Cajas iban y venían, el argentino aún no lo podía creer, era algún tipo de sueño para el, la casa era bastante amplia y de hermosos muebles que combinaban tan perfectamente bien, la luz natural del sol iluminaba de manera cálida su nuevo hogar.
No podía evitarlo, una amplia sonrisa adornaba su rostro, ¿Y como no?, la cocina era una maravilla, tenía tantos cajones, almacenes, el nuevo horno, sistemas modernos...toda una fantasía hecha realidad, y por ello acomodaba con tanto empeño los suministros, sintiendo cierta satisfacción al ver que todo tenía un lugar específico y organizado.
Aún faltaba desempacar varias cajas, acomodar, limpiar pero...al pensar un poco, sintió sus mejillas sonrojarse levemente, de por si mudarse era algo cansador y su pareja seguro también se sentía cansado ¿No?.
Apurado, agarró una jarra, un vaso y una bandeja de madera que tenía, los limpió y colocó jugo para así, dirigirse hacia la parte superior de su nuevo hogar, en donde, sabia que estaría el asiático ordenando su nueva oficina, después de todo, pronto trabajaría en casa, lo cuál, alegraba mucho al menor de sólo pensar que tendría más tiempo para estar a su lado...
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Argentina caminó muy despacio por los pasillos, aún era todo nuevo para el, por lo que aveces solía olvidar donde quedaba ciertas habitaciones.
Claro que, al ver una puerta semi abierta se acercó con cuidado y en silencio, logrando ver la amplia y blanquecina oficina de su pareja y...claro, a aquel rojizo acomodandose sus lentes mientras sacaba unos libros de las cajas.
Esa imagen, esa simple imagen de su novio lo hizo sentir...nostálgico.
Por cuestión de segundos pudo ver a un asiático joven, a aquel chino del que se había enamorado, un hombre maduro, atractivo, de buen y fuerte físico...
Sonrió ligeramente con melancolía, los años habían pasado y recién se daba cuenta, China ya no tenia sus 30 y algo, y eso, se notaba en su apariencia.
Si, seguía siendo atractivo ante sus ojos, seguía viéndolo con dulzura y respeto a pesar de ya notarse ciertos delicados "pliegues" en su rostro a causa de la edad...aún así, seguía siendo su amada pareja.
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My young boy.
AcakArgentina, tras vivir tantos años de soledad y tristeza, decide por fin acabar con todo, terminar con su pareja, aquel hombre empresario que es mucho mayor que el, irse de la casa en donde vivió más de 7 años, dejar de pensar en que dirán los demás...