que el llegase, me volví a colocar el pijama y me acosté a ver una película si decido quedarme.
Estaba a la mitad de esta, cuando siento unas manos en mi cintura, me sobresalto y miro al lado, alli se encontraba Eduardo recostado junto a mi ¿cuando llegó? Su cabello estaba despeinado como siempre, sus ojos brillaban junto a su linda sonrisa, estaba sin camisa, por lo tanto pude ver su pecho descubierto y sus músculos un poco marcados, llevaba también unos pantalones oscuros, remangados en los tobillos y estaba descalzo, apenas había abierto mi boca para saludarlo, el remplazo mis palabras con su boca, dándome un beso dulce y apasionante como saludo, un beso que hacía que todo mi cuerpo temblara y deseara recibir mas de el, tímidamente se posicionó sobre mi en la cama pero sin recargar su peso en el mio, mientras intensificaba mas y mas la danza entre nuestras lenguas, los sentimientos hacia el florecía mas y más, dirigí mis manos a su sedoso cabello mientras el acariciaba mi cintura, poco a poco, fuimos separando nuestros labios, y nos miramos a los ojos, ambos sonrojados y sonriendo por lo que acababa de pasar, y por lo que pasaría mas adelante.

-feliz cumpleaños pequeña, perdón por llegar tarde, pero te traje un regalo.

Se levantó de la cama, mientras mi corazón seguía acelerado, seguro a sacar algo de su bolso, pero mirada se dirigió enseguida a su espalda, donde se encontraba un tatuaje de unas alas negras ¿cuando se tatuo?

-cuando te tatuaste? - la pregunta salio de mis labios sin poder detenerla, el diseño era hermoso, nunca e visto su espalda, así que quizá lo tiene hace un tiempo.

- no es un tatuaje - comentó despreocupado, mientras seguía buscando en su bolso - son mis alas.

-si claro dije burlesca - el al fin encontró lo que buscaba y se giró con una sonrisa en sus ojos.

-¿no me crees?

-claro que no, es imposible que

-shhh- me callo mientras reia-solo callate y observa.

Se dio vuelta enseñándome su espalda, comenzó a mover sus omóplatos, mientras pequeños jadeos salían de sus labios, su tatuaje comenzó a moverse y, poco a poco fue despegandose de su piel, y comenzaron a formarse unas hermosas alas negras como la noche, no podía creer lo que veia, las alas superaban en tamaño a Eduardo, y este seguia jadeando mientras se encorvaba por el peso.

-a-ahora mme crees? - pregunto dándose vuelta, le caían gotas de sudor por la cara y el cuerpo, su voz era jadeante, y sus pies no tocaba el suelo, producto de sus gigantescas y magestuosas alas.

- son hermosas- exclamé asombrada.

-vamos a dar un paseo- sin poder reaccionar, Eduardo jalo mi mano y se lanzó por la ventana, me aferre a su cuerpo y cerré los ojos esperando el impacto, pero este no llego, sentía la brisa del aire en volverme Junto con sus alas, cuando tuve la suficiente confianza de que no moriría abrí mis ojos, Eduardo me abrazaba desde la cintura y yo rodeaba su cuello con mis manos, el sonreía mientras agitaba las alas, la vista era hermosa, volábamos muy alto y se podía ver la ciudad luminosa, todo era perfecto, todo era...

-es hermoso

-no tanto como tu Alice, la vista que tan hermosa que tienes tu ahora, es la misma que tengo yo cada vez que te veo, te amo.

Sus labios se unieron con los míos, en un beso perfecto, en las alturas, donde nadie nos podía interrumpir, lejos de todos, menos de nuestros sentimientos.....

Mi Chico El AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora