Lienzo

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Natasha volvía a casa, estaba exhausta despues de su obra. Aunque le habia tocado un papel secundario el estrés la estaba consumiendo y ahora solo deseaba tumbarse sobre la cama encender la tv, comer algun snack y beber té. Un momento de paz. Solo uno.
Después de todo... aun estaba en tercer año de universidad, ese descanso sería un pequeño oasis entre las evaluaciones que la estaban matando.

Las calles a esa hora estaban mas tranquilas, poca gente y muchos puestos callejeros de comida rápida.
Entre ellos divisó alguno de patatas fritas, su snack favorito. Apuro el pasó y compro una orden.

Luego de comer un par (casi la mitad del sobre) decidio que volvería por la calle donde encontro el lienzo aquella mañana.
Lo llevaba bajo el brazo y con la otra mano sostenia su bolso con el vestuario. Sus pasos lentos la guiaron de nuevo por aquel cotenedor de basura mas vacio que cuando lo vio.

Le causaba intriga saber quien habia pintado ese cuadro... se detuvo alli y lo analizo con una sonrisa. Como si agradeciera haberlo recogido antes de que el camión de la basura pasara por el. Estaba tan concentrada analizando los trazos y descubriendo las mezclas de colores, qué no se dio cuenta cuando la puerta de una casa vecina se abrio.

—Que coño haces ahi?

Natasha giro la cabeza encontrandose con una mujer de cabellos cobrizos que la miraba mientras sostenia un liezo mas grande del cual no se notaba su contenido.

—Nada.
Cubrió el cuadro debajo de su chaqueta y su brazo entonces la mujer se acercó a ella.

—Que tienes ahí?
Apenas preguntó aquello le arrebató el lienzo que la castaña recogió.

—Que mierda te pasa? Damelo ya!
Natasha estiro la mano impaciente.

—Porque lo tomaste de la basura? Acaso ese es tu trabajo? Te dedicas a recoger basura?
Estaba siendo sarcástica y Natasha odia el sarcasmo.

—No, no es mi trabajo. Pero me parecio lindo y creo que aquel contenedor no era sitio para un cuadro asi. Se nota que quien lo hizo debe tener mucho talento...

La mujer rodo los ojos y exhalo pesado, ignorando aquellos alagos, camino hacia el contenedor y tiro ambos lienzos.

—Dios...pero estas loca?

La castaña corrio y se asomo al contenedor tratando de no caer, estiro el brazo y los sacó limpiando un poco cualquier residuo que los dañara, miro a la pelirroja.

—¿Por que?

—Eso me pregunto yo

—Que cosa?

—Que clase de persona rebusca en la basura de un vecindario ajeno? A mi me daria asco...

Natasha estaba muy cansada como para discutir con una artista frustrada. Ella igual estaba frustrada.

No respondio nada, metio los lienzos a su enorme bolso de tela y continuo caminando.

—Hey!! ¿A donde crees que vas? Espera!!

La ignoro y simplemente siguio a pasos normales hasta doblar la esquina. La mujer tampoco insistió, solo su voz dejo de escucharse despues del crujido de una puerta cerrándose.

Mientras Natasha caminaba no podia dejar de pensar en el rostro de esa mujer... tenia rasgos perfectos pero no demasiado como para ser una de las miles de mujeres con los mismos... era diferente, hermosamente diferente.

Toda la tarde y noche no pudo olvidarse de ese rostro y el caracter de mierda que parecia tener.
No lograba pegar el ojo así que encendio la luz de su piso y fue a la sala para analizar las pinturas y al menos obtenetr un indicio de su frustración.

Los trazos parecian perfectamente plasmados en el lienzo, ninguna correccion o mezcla innecesaria. Natasha admiraba asombrada esos simoles detalles como las pjas de los arboles o las pequeñas personas dibujadas a detalle en el fondo del cuadro. Mientras paseaba sus dedos por el marco, sintio un borde extraño encontrandose asi con un pincel de cerdas finas y mango de metal con una franja de madera caoba, en la parte inferior tenia un nombre: Mildred O.

Inevitablemente una sonrisa se formo en la comisura de sus labios y lo desprendió del marco con sumo cuidado.

—Mildred...

Susurró ese nombre y minutos después volvió a la cama, dónde al fin pudo dormir.

SuspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora