—¡Mocoso ven aquí!, ¡No puedes ir corriendo por el departamento desnudo!
—¡Dehame! ¡No rropa!
Escuchaba Argentina sentado desde la tina del baño, oyendo con claridad los pasos torpes de su pareja y los rápidos de ese pequeño niño ir de un lado al otro.
Se suponía que el surcoreano le estaba bañando, tenía la costumbre de ser él quien lo limpiara luego de tener una noche apasionada pero ahora...con Lima en el departamento las cosas se habían complicado.
Ese pequeño se había metido a la tina de un solo salto para estar con el argentino, terminó siendo limpiado, perfumado y, aunque él asiático haya querido cambiarlo ese pequeño no se dejaba, siendo un total juego para él escaparse del mayor, aunque claro, dejando a un argentino sin ser mimado por su pareja con su "skin care" en pleno baño.
Claro que, a los segundos se pudo escuchar un estruendo, seguido del llanto de Lima y los pasos corriendo del surcoreano hacia el baño.
—¡No fui yo! ¡Esa cosa no es un niño! ¡Es una maldita araña! ¡Lo vi treparse del sofá al cuadro de la sala!
El latino intentó aguntarse la risa, ver el rostro de su pareja asustado y agotado por la inagotable energía de un niño era sumamente adorable pero ver al pequeño Lima venir curbriendo su rostro con su antebrazo, sollozando y llegando a dar un débil golpecito a la pierna del surcoreano totalmente molesto haciendo un puchero, fue demasiado tierno para el argentino.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
ESTÁS LEYENDO
My young boy.
RandomArgentina, tras vivir tantos años de soledad y tristeza, decide por fin acabar con todo, terminar con su pareja, aquel hombre empresario que es mucho mayor que el, irse de la casa en donde vivió más de 7 años, dejar de pensar en que dirán los demás...