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♡ Día 30. Compras juntos

Volviendo de esas deliciosas vacaciones, Tanjiro y Giyuu están en su casa.

Al entrar, notan que el interior está algo vacío, ya que no han comprado muebles para ahorrar para la boda.

—Creo que deberíamos usar el dinero que nos dieron en la boda para comprar los muebles que nos faltan —sugiere Tanjiro.

—Eso mismo pensaba —comenta Giyuu.

—Entonces hagamos cuentas para saber cuánto tenemos de presupuesto y vayamos de compras mañana..

Giyuu acepta esa sugerencia. Se van a su habitación y empiezan a contar todo el dinero que les dieron, incluyendo sus pequeños ahorros sin tener que morir de hambre en el intento.

Con lo que han contado, consideran que posiblemente podrían comprar un comedor, una sala y una lavadora, ya que toda su ropa la lavan en un servicio de lavandería y eso podría ahorrarse si tienen una propia.

Al día siguiente se van a la plaza comercial más cercana con la intención de visitar las tiendas hasta sentir que sus pies se cansen. Empiezan por la sala, buscando algo que les guste. Si una de color rojo, blanco o negro; si de piel o de alguna otra tela diferente.

Prueban algunos que les llama la atención, en uno se hunden, en otro es demasiado rígido.

—Este nos dará calor en verano —se queja Tanjiro al sentarse en uno de piel.

—Son de los que se te pegan a la piel —agrega Giyuu.

Luego prueban otro en el que se sienten totalmente cómodos, siendo de un color azúl cerúleo. Les gusta la comodidad de ese y el precio es más barato de lo que tenían planeado gastar.

Ahora pasan a ver la lavadora, pues piensan que es importante invertir en ella y que después se desponga. Tanjiro desea tener una de color rojo y Giyuu solo quiere que tenga secadora incluido, ya que odia tener que estar planchando su ropa.

—Me gusta este, tiene sonido musical cuando acaba —dice Tanjiro señalando una.

—Pero esa marca dicen que no es buena —Giyuu se ha puesto a revisar en internet las referencias de cada una—. Hablan mejor de esta otra, aunque no es del color que quieres.

—Supongo que se puede sacrificar por la calidad —dice Tanjiro con una mueca—. Pero por el bien económico y de nuestra ropa, escogela tu.

Una vez comprada la lavadora, pasan a los comedores, pues desean uno grande para que cuando vayan sus familiares a visitarlos puedan tener espacio suficiente.

Escogen una sencilla que les gusta demasiado de color negro, madera y con asientos blancos. Aquí ninguno tuvo problemas en decidir por cual, ya que esa es la que haría juego en la sala.

—Creo que nos ha sobrado un poco del presupuesto, ¿crees que deberíamos comprar algo más? —comenta Giyuu mientras revisa las cuentas.

—Una televisión en nuestra habitación no estaría mal, solo tenemos la de la sala —sugiere Tanjiro.

—O podemos comprar una nueva cafetera con el tostador —comenta Giyuu.

—Creo que nos alcanzaría para ambos deseos, ¿no?

—Sí y podemos comprar la cena.

En la semana les traen los nuevos muebles y ambos jovenes se sienten sumamente emocionados por verlos instalados. En cuanto acomodan la sala, se sientan a disfrutar la comodidad mientras ven una película.

También cuando van a llenar la lavadora, se emocionan tanto que hasta compran diversos detergentes y suavizantes para que su ropa huela bien.

Y cuando traen trabajo pendiente, no se sientan en los escritorios de su estudio, si no en la mesa del comedor. También la han usado para comer, sin importarles que les queda demasiado espacio.

Giyuu está feliz con su nueva cafetera y Tanjiro disfruta de poder jugar desde la cama. Sin duda sus compras han sido muy buenas.

Pero lo que más les gusto comprar fue un porta retrato en el que han colocado la última fotografía que tuvieron en la boda, llenando su humilde morada de los recuerdos que más aprecian y aman.