Día 1: Eye Contact

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Pegó un puño al agua guiado por la rabia y salió rápidamente de la piscina. Algo lo estaba frenando y no sabía qué. Eso hacía que su frustración fuese cada día más y más fuerte y acabara convirtiéndose en una piedra adicional en el camino.

Su entrenador lo obligaba a descansar, pero ¿de qué había servido? La última vez que se tomó unos días para él todo seguía igual al volver. No superaba su tiempo, es más, los días transcurrían cada vez más pesados sin ni siquiera llegar a su propia marca.

Con la vista nublada, tropezó con un niño que andaba correteando. Él no se movió del lugar pero el niño cayó de bruces a sus pies. Con soltura volvió a levantarse y lo miró recibiendo una advertencia:

—¡Mira por dónde andas, maldición!

—¡Ren! Te dije que no corrieras fuera de la pista. —lo socorrió un adulto. Pero inmediatamente hizo una reverencia hacia Yamazaki. —Lo siento, mucho señor.

¿Señor? ¿Lo había llamado señor? Si apenas tendría su edad.

—No... —se quedó mudo al verlo a los ojos cuando se incorporaba. Sintió cómo las manecillas del reloj comenzaban a ir más lentas. Como si unos engranajes que siempre estuvieron detenidos hubieran comenzado a funcionar. Le había gritado a un niño, y ahora el pequeño se escondía tras su hermano asustado. Tenía miedo de él. ¿Qué le estaba pasando? ¿En qué se había convertido? Jamás había sido así.

—Perdone por las molestias. Ren discúlpate. —El niño bajó la cabeza y tartamudeó una disculpa pero Sousuke no pudo escucharlo porque estaba absorto en la mirada frondosa y brillante. Aquel hombre frente a él no lo llamó viejo. Estaba siendo educado. Estaba siendo amable. No como él unos segundos antes que sólo había sido un idiota enfadado consigo mismo.

Los ojos verdes no esperaron más, su dueño sólo volvió a hacer una reverencia junto a su hermano antes de marcharse.

No pudo disculparse. No pudo hablar apenas. Se sintió aún más cretino. Se encogió sobre sí mismo hasta sentarse en el suelo y miró alrededor. La zona casi vacía, el cielo a través de las ventanas y como las motas de polvo bailaban entre los rayos de sol.

Fue consciente de que aquella maquinaria que sintió era su corazón al palpitar desenfrenado. ¿Era siquiera posible?

Hola hola mis pequeños.

Sí, soy yo. No he muerto y de hecho me vais a leer todos los días con este reto. Os iré actualizando sobre cositas que han pasado. De momento, os dejo con este pequeño comienzo y una portada provisional. Habrá capítulos más largos, no preocuparse 😉.

Un besito.

Espacio para que me contéis cómo estáis.

Cómo Enamorarse En 31 Días FLUFFTOBER 2021 [Free!] [SouMako] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora