Día 8: Slow Dancing

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Makoto se había recuperado rápidamente del resfriado. En algún momento de su charla el día anterior, le había dado su número a Yamazaki y, de algún modo, llevaban todo el día hablando por mensajes. Así que le pareció que era mejor seguir charlando en persona y no dudó en invitarlo de nuevo a su casa después del entrenamiento.

Sousuke se sintió aliviado al encontrarse a un Makoto totalmente sano mientras canturreaba en bajo canciones en una vieja radio. Se sentó en la misma silla que el día anterior y dejó que Makoto siguiera con el karaoke, mientras ponía en orden el cuarto, hasta que terminó la canción. Comenzó entonces una melodía pausada que Tachibana no reconoció, pero que en cambio, Sousuke sí la había escuchado multitud de veces.

Entonces, le tendió la mano. Makoto se quedó mirando como sus dedos esperaban paciente una respuesta. Se preguntó por qué, ¿quería que se sentara con él? ¿Para qué? Aún así, no lo pensó ni un sólo segundo y le tendió la suya.

Sí, Yamazaki había dicho unos días antes que le gustaba. No lo ponía en duda. Jamás lo hubiera hecho dada la seriedad con la que se confesó. Pero es que tampoco había dado un paso más allá de los límites. Sousuke iba con cautela hacia él; si, como afirmaba, estaba coqueteándole, Makoto no pudo darse cuenta. Al menos no lo hizo hasta ese momento en el que sus dedos rozaron los suyos y se entremezclaron como si se reconocieran.

Una vez así, con sus manos unidas Sousuke se levantó venciendo la distancia, haciendo que el rostro de Tachibana comenzara a colorearse inevitablemente. Por un momento, Makoto creyó que lo besaría. ¿Por qué si quiera había pensado en ello? No, la verdad pregunta era, ¿por qué se sentía decepcionado de que aquellas no fueran las intenciones de Yamazaki?

Sus cuerpos apenas se rozaban más que en las manos y la cintura, la cual había sido invadida por la diestra de su acompañante. Y fue gracias a aquella posición que vio de más cerca que nunca los hermosos iris turquesa y las largas pestañas negras que los rodeaban. Sus labios finos y rosados hicieron una mueca que mostraron su blanca dentadura.

—¿Has bailado un vals alguna vez?

Makoto negó con la cabeza sin poder apartar la mirada de aquellas pupilas que lo admiraban tan intensamente.

Yamazaki volvió a sonreír.

—Sólo tienes que dejarte llevar —susurró.

Tal como aquellas palabras cálidas acariciaron su oreja, sintió que el mundo a sus pies se volvía diferente. Como si todo encajara. Ahora, bailaba acompañado.

Cómo Enamorarse En 31 Días FLUFFTOBER 2021 [Free!] [SouMako] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora