cinco.

182 22 4
                                    




Primer día de clases. Estaba nerviosa, más nerviosa que cuando era una estudiante, ¿los ataques de pánico también les daban a las maestras? Jamás lo hubiera imaginado.

—Muy bien, es hora de abrir las puertas –dice la mujer de traje oscuro y gafas gruesas, la señorita Allen, directora del plantel y nuestra jefa, —buena suerte con sus niños maestras, recuerden que el primer día siempre es un dolor en el trasero así que espero que hayan traído pastillas para el dolor de cabeza, de cualquier manera yo siempre tengo algunas extras así que no duden en venir si las necesitan -y con esto da por finalizada la primera reunión de maestros y maestras del jardín, todos caminamos hasta nuestros respectivos salones.

—¿Trajiste desayuno? –pregunta una voz a mí espalda y me giro encontrando a una morena de cabellos rubios, Brianna si no recordaba mal, sonrío.

—Traje ensalada fría porque no sabía si había un horno al que pudiéramos acceder –digo y asiente.

—Todos los años tenemos a una señora que nos prepara el desayuno en la semana, le pagamos ciento cincuenta y eso incluye el desayuno de toda la semana, suele ser siempre diferente y bastante bueno, si te interesa podemos pedirle uno más.

—Oh, eso sería genial, para ser honesta cocinar no es lo mío así que... -Ella ríe.

—La Miss Nena y yo nos juntamos a comer en el patio trasero para vigilar a los niños, puedes unirte a nosotros si quieres –ofrece y mi sonrisa aumenta.

—Me encantará –aseguro, sonríe y asiente.

—Bueno, Miss Eli –dice leyendo mi gafete, —Bienvenida y buena suerte.

—Gracias e igualmente –se gira y camina hacia su salón que se encuentra justo al lado del mío, camino dentro y tomo una profunda respiración. —puedes hacerlo Elizabeth, tú tienes esto me animo, reviso el reloj en mi muñeca y sonrío, en media hora comenzarían las clases, tiempo suficiente para prepararme.

—Whaaaaaaao –escucho la primera exclamación de asombro a mis espaldas, me giro para ver al pequeño, sus ojos están rojos pero no está llorando, buen comienzo.

—¿Qué te parece? –cuestiono y sonríe asintiendo a prisa en apreciación, —necesito ayuda para pintarlo, ¿quieres ayudar? –asiente de nuevo, —coloca tu mochila sobre tu lugar, eres el primero así que puedes elegir cualquiera –se apresura dentro y después de analizarlo decide tomar el lugar más cercano a la pizarra, —toma una tiza y comienza con el que quieras.

—¿De qué color debería pintar este dinosaurio? –dice señalando.

—¿Cuál es tu color favorito? –Duda, —elige el que más te guste, será tu dinosaurio así que no importa –asiente y toma una tiza color amarillo. Una vez que termino de dibujar por toda la pizarra me alejo, dos niños más se acercan, sus mejillas húmedas debajo de sus ojos curiosos.

—¿Quieren pintar también? –Ambos asienten, —elijan un lugar para dejar sus mochilas y después acérquense, las tizas están justo allí –señalo la caja en el suelo bajo la pizarra. Los niños comienzan a llegar y aunque comienzo repitiendo mis instrucciones pronto son los mismos niños los que invitan a sus nuevos compañeros a unirse.

—¡Oh no! –el grito de un pequeño atrae la atención de todos, —¡acaba de romper su color maestra! –Acusa, un coro de jadeos dramáticos se escucha y el niño que ha roto la tiza comienza a llorar –me acerco a él y me inclino quedando a su altura, mantiene su brazo alrededor de sus ojos cubriéndose.

—¿Se ha roto? –pregunto y solloza aún más, —yo las rompo todo el tiempo también cuando me emociono dibujando –digo y aleja un poco su brazo, solo lo suficiente para poder verme, —¿sabes cuál es la parte buena de eso? –solloza, —que ahora tienes un color rojo extra para prestarle a alguien más que lo necesite –digo y sus ojos se abren cuando se da cuenta de que es verdad, —¿por qué no preguntas si alguien lo necesita? –ofrezco, mira alrededor a los niños que lo observan, todos lo miraban con acusación ahora solo con emoción por el descubrimiento.

—¿Alguien necesita un color rojo? –ofrece y pronto alguien más dice "yo", las sonrisas vuelven a sus rostros y las pláticas comienzan de nuevo.


****


—Yo me llamo Ethan –dice un pequeño de ojos azules.

—Hola Ethan –respondemos a coro haciéndolo sonreír.

—Tengo cuatro años y me gustan los carros veloces –dice feliz.

—Waoh, los carros veloces son geniales –digo yo, —¿a quién le gustan los carros veloces? –levanto la mano y pronto todos ellos levantan la mano también, —Sí, los carros veloces son mucho mejores que los carros lentos, podemos ir más pronto por helado.

—¡Podemos viajar por el mundo en un minuto! –agrega otro de ellos.

—¡Podemos pasear rápidamente! –escucho a alguien más.

—¡Podemos ir al parque en un segundo!

—Excelente, ¿quién sigue? –una pelirroja de coletas se pone de pie.

—Yo me llamo Emma.

—Hola Emma –el coro responde.

—Tengo cuatro años y me gustan los gatos.

—¡Oh! ¡Yo tengo un gato!

—¡Yo también! –dice emocionada y pronto todos los que tienen gatos comienzan a decir sus nombres. —¿cómo se llama su gato Miss Eli? -pregunta Emma.

—Mi gata se llama Olivia –digo feliz de saber que ninguna de mis alumnas se llama así.

—¡Oh! Me gusta –dice alguien antes de que continuemos con las presentaciones.

——
No pude actualizar el lunes así que publiqué dos capítulos hoy, ¡espero los disfruten!
—N❤️

ENAMÓRATE DE MÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora