Día 3: Under The Rain

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La lluvia torrencial del otoño no había dado tregua a ni un solo rayo de sol en todo el día. A pesar del paraguas, Makoto había llegado empapado a la piscina. Sin embargo, sus hermanos apenas tenía los bajos de los pantalones humedecidos. Sousuke se apoyó sobre el bordillo leyendo entre líneas aquel dato que nadie más pudo y supo descifrarlo correctamente con apenas un análisis rápido, pero, aún así, disfrutó de la vista un poco más.

La camisa empapada del muchacho era un deleite interesante.

Más incluso que su cara sonrojada ante madres y padres de otros niños con los que reía claramente avergonzado. Definitivamente, le gustaba aquel chico. Era amable, caballeroso, familiar, risueño. No quería creerlo pero se había enamorado a primera vista, como un adolescente. Y tras invitarlo a comer confirmó que quería saber aún más de él.

Pero, desgraciadamente, no podía seguir gozando de la vista. Las bajas temperaturas le hicieron tenerlo en consideración del muchacho. Así, se acercó a él y al grupo de padres que esperaban a que sus hijos comenzaran a disfrutaban de una clase de natación. El corrillo alrededor de Makoto hizo bajó el volumen con la llegada de Yamazaki. Algunos saludaron, pero él no prestó atención a nada más que los brillantes ojos verdes.

—Tengo ropa de repuesto en la taquilla. —le dijo tendiendo la llave, intentando sacarlo de la obvia situación embarazosa.

Makoto sin embargo, le devolvió un gesto de confusión.

—No puedo aceptar...

Oh sí, no todo en Tachibana era maravilloso. Tenía esa manía de ser excesivamente educado y no recibir de buena gana la ayuda o las disculpas ajenas. Así que no tuvo otra opción que arrastrarlo con él a los vestuarios sin hacer preguntas.

—¡¿Yamazaki?! —lo llamó entre sorprendido y avergonzado pero el aludido no le hizo caso hasta llegar con Makoto a su taquillero.

Una vez allí tomó una muda de ropa limpia y seca y se la tendió.

—Dúchate con agua caliente y cámbiate de ropa.

Tachibana no pudo ver más allá de la ropa interior con la etiqueta aún puesta. Su cara se volvió carmesí de un momento a otro. Posó rápidamente la mirada sobre la de Yamazaki, que la recibió con una sonrisa de medio lado.

—Tienes suerte de que tuviera unos nuevos. Vamos ve. —se le adelantó a cualquier escusa y lo dejó sólo para darle intimidad aunque, no mentiría si dijera que hubiera pagado cualquier cosa por sentarse y observar.

💕💕💕

Una vez con la ropa seca y ajena, Makoto buscó a Yamazaki con la mirada para agradecerle el gesto. Sin embargo, no pudo localizarlo. Los niños había comenzado su clase y él ya era un estorbo en aquel lugar.

Fuera seguía lloviendo, y el algodón de los pantalones era suave y la sudadera desprendía un olor intenso y algo dulce, muy agradable y pensó que sería una pena mojarse de nuevo, así que simplemente se quedó en la cafetería de las instalaciones hasta que sus hermanos terminaran. Así, como de costumbre, adelantaría trabajo.

💕💕💕

Una hora más tarde, y antes de dar un paso afuera en la interminable tormenta, un grandioso automóvil de última generación se detuvo frente a ellos. Makoto sintió un extraño alivio al ver que Yamazaki bajaba la ventanilla.

—¿Os llevo? —sugirió.

—No es necesario que... —la mirada inquisitiva de Yamazaki le hizo saber inmediatamente que no aceptaría un no por respuesta. Así que suspiró y aceptó de buena gana una vez más. De todas formas, no quería estropear la ropa que le había prestado.

Una vez dentro, Makoto observó con cautela la impecable tapicería, el olor a nuevo inundó sus fosas nasales. Se arrepintió de no haber conducido él mismo aquel día para llevar a sus hermanos, pero aún así disfrutó del momento.

—Gracias. —dijo con una una sonrisa.

Sousuke le devolvió el gesto.

—Gracias, señor Yamazaki.

—Muchas gracias. —le imitaron sus hermanos.

Sousuke hizo un gesto, como si aquello no fuera nada.

—¿La dirección?

Makoto le explicó detalladamente a un torpe Yamazaki que avergonzado acabó por ingresar la dirección en el GPS.

—¿También te gusta nadar cuando sales del cole, señor Yamazaki? —preguntó de repente curiosa Ran.

Sousuke rió gratamente por la posibilidad de ir aún al colegio.

—Compito profesionalmente.

—Ooooh. —dijeron los pequeños a la par.

—¿Os gusta mucho nadar? ¿Qué queréis ser vosotros de mayores? —preguntó con la esperanza de que alguno dijera que también quería dedicarse a ello.

Sus respuestas fueron, no obstante muy dispares pero interesantes.

—¡Yo quiero montar un restaurante! —dijo Ren.

—¡Y yo policía! —dijo Ran.

Makoto sonrió topándose con los ojos risueños de Yamazaki en el retrovisor pero no consiguió sostenerle la mirada por mucho tiempo.

—¿Tachibana?

—Yo nadaba en preparatoria. Ahora solo lo hago alguna que otra vez. —Sousuke sonrió con satisfacción pero su objetivo no era ese.

—Me refería, ¿a qué te dedicas?

—Bueno... Estoy en la universidad pero... Yo aún no sé...

—¡Es escritor! —dijeron a la par sus hermanos.

Fuera seguía lloviendo a mares. Makoto perdió la mirada en las gotas del cristal sin atrever a voltear para ver la reacción de Yamazaki.

Notita para recordar que amo vuestros comentarios 💕

Cómo Enamorarse En 31 Días FLUFFTOBER 2021 [Free!] [SouMako] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora