♡ Día 25. Futuro.

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Sintiendo más cerca la fecha de la boda, comienzan a irse envolviendo en los preparativos.

Revisan los platillos qué el servicio de banquetería dará, como será el orden de las mesas y muchos preparativos más.

—Ya tengo la lista de mis invitados —dice Giyuu acercándose a su esposo.

Tanjiro la toma y frunce el ceño al leerla.

—Solo has invitado a tus padres, tu hermana y su esposo.

—Ah sí —Giyuu toma la hoja y agrega el nombre de Kyojuro Rengoku—. Es que no agrego a los demás porque me dicen cosas feas y tristes.

—Tienes razón, no los necesitamos —dice Tanjiro con una mueca—. De todos modos tu hermana se encargará de llenar el lugar.

Giyuu toma la lista de su prometido y se da cuenta que es más larga qué la suya. Eso le hace recordar como era su solitaria vida antes de Tanjiro.

—Nunca creí que llegaría algo así —comenta Giyuu un poco bajo.

—¿Qué dijiste?

No recibe una respuesta, pero voltea a ver al azabache, quedándo sorprendido al verlo con una mirada triste y llena de nostalgia.

—¿Qué pasa, Giyuu? —pregunta Tanjiro.

El azabache continúa en silencio, preocupando a su pareja. Se levanta para abrazarlo y antes de que lo toque, Giyuu dice:

—¿Te imaginas que vivamos juntos?

—Cariño, vivimos juntos —dice Tanjiro sorprendido.

—No, me refiero a toda una vida juntas —Giyuu suspira con profundidad—. Jamás creí que yo me casaría, nunca me vi caminando al altar con alguien que yo amo.

—Giyuu...

—Nunca te lo confesé, pero antes de conocerte, no era una persona alegre, en algunas ocasiones cuando iba en la secundaria, pensé en el suicidio.

—Oh, Giyuu —Tanjiro se aferra a él por su espalda.

—Nunca lo hice, mis papás se dieron cuenta de mi depresión e iba con psicólogos y especialistas. Aun así, yo no sonreía a menos de que viera a Tsutako cuando nos visitaba.

—Cierto, tu hermano se había ido al extranjero.

Giyuu asiente. Se gira hacia a Tanjiro para sentir sus brazos, quien enseguida lo envuelve.

—Estoy agradecido con la vida, de que estés conmigo —le dice con suavidad.

—¿Te imaginas cómo será nuestra vida?

—Si, donde compartiremos tiempo juntos, continuaremos cumpliendo metas y propósitos.

—¿Quieres hijos? En nuestro país no nos permite adoptar por ser dos hombres, pero podemos alquilar un vientre.

—En realidad, me hice la idea de que seríamos los tíos consentidores, nuestros hermanos nos llenarían de sobrinos.

Giyuu ríe. Es cierto que le gusta pasar tiempo con su pequeño sobrino y su hermana lo regaña por consentirlo de más.

—Quizá una mascota —sugiere Tanjiro.

—Un perrito no, porque me da miedo. Podría ser un gato.

—Me gusta la idea.

Después de esa charla, Giyuu mira hacia a Tanjiro, quien está hablando con la encargada de organizar su fiesta.

Es un gran chico demasiado alegre, y que cree que no está hecho para él, pero en vez de sabotear esos pensamientos positivos los llena con más cosas alegres.

Quizá sean diferentes, pero al final ambos se aman mucho y hacen un gran equipo. Definitivamente quiere pasar el resto de sus días a su lado, cuidar uno del otro, envejecer y si se lo permiten, morir juntos para no sentir la ausencia del otro.

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