♡ Día 1. Contacto Visual

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Ese día deseó con todo su corazón quedarse en cama y reportarse como enfermó. A decir verdad, no estaba listo para ir a la oficina, enfrentarse a su jefa, ya que últimamente lo ha tenido totalmente loco.

Desanimado, se va a la regadera, esperando que así pueda dejar que escurra la apatía junto con el agua, pero no le ayuda en absoluto. El agua sale totalmente fría y no le da tiempo de llamarle a su casero para reclamar de esto, ya que él va al corriente con los pagos de la renta.

Con esa fría ducha, lo único que desea es tomar un delicioso café. Pero se terminó el café y olvidó incluirlo en la lista de "cosas por comprar". Suspira derrotado, decidiendo ir al trabajo.

En la estación del tren se da cuenta que va demasiado retrasado y la gente va juntándose. Al abordar, le toca ir parado, no puede ni siquiera darse el lujo de buscar un lugar cómodo.

En un momento, el tren frena de golpe y Giyuu choca con una persona. Antes de que pudiera disculparse, un joven se voltea.

—Lo lamento mucho —dice el chico.

—No, fue mi culpa —contesta el pelinegro—. Disculpa.

Al alzar la mirada, Giyuu se encuentra con unos ojos rojizos oscuros. No había visto unos así tan llenos de amabilidad. El joven también sostiene la mirada con los orbes azules.

Por unos instantes, sus corazones se detienen, no apartan la vista del otro, sintiéndose solos en ese momento. Es como si olvidarán qué están atrapados entre tantas personas.

Las mejillas del joven de cabello burdeos se vuelven rojas. Giyuu también siente el rostro caliente.

Ambos apartan la mirada, buscando con qué distraerse, pero cuando voltean hacia el otro, ambos lo hacen casi al mismo tiempo.

El joven le dedica una sonrisa a Giyuu, quien ahora se siente totalmente rojo, que ni le sirve esconder el rostro.

Al ver que se acerca la estación donde debe de bajar, Giyuu trata de buscar al joven con la mirada, pero al ver cómo la gente se acumula para bajar en esa estación, lo pierde de vista.

¡Qué lástima! Estuvo a punto de pedirle su teléfono si no es mucha molestia. También se acerca a la salida y baja totalmente triste. Busca con la mirada al joven entre las personas que quedaron a bordo del tren.

Demasiado desilusionado, Giyuu decide irse sin poder saber más de ese chico misterioso. Siente una mano toca su hombro y enseguida se detiene el azabache, volteando para encontrarse con el mismo joven.

—Disculpa —dice la persona un poco apenada —. Esto se te cayó.

Alza la mano con la credencial de trabajo del azabache. Si no lo llevaba, lo regañarían.

—Te lo agradezco, me has salvado —dice Giyuu guardandola—. Soy Tomioka Giyuu.

—Soy Kamado Tanjiro —sonríe el chico.

Entonces no saben que decir y al ver la hora, va demasiado tarde.

—Yo... debo irme a trabajar antes de que me descuenten —se disculpa Giyuu.

—S-si, suerte.

Antes de que pudiera decir algo más, Tanjiro se pierde entre toda la gente. Giyuu también se pone en marcha. Se quedó fascinado de haber encontrado a ese joven en el tren. Ojalá lo pudiera volver a ver.

Antes de entrar a la oficina, se golpea con la palma de la mano. Debió pedir el teléfono del chico. Todo se le pasó por culpa de tener una jefa exigente y querer llegar a tiempo.

Lo que pudo alegrar su día, se ha arruinado por completo. Quien sabe si tiene suerte de encontrar al chico de nuevo.

—¡Todo está mal! —exclama una mujer de ojos morados mientras deja caer un montón de hojas—. ¡A parte de que llegas tarde tienes que hacer mal el reporte!

—Lo corregiré —Giyuu toma esos reportes.

—Más te vale que lo tengas para hoy, Tomioka —amenaza.

La joven se aleja, dejando cierta incomodidad en Giyuu y los que alcanzaron a escuchar. Se muerde el labio al ver la enorme torre de papeles entre pendientes, seguro que hoy también se quedará muy noche.

—Te ayudaré con esto —alguien toma una parte de esos pendientes.

Al alzar la mirada, ve a cierto rubio sonriéndole. Giyuu se siente un poco menos agobiado por ello.

—Te lo agradezco mucho, Rengoku.

—Pero a cambio quiero probar el nuevo café que está en esa cafetería. ¡Tienen un capuccino con sabor a patata dulce! —se le dibuja una enorme sonrisa a su compañero.

—Está bien —le devuelve la sonrisa.

Pasa todo el día trabajando para terminar a tiempo y cuando es la hora de la comida, ambos oficinistas se dirigen a la cafetería que Rengoku habla demasiado.

No la había visto, pareciera que se instaló hace unas semanas y nunca se dio cuenta de que existe ese lugar.

Al entrar, nota un delicioso aroma a avellanas y el café. Se nota que es un lugar concurrido por las personas que están sentadas en las mesitas disfrutando del tiempo.

Giyuu y Kyojuro se forman para pedir su respectivo café. Al pasar frente al mostrador, el rubio pide el café que tanto se ha estado saboreando desde que sugirió ir. El azabache pide un capuccino sabor a avellana, que es el especial del día.

—Oh, Kocho me está buscando —dice el rubio al ver su celular.

—Ve, yo espero y subo tu bebida —dice Giyuu.

—Gracias.

Tomioka se acerca a la barra donde esperará su café. Observa al barista como lo prepara, cuidando cada detalle y haciéndolo con mucha dedicación. El joven se acerca a Giyuu con ambos capuccinos.

—Tomioka y Rengoku —los llama.

Giyuu se acerca con la nota de compra en la mano para entregárselo.

—Oh, hola de nuevo.

El azabache alza la mirada y se encuentra con los ojos preciosos que contempló en la mañana. Su corazón golpea levemente en su pecho y siente como la sangre sube a sus mejillas.

¡Qué suerte encontrarlo en ese lugar! Por supuesto que esta vez no dejará pasar la oportunidad de pedirle su teléfono, esperando no verse acosador.

—Hola, Tanjiro.

—Es una suerte encontrarte aquí, me sentía arrepentido de no haberte pedido tu número —dice el de cabellos burdeos igual de sonrojado mientras escribe algo sobre la nota de compra.

—S-si, justo pensaba lo mismo, solo que no quería verme acosador o algo por el estilo.

—No creo que seas acosador. No dudes en llamarme —le guiña el ojo.

Tanjiro le entrega la nota junto con las bebidas y se despide del azabache. Giyuu vuelve a la oficina y en cuanto toma asiento en el escritorio, no duda en agendar el teléfono del joven que conoció esa mañana.

Ahora siente que su día ha mejorado de manera notable, que incluso no le importa quedarse tan tarde trabajando.

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Continuará.

Hola Criaturitas lindas.

Les traigo esta historia que se basará en el flufftober que la página de Es de Fanfics nos ha dado.

Son pequeños relatos dentro de un au, dónde el amor entre Giyuu y Tanjiro va floreciendo. ♡

Espero que me puedan acompañar al final y les guste mucho esta historia. ♡

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