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Bakugo ignoraba al grupo de chicos que se reunían al rededor de su mesa, como tenía acostumbrado, antes de que Aizawa llegara. Los escuchaba hablar animados sobre las tareas que obviamente no habían hecho y les mostraba amablemente el dedo medio cuando le pedían la suya para copiarla.
Aburrido y monótono, a decir verdad. No se quejaba, no del todo.
Vió a Todoroki entrar al salón, le pareció raro lo tarde que había llegado en comparación a como acostumbraba. Pensó en preguntar, cuando éste le saludara; tal vez un "¿Sigues quedándote dormido a tu edad?", o un "¿acaso olvidaste como funcionan las alarmas?", algo lindo, que se notara su genuina curiosidad.
La cuestión fue que Todoroki no lo hizo, ni siquiera se había molestado en dirigirle la mirada. Simplemente había pasado de largo, como si solo estuviera él en el salón de clases. Lo dejó con los labios entreabiertos, con las palabras en la punta de la lengua.
¿Quería golpearlo?, obviamente. ¿Iba a hacerlo?, en efecto.
Sin tan solo Kirishima no fuera tan perspicaz y no le estuviera deteniendo lo haría.
—¿Qué le pasó a Todobro?, no nos saludó...— menciona Denki, confundido.
—¿Qué soy?, ¿su puto padre?, por mi que le jodan.
—Si, ya sabemos que también te dolió su frialdad, no nos opaques. — dice Sero, alejándose dos pasos del rubio. Solo por seguridad.
Todos le miran, Mina incluso se ha cruzado de brazos indignada. Bakugo, en cambio, intenta disimular sentándose de lado en su silla; tiene a Eijiro a un lado, así que no es difícil ver al heterocromatico mientras finge escuchar al pelirrojo.
La platica entre su grupo sigue, conspirando por la actitud del otro.
Todoroki siente su mirada, los afilados y grotescos rubíes lo atacan como si fuesen capaz de matarle. Aún así, le parecen de lo más hermoso que ha visto en su vida.
Conectan su mirar y se ven fijamente por un segundo. Shoto lo siente eterno, porque imagina millones de escenarios con el dueño de mortíferos ojos; los imagina brillar con ilusión, inundados de felicidad e imagina, por un momento, que es capaz de ver su reflejo en ellos.
—¡Shoto-Kun!— canta Izuko, burlón, dando saltitos hasta llegar a la mesa de su amigo. —¿Cómo estás?, ¿todo bien?, ¿podemos continuar la conversación de ayer o vas a echarme con la excusa de que si no dormías temprano papá Noel te anotaria en la lista negra y no te traería regalos por mi culpa?
—Izuku...— llama, con el tono que había aprendido del rubio.
Todos en el salón lo notan, por lo que la sorpresa es colectiva. Excepto en su maestro, al que se le escapa una sonrisa presumida.
—Shoto...— le regresa la hostilidad.
De nuevo, la sorpresa les invade porque, aunque no lo parezca, tal vez Katsuki tenía más influencia de la que parecía tener.
—¿Cuantas veces tengo que repetirte que no pienso hablar de eso?
—¿Y cuantas veces tendré que decirte lo poco que me importa?, vamos a hablar de eso quieras o no.
—Que te jodan, Midoriya.
—Que lo intenten. — reta. —No te tengo miedo, Todoroki.
Uraraka se acerca, para tratar de aligerar el ambiente. No entiende porque los hombres tenían que resolver sus problemas a golpes o peleas, eran unos neanderlates, de eso no había dudas.
—¿Por qué pelean?— pregunta, inocente. Las miradas feroces que se dedican terminan cuando miran a la chica; solo entonces parecen ser ellos otra vez.
—Tu novio es un molesto. — acusa Shoto, infantil. —Él tiene novia y quiere que todos tengamos una. No quiero una, y si vuelve a preguntarme por quién me gusta voy a quemar su colección de All Might.
Los acusados se sonrojan y para cuando quieren reaccionar tienen a todo el salón sobre ellos. ¿Desde cuándo?, ¿por qué no les habían dicho?, ¡querían saberlo todo! En especial Mina, claro.
Todoroki se levanta de su asiento, pues Hakagure le empuja para poder escuchar a Izuku. No puede ver de donde viene el golpe, de manera muy literal, así que mejor huye.
Se acerca al lugar de Bakugo, en donde solo siguen él y Eijiro. Se sienta en la mesa del rubio, sin permiso.
—¿Vendiste a "tu mejor amigo" ...— hace las comillas con los dedos. —... para librate de una inocente pregunta?
—¿Tu no lo harías, Kirishima?— dice. —Si le digo a Izuku quien me gusta va a querer ayudar a que me confiese, y no sabe disimular así que todo Japón lo sabría en cuestión de horas.
—Bueno, mi mejor amigo en definitiva no me ayudaría con eso... — se queja, habiendo in puchero.
—¿Qué?— gira si vista al rubio. —¿Entonces no le dijiste que te dije lo que tu y yo sabemos que dijimos ayer?
—No tuve tiempo, alguien salió corriendo sin siquiera ayudar a recoger el desastre que hizo.
—¿Qué dijeron?, ¿por qué no me dijiste?, ¿me dices?— pregunta Kirishima, curioso.
—Entonces ¿eso que dijimos solo lo sabemos tu y yo?
Bakugo chasquea la lengua, con fastidio, dándole la razón.
Shoto sonríe entonces, casi sin darse cuenta; achica los ojos y las comisuras de sus labios suben en una dulce y gran sonrisa. Como si estuviera comiendo el mejor plato de soba del universo.
La escena es bizarra, en sobremanera, tanto que si alguno de los dos lo contara les hospitalizarian en algún psiquiátrico.
Bakugo no entiende, de nuevo, el actuar del chico.
Lo tenía hasta hace poco en un concepto idílico de monotonía y seriedad, así que era difícil procesar lo humano que podía llegar a ser. Lo mira con curiosidad, con intensidad, más de la que es capaz de notar.
Pequeñas arrugas se forman en su cicatriz cuando sonríe, él lo nota sin mucho esfuerzo. Se pregunta, por un segundo, como se sentiría tocarla.
¿Le dolería?, ¿por qué la tenía?, ¿desde cuándo?, ¿sería muy bestia de su parte el preguntar por ella?
Nota que su mano se estira, con la intención de cumplir su repentino capricho, cuando Todoroki abre los ojos nuevamente.
Mete ambas manos a sus bolsillos, regañandose y golpeándose mentalmente por sus impulsos.
—Bakugo y yo compartimos un secreto...— canturrea, infantil. —Tenemos un nosotros. — presume a Kirishima.
Quien, por cierto, intenta contener la risa.
—¿Un secreto?, ¿tu y Katsuki?
—Joder, Kirishima, ¿por qué me odias tanto?
Se suelta a reír, y no por el comentario del mitad albino precisamente.
Ya molestaría a Bakugo después.
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Teach Me, Please.
FanfictionTodoroki está cansado de que le llamen lento y aburrido. Quiere que la gente deje de repetirle una y otra vez que es tierno y adorable. Todoroki quiere intimidar a las personas y ser un héroe respetable. Y sabe perfectamente a quien pedirle ayuda. [...