D O S

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[...]

Las risas de su autoproclamado mejor amigo comenzaban a exasperarle.

—¿¡De qué te ríes?!

—¿Todoroki en serio dijo eso?— apretaba su estómago con fuerza, tratando de controlarse.

—¿Te parece divertido?

—Si, ¿a ti no?

—¿Me ves riendo?— frunció aún más su ceño. Kirishima comenzó a reír con más fuerza.

—¿Por que él quiere ser como tu?

—¿Porque soy genial?— obvió.

—Bro, no. — se dejó caer en la masculina cama de su amigo. —Debe haber otra razón.

—En serio voy a golpearte. — siguió con su tarea. Trataba de no demostrarlo pero la verdad era que también quería saberlo.

No era secreto para nadie que Todoroki era un curioso innato; que realmente nunca tenía una mala intención al hablar pero... bueno, no sabía hablar del todo.

—¿Tal vez quiere que le tengan miedo?

—¿Y por qué vendría conmigo?— Kirishima lo miró incredulo. —¿Qué me ves, idiota?, ¡yo no doy miedo!

—Claro.  —aceptó.  —A mi no me das miedo...— Bakugo le conocía demasiado bien, así que sabía perfectamente que su oración no terminaría ahí. — Y al parecer a Todoroki tampoco...— comenzó a reír de nuevo, golpeado la cama con ambas manos. —¡Te llamó arrogante y engreído!

—¡Lárgate de mi habitación!— lo tomó del pie y comenzó a tirar de él para echarlo.

—¡Blasty, no, espera!— utilizó su don para evitar que el golpe de caer de la cama doliera. —¡Yo no te llamé así!, ¡para mi eres alguien sumamente masculino!

Muy tarde, estaba ya en el pasillo; cual cachorro regañado y abandonado. Se recargó en la puerta.

Repasó el relato de su amigo de nuevo, riendo levemente al recordar sus expresiones exageradas y molestas. Imaginaba el rostro serio y antipático de Todoroki y no podía evitar reír más. Si iba a su habitación a decirle que en lugar de halagar a Bakugo, como probablemente pensaba que había hecho, le había insultado ¿qué tipo de expresión haría?

Le encantaban los compañeros que tenía, nunca tenía un día aburrido gracias a ellos.

—¡Aún te escuchó reír,  maldito!

—Atrapado. — levantó ambas manos, como si estuviera a punto de ser arrestado. —¿Y qué vas a hacer?, ¿vas a ayudarlo?

—¿Por qué lo haría?

—¿Por qué no?, ¡piensa en las posibilidades, hombre!, ¡los beneficios!— cayó al suelo de golpe, sin poder protegerse esta vez. Vió a Bakugo parado frente a él,  mirándole con su típica y para nada amigable cara.

—No me interesa.

—¿Seguro?, porque abriste la puerta.

Una repentina tos les interrumpió; Todoroki había aclarado su garganta para llamar su atención.

—¿Podemos hablar?

—Claro, hombre, ¿necesitas algo?— respondió Kirishima. Comenzó a reír con fuerza cuando vio el rostro de Todoroki mirándolo preocupado; probablemente pensando en como explicarle que no queria hablar con él .—Entendí, entendí.— tranquilizó levantándose. —Los dejó, Denki me pidió que fuera a su habitación y ya voy tarde...—palmeo el hombro del rubio. —Trata de no explotar mucho.

—¿Qué quieres? — preguntó cuando perdió de vista al pelirrojo.

—Midoriya me explicó que no te halague con mis palabras...

—¿Alguien tuvo que explicártelo?— se burló.

—Yo creí que lo hacía, no tenia intención de ofenderte. De verdad quiero que me enseñes a ser como tu.

—No.

—¿No?

—No quiero. —se giró,  dispuesto a cerrar la puerta.

Todoroki Shoto era inteligente... en ciertos aspectos. Además, claro, de que había convivido mucho con Midoriya y terminaba por analizar a sus compañeros más que antes. Le parecía tonto el plan que de pronto pensó; infantil y sin sentido, pero no perdería nada intentandolo.

—Bien...— trató de sonar decepcionado. —Supongo que tendré que pedir ayuda a Midoriya...— se dió media vuelta lentamente.

—¿Uh?— le escuchó.  —¿Qué dijiste, bastardo?

—Que tendré que pedir ayuda a Midoriya porque al parecer tu no eres capaz de enseñarme. Es entendible, no te juzgo Bakugo.

—¿¡Crees que el nerd de Deku es mejor que yo?!

No pudo ocultar su sonrisa. Tonto.

—Tal vez lo sea enseñando, no debemos juzgar a otros sin saber de sus capacidades. Además, puede que si se lo propone sea más intimidante que tu...

—Te enseñaré.— interrumpió tomándolo bruscamente del cuello de su camisa. —Te mostraré como hacer que los demás tiemblen al solo escuchar tu nombre.

Tenía el ceño fruncido, cosa habitual en él. No era la primera vez que estaba tan cerca del rubio, y aun así, podía jurar que nunca había visto aquellos ojos rojos brillar de esa forma.

Sintió su estómago resolverse.

Era divertido provocar a Bakugo.

—¿Lo harás?, ¿seguro que puedes?, porque puedo decirle a Midoriya que...

—Midoriya, Midoriya...—repitió con molestia. — Tienes prohibido mencionar al bastardo de Deku en las clases. —le soltó por fin, aventandolo levemente.

—De acuerdo. —se acomodó la camisa que usaba de pijama. —Comenzaremos mañana.

—Yo decidiré cuando iniciaremos esta estupidez.

—Muy bien, te veo mañana entonces. — se fue, escuchando los gruñidos y quejas del otro.

Bakugo era un gran candidato a héroe, aunque fuera tan impulsivo e... infantil.

[...]

Teach Me, Please.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora