♡ Día 15. Almas Gemelas

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—Cariño, ¿compraste la...?

—¿La mermelada de fresa? Sí, aquí está —Giyuu interrumpe a Tanjiro mientras saca el frasco sobre la mesa.

El menor sonríe y besa la mejilla de su novio. Giyuu sabe que al de hebras burdeas le encanta desayunar en las mañanas pan tostado con mermelada de fresa. Es algo que no se le puede olvidar, aunque a Tanjiro se le haya olvidado agregarlo en la lista.

Esa tarde, Giyuu fue solo al supermercado, ya que su novio está muy ocupado revisando unos planos de su trabajo. Mientras guarda lo que acaba de comprar, observa la pequeña mesa que tienen en la sala y que suelen usar como comedor o para trabajar. Su novio está incómodo en esa posición, pero no tienen otro lugar para que se acomode.

Decide prepararle un poco de naranjada para que se refresque, pues aún hace calor y aunque tenga el ventilador puesto, nota algunas pequeñas gotas de sudor sobre su cuello. También se ha alzado el poco cabello que cae para no tocarlo.

Toma lugar a su lado, besando su mejilla mientras deja la naranjada. Tanjiro sonríe agradecido y besa también su mejilla.

—He pensado que podríamos cenar...

—¿Daikon de salmón? —interrumpe Tanjiro.

—Si... eso iba a decir. ¿Entonces?

—Me he adelantado, ya lo encargué en el restaurante que está a dos cuadras y que te gustó, porque supuse que querías eso, también pedí sushi —contesta el menor con una sonrisa.

—Gracias —sonríe Giyuu—. Es como si hubieras leído mis pensamientos.

—Estamos conectados.

Giyuu mira hacia la tele, que fue encendida por Tanjiro para hacer ruido en la casa.

—¿Qué estás viendo? —pregunta el azabache.

—Ah, es un programa que hablan sobre mitos y leyendas japonesas. Hace poco hablaron de los kitsune —contesta Tanjiro volviendo a clavar la vista sobre sus planos—. Ahora hablarán del hilo rojo del destino.

—¿Hilo rojo del destino?

—Si, ¿no lo has escuchado?

—La verdad es que no.

—Entonces veamos lo que dicen para saber de qué trata.

Giyuu asiente y mira hacia la televisión.

"El hilo rojo del destino también es conocido como 'el cordón del destino' o 'el hilo rojo del amor'. Es una leyenda que cuenta que dos personas destinadas a quererse, están unidas por un hilo rojo atado a sus dedos meñiques.

Este hilo es invisible, pero llegará un día en que todos conoceremos a esa persona que está al otro lado del hilo y la amaremos profundamente. También se le conoce como 'almas gemelas'.

No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo: el hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá."

Giyuu levanta su mano izquierda y mira su meñique, después mira la mano de Tanjiro que tiene el lápiz. Se levanta para buscar algo, sin que Tanjiro se percate exactamente de lo que busca.

Una vez regresando, abre la caja de hilos y toma el rojo. Corta un pedazo largo, luego lo enreda en su dedo de un extremo.

—Préstame tu mano —pide Giyuu.

Tanjiro baja el lápiz y aprovecha la distracción para relajarse en el celular. Cuando voltea a hacia a Giyuu para ver, nota que está amarrando el otro extremo en su meñique.

—¿Qué haces? —sonríe Tanjiro.

—Buscaba nuestro hilo rojo y creí que necesitaba colocarlo para hacerte notar que estamos unidos —contesta con demasiada suavidad, entretenido haciendo el nudo.

—Pero cariño, el hilo es invisible.

—Eso lo sé, pero deseaba poder ver que tu tuvieras el otro extremo del hilo.

Tanjiro ríe enternecido, empuja a Giyuu hacia atrás, cayendo sobre el suelo y él encimandose. Acaricia su rostro con suavidad, dejándose perder en esos ojos azules.

—Ese hilo rojo es el destino, nuestro destino fue encontrarnos esa mañana en el tren camino al trabajo. Nuestro hilo rojo se ha hecho más estrecho e irrompible —contesta Tanjiro con suavidad.

—Somos almas gemelas —sonríe Giyuu—. Conocemos los gustos del otro y sabemos lo que piensa nuestra pareja.

—Exacto, por eso nuestro hilo es invisible, necesitarías demasiado hilo para cuando vayamos a trabajar.

—Eso sería un problema también —dice Giyuu notándose un poco preocupado.

Tanjiro se levanta y ayuda a incorporarse a su novio para estar sentados de nuevo. Toma la mano que tiene el hilo atado de Giyuu para dejar un beso en el dorso.

—¿Me dejas tomar una fotografía? Quiero presumir al mundo del internet que mi hilo rojo es nada más y nada menos que mi amado novio —Tanjiro sonríe.

—Con gusto.

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