V E I N T E .

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[...]

—Es amor.

—Pero...

—Es definitivamente amor, no hay otra respuesta.

—¡Pero, Kirishima,  escúchame!

—No hay nada que escuchar. Kats, es amor.— suelta una carcajada al ver a su mejor amigo, quien se ha cubierto ambos oídos para no escucharlo.

—¡No!, ¡no es eso!, fue solo un beso, no significa...

—¿Ah, si?, entonces besame a mi también. — se inclina hacia adelante, cierra los ojos y hace los labios de pato.

—No voy a besarte...— se calla ante la sonrisa burlona del pelirrojo. —¡¿De que te ríes?!, ¡definitivamente voy a golpearte si sigues sonriendo de esa asquerosas manera!

—¡Ah!— grita de manera chillona, emocionado. —¡Te gusta Todoroki!, aunque ya lo sabía...— susurra.

—¡No lo hace!— le lanza la almohada que tiene cerca. Tal vez había sido mala idea haberle abierto la puerta a su amigo a mitad de la noche. —Espera... ¿ya sabias?

—Dios, Kats, yo sé de esas cosas. Tranquilo, no tienes tanto tiempo viendolo de esa manera... no tanto cómo él ...

—¿Cómo él?— pregunta, repentinamente interesado. El pelirrojo ríe de nuevo, pero esta vez con ternura.

—Todoroki te ve... como si fueras irreal.

—¿Qué quieres decir?

—No lo sé,  solo me da la impresión de.— confiesa.

Bakugo se recuesta de nuevo en la cama, mirando con detalle el techo. Recuerda entonces los besos que habían intercambiando, notando solo hasta ahora la manera tan delicada en la que Shoto lo había tratado.

Maldición, él no era débil ni frágil de ninguna manera existente ¿por qué había sido tan cuidadoso entonces? Y joder, quería molestarse por eso, ¿cómo se atrevía a tratarle como si fuera de vidrio?, ¿le creía débil?

En cambio, su pecho se inunda en ternura al cerrar los ojos y ver, y casi sentir de nuevo,  los labios fríos del otro sobre el dorso de su mano.

—¿Qué hago?— pregunta.

Y Kirishima entiende el significado completo de la pregunta, claro que lo hace, es su mejor amigo después de todo.

Siente que decir "déjate llevar" es estúpido, porque Shoto había confesado querer al rubio y no merecía un simple "¿por qué no?", merecía un "yo también", todos lo merecemos. Era egoísta no corresponder completamente a alguien, y sabía que él también pensaba así. 

El verdadero problema era que Katsuki nunca había querido a nadie antes, y no sabía cómo corresponder correctamente al abrumador y sincero cariño que el Todoroki parecía querer entregarle.

Ingenuo, tranquilo y directo. Chocaba bastante con lo impulsivo, explosivo y complicado que Bakugo era.

—Katsuki...— susurra, acostándose a su lado. —Te quiero, en serio lo hago.— el rubio se gira para poder verlo. —Pero Todoroki también es mi amigo, si no estas seguro de lo que sientes entonces no hagas nada.

La habitación se queda en silencio unos segundos.

Bakugo está lidiando la batalla más difícil de su vida; una en donde él mismo es su enemigo. Lo piensa detenidamente, ¿qué sentía por Shoto?

Indiferencia definitivamente no era, porque siendo sincero, si el chico volvía a besarlo él definitivamente volvería a corresponderle.

¿Le gustaba?, ni idea. ¿Le atraía?, más de lo que su dignidad le permitía aceptar.

—¿Y si quiero intentarlo?— pregunta, si evitar que su voz tiemble un poco.

Maldición, se sentía tan estúpido. ¿Él?, ¿hablado sobre ese tipo de cosas?

Escucha a Kirishima reír bajito.

—Entonces hazlo. — dice, como si fuera lo más obvio del mundo. —Pero hablalo con él antes; explícale lo que sientes, lo que quieres, lo que te asusta y lo que estás dispuesto a aceptar. Y si los dos llegan a algún acuerdo... pues, quieranse mucho y ya.

—Lo haces sonar tan fácil.

—Lo es. Las cosas solo se complican cuando se ponen excusas y dejas que las inseguridades ganen.

—¿Desde cuándo eres ta filosófico?

—Ni idea, últimamente Kaminari usa un vocabulario raro y dice cosas tan profundas que creo que me enamoré otra vez de él aunque no entienda ni la mitad de lo que dice.

Esta vez Bakugo es quien ríe.

—Deberías confesarle que le quieres.

—No.— corta. —Las inseguridades aún son más fuertes que yo. — suelta un suspiro, como si detrás eso en voz alta fuera más pesado que nada. —Per lo haré, algún día.

—Cuando ese día llegue recuerda que soy tu mejor amigo.

—¿Qué dijiste?

—Que te largues de mi habitación.

—¿Mejor amigo, dijiste?

—¡Lárgate pelos pincho!

—¡Besti!— grita.

Y para cuando reacciona, se encuentra de pie en el pasillo.

Hoy definitivamente había sido un día muy interesante.

[...]

Teach Me, Please.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora