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Capitulo 8 Confesión II

Capitulo 8 Confesión II

Hermione le hizo un espacio en su cama para que él se pudiera sentar, sin embargo, la cercanía del joven la ponía nerviosa y agradecía a Merlín la oscuridad de la habitación que ocultaba el rubor de sus mejillas.

—A ver, ¿por dónde empiezo?

—Por el principio—respondió  Hermione, jugando.

Draco rodó los ojos —Muy graciosa.

Ella sonrió y él suspiró ante los recuerdos de aquella ocasión en la mansión Malfoy.

—Fue en las vacaciones de verano de primer año. A mi madre le encantaban las flores y a mí me encantaba ver la manera en la que cuidaba su jardín mientras me contaba historias. Ese jardín, era nuestro lugar, nuestro santuario—relató  con melancolía.

Al ver la tristeza en sus ojos, Hermione le tomó de la mano para reconfortarlo. Él apretó su mano, agradecido por el gesto y continúo su relato.

—Le conté lo insufrible sabelotodo que eras, y ella estuvo de acuerdo conmigo —Draco hizo un gesto de dolor al  recibir un codazo por parte Hermione—¿Qué? ¿Acaso dije algo que no sea cierto?

—Yo no era una insufrible sabelotodo—se defendió Hermione, Draco volvió a  rodar los ojos. — Yo solo me esforzaba en estudiar y ser aplicada en las materias. Si los demás solo les importaba jugar quidditch y seducir chicas tontas, no es mi problema—dijo en tono de reclamo.

El sonrió divertido al oírla—Oye, noto cierto resentimiento en tu voz. ¿Acaso es un reproche?

Hermione se arrepintió de lo que dijo y , roja como un tomate, contestó—¡Eso quisieras!

Draco levantó las manos teatralmente—Cuidado ,Granger,me lastimas.

Ambos rieron y tras unos segundos, él prosiguió.

—En fin. Mi madre era muy perspicaz. Nada se le escapaba —sonrió con tristeza—. Ella se dió cuenta de lo que me pasaba antes de que yo pudiera siquiera imaginarlo.

La joven tragó grueso antes de atreverse a preguntar—¿Darse cuenta de qué?

Draco la miró directo a los ojos —¿No adivinas?

Draco no supo si el siguiente ataque de tos de la chica fue intencional o no—¿Estás bien? Déjame revisarte—ofreció, pero ella se lo impidió y le pidió proseguir.

—Bien, como te decía. Charlaba con mi madre sobre ti —dijo omitiendo detalles que sabía lo dejarían al descubierto, y probablemente lo sonrojarían.—Hasta que un día mi padre llegó  nos escuchó. Casi me acusa de acabar con la dinastía Malfoy, demás está decir que fui castigado por ello.

Ella le miró con curiosidad—¿Pero qué fue lo que dijiste?

—Dije que … no eras estúpida- respondió Draco de forma tímida.

—Mmm…¿Gracias?—le miró confundida— ¿Qué fue lo que tu padre te hizo?

El negó con la cabeza—Me golpeó…según el para hacerme entrar en razón —rió con amargura.—Mi madre curó mis heridas, pero el resentimiento jamás se fue. Aún lo recuerdo cómo si hubiese sido ayer—recordó cerrando un puño con fuerza, ella al notarlo posó una mano sobre la suya en señal de apoyo. Él al instante deshizo el puño y le sonrió.

—Tu padre cometió muchos errores pero en el fondo estoy segura que a su manera, él te amaba e hizo lo que él creía era mejor para ti.

El asintió levemente y le preguntó—¿Cómo tu padre?