♡ Día 16. Comparten cama.

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Van caminando tomados de la mano mientras dan un paseo por la plaza. Descubrieron una nueva heladería y ambos decidieron ir a probarlos.

—Debí pedir ese de moras —dice Tanjiro haciendo una mueca—. Este de cereza sabe más a jarabe de tos.

—¿Quieres cambiar? —Giyuu ofrece su helado.

—No, tú querías probar ese de pastel de limón.

—Está muy dulce para mi gusto, quizá nuestras expectativas eran muy altas —dice Giyuu haciendo una mueca—. Toma el mio, ya me empalague.

—Si tú insistes.

Tanjiro tira el helado y acepta el de su novio. Continúan caminando por la plaza hasta que les llama la atención una tienda de colchones qué tiene globos decorando la entrada.

—Sería bueno pensar en un colchón nuevo —comenta Giyuu mirando el lugar.

—¿Qué tiene de malo el otro? —pregunta Tanjiro con él ceño fruncido.

—Te amo y me encanta dormir abrazados, pero luego eres un horno y me da mucho calor en ciertas temporadas. En invierno no tengo problemas, pero necesito espacio.

Tanjiro ríe. Se ha dado cuenta que su novio le da calor en las noches cuando se pega totalmente a la pared para sentir el frío.

—Tienes razón, podemos entrar a ver cual seria una buena idea.

Entran a la tienda y empiezan a acostarse en los colchones para buscar alguno adecuado para su descanso.

Unos son duros y otros demasiado suaves qué hasta te hundes. También ven los ortopédicos, pero sienten que el precio es exagerado.

Entonces encuentran uno perfecto qué a ambos les gusta y lo mejor es que tiene promoción junto con la base.

Realizan la compra y se sienten muy emocionados por dicha inversión. Al día siguiente recibirán su nuevo colchón, por lo que van a comprar un juego de sábanas nuevas y un edredón. En invierno planean invertir en comprar las cobijas de lana. También deciden comprar esas almohadas qué anuncian en la televisión y que son sumamente deliciosas al recargar la cabeza ahí.

Afortunadamente todo sale bien el día de la entrega e incluso los trabajadores les ayudan a acomodar la cama en el lugar que Giyuu les indica. La cama pasada la donan a uno de los hermanos de Tanjiro, ya que se le ocurrió clavar unas tijeras en él y romperlo.

—Bueno, tenemos ya una base y un colchón para cuando compremos nuestra casa —comenta Tanjiro.

—Estaremos más apretados, pero es una buena inversión.

Una vez instalada la cama, la pareja colocan las sábanas nuevas qué compraron. Son de color negro, suaves al tacto y frescas para esos días de calor.

Terminando de poner el edredón, ambos chicos se sientan en la cama para sentir la suavidad.

—Definitivamente fue una idea entrar a esa tienda —dice Tanjiro dejándose caer en la cama.

—Si, solo íbamos a pedir informes y salimos con colchón y base nueva.

Tanjiro jala hacia atrás a Giyuu para que también se acuesten y queden al par. Se miran a los ojos con profundidad, dedicándose bellas sonrisas qué alegran el corazón, perdiéndose en la mirada del otro. Giyuu estira la mano para acariciar la mejilla del otro con cuidado.

—Sería una pena destender la cama ahora —susurra Tanjiro.

—¿Quieres estrenarla?

—¿De verdad quieres hacerlo ahora?

Giyuu asiente levemente. Tanjiro sonríe y besa a su novio en sus labios, aceptando dicha propuesta. Se levantan para destenderla y meterse entre las sábanas.

Se quedan mirando frente a frente, enredando sus piernas y entrelazando sus manos. Giyuu suelta su cabello para estar más cómodo y Tanjiro coloca sus aretes sobre la mesa cercana.

—¿Pongo alarma? Eres capaz de quedarte dormido todo el día—ríe Tanjiro.

—Si, por favor. Hoy no cocinaremos, pedimos una pizza en cuanto despertemos.

—De acuerdo, aprovechemos descansar ahora que podemos.

—He estado demasiado cansado con él trabajo. Está semana trabaje más horas extra —bosteza Giyuu.

—Lo sé y me preocupa que esto te afecte. Compraré unas vitaminas para ti.

—Eres tan bueno, soy afortunado de conocerte —balbucea Giyuu quedándose dormido.

—También soy afortunado de conocerte —Tanjiro acaricia la mejilla de su novio, dándose cuenta que ya está en el mundo de los sueños—. Descansa, cariño.

Besa su frente con suavidad y puede notar que Giyuu sonríe levemente.

Tanjiro sabe cuánto está cansado su novio. Normalmente luego se quedan horas platicando, teniendo esas charlas de almohada qué no miden el tiempo y disfrutan de la compañía hasta el amanecer.

Pero hoy perdió a su novio en cuestión de minutos. Aunque también le gusta verlo dormir y velar sus sueños, disfruta ver el rostro lleno de paz de Giyuu.

Toma su celular para revisar algunos mensajes y lo coloca en silencio. También busca el de Giyuu para hacer exactamente lo mismo y que no lo molesten. Una vez hecho esto, decide no poner ninguna alarma, lo que más quiere es que el azabache duerma con tranquilidad y sin interrupción alguna.

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