🍷Cap. 13

1.6K 152 158
                                    


—¡Eres una mierda! ¡Un maldito bastardo que no se pone los pantalones para solucionar un simple maldito problema!







Gritaba la japonesa caminando de un lado al otro en aquella gran oficina, cruzándose de brazos mientras mantenía su ceño fruncido.

Desde que se había enterado que su "competencia" tenía una casa grande, elegante, que vivía sin hacer nada, ¡Qué incluso tenía una tarjeta de crédito sin límites!, sólo podía sentir su sangre arder del enojo, ¿Como era posible que ese idiota discapacitado tuviera todo?, ¡Incluso había sido su idea tenerlo de amo de casa para que ella no tuviera que hacer nada!.









—Japón, cálmate, vas a llamar la atención de los empleados.









La menor apretó sus puños ante la voz calmada que tenía el chino, prestando atención sólo a teclear en su computadora, ¿Por qué ni siquiera la miraba?, no contestaba sus mensajes o llamadas desde hace unos días, ¿Acaso tanto se tardaría en desempaquetar sus pertenencias?....simplemente bufó con fastidio.

Se fue acercando detrás suyo, observando como iba guardando los datos de la empresa en su nube y pendrive para poder trabajar en su nueva casa, rodó los ojos, le molestaba no tener la misma atención que antes, y todo por un feo e inútil latino que había perdido la memoria.

Así, mientras pensaba llegó a sonreír ligeramente, y es que, vamos, ella era hermosa, tenía un cuerpo que cualquiera envidiaría, entonces, ¿De qué se preocupaba?.









—¿Sabes, cariño? Tienes razón, debería relajarme, entiendo que eres inteligente, un hombre maduro y responsable...sé que haces todo esto por nosotros, para que estemos juntos y felices como antes.







Iba diciendo la japonesa mientras iba haciendo un ligero masaje en los hombros al mayor, usando un tono de voz tranquilo y ciertamente coqueto aunque...al ver que el rojizo se levantaba y se acercaba a un estante a elegir unos libro, gruñó ligeramente.









—¡Ugh! ¡Odio que seas así de distante!, ¡¿Por qué no simplemente lo abandonas y volvemos a lo de antes?!, ese maldito discapacitado no sabe nada, vamonos a otro país, empieza una empresa ahí, ¡No sé!, ugh...¡Todo este estrés me hará mal a la piel!








Dijo con cansancio sentándose en uno de los sillones que había en la oficina de la empresa, viendo como el mayor solo ponía en una caja de cartón sus pertenencias, sin siquiera mirarla, siguiendo en lo suyo...










—Si sabes el porqué hago todo esto entonces deberías tener paciencia. Nos estoy evitando alguna demanda, estoy pagando tu departamento, te doy los lujos que quieres y más de lo que pides, entonces...podrías tener cierta empatia por mi, tengo mucho que hacer.









Japón, ante esa respuesta tan monótona, no pudo evitar suspirar pesadamente, para ella, solo podía escuchar un "lo hago por él", y eso, me causaba ciertos celos.

¿Por qué debía ser asi? ¿No podían simplemente abandonarlo por ahi? ¿No podían dejarlo en un psiquiatrico y decir que estaba loco?..

Poco a poco, sin saberlo...empezó a ver a aquel albiceleste como una piedra cada vez más grande en su camino.

.

.

.

.

.

.

.

.

My young boy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora