Adrien
Ya iban a ser las 3 de la tarde, tenía el celular en mis manos esperando algún mensaje de Luka, actualizaba el chat a cada momento... pero nada. De pronto escuché su notificación y me apresuré en abrir WhatsApp y tenía un mensaje de parte del peliazul: "ve el techo del edificio frente a tu ventanal", yo giré la cabeza y vi a Viperion, alto y fuerte como siempre. Con un par de saltos él entró a mi habitación, sonriendo y abrazándome, —feliz mesianiversario, bebé— dijo mientras me daba un beso. Yo no entendía, ¿desde cuando él y yo éramos pareja?, O sea... Nunca me preguntó.
Luka notó mi mirada confundida, entonces rió y me palmoteó el trasero, —pequeño, hace un mes atrás nos devoramos la boca en la torre Eiffel—, yo lo miré y me sonrojé notoriamente al recordar esos ruiditos vergonzosos que yo hacia al ser tocado y besado por él.
—te tengo una sorpresa... pero necesito intercambiar Miraculous contigo—, yo lo miré confundido, ¡no podía hacer eso!, —tranquilo, hablé con Ladybug y ella dijo que no había problema ya que sabíamos nuestras identidades—. Luka se quitó el Miraculous de la serpiente y me lo entregó, Yo suspiré confiando en él retirando el anillo de mi dedo, se lo entregué y nos transformamos al unísono. El peliazul se veía jodidamente sexy y adorable, sus enormes músculos se notaban a través del traje de cuero negro...y que decir de su paquetote, se marcaba demasiado bajo la ropa, —¿Que me miras tanto? Mis ojos están arriba— dijo mientras pasaba su lengua sensualmente por sus dientes, yo me sonrojé, él se acercó a mi y me besó.
—debes vendarte los ojos—
—¿Para que?—
—¿Acaso quieres saber que es tu sorpresa?—
Yo negué con la cabeza y me anudé firmemente una pañoleta a los ojos. Sentí como Luka me tomaba en brazos y comenzaba a lanzar su bastón para transportarse rápidamente, de repente daba saltos muy largos, que al caer me generaba cosquillas en el estómago.
En 10 minutos llegamos al destino, oí el ruido del mar y las gaviotas, sentí que era depositado en una especie de manta, y como Luka desanudaba mi pañoleta. Lo que vi después fue lo mejor del mundo, Luka en traje de baño, mostrando sus fuertes abdominales y pecho, pero eso no era todo, ¡Tenía una gran fuente llena de Croissant's y una botella de agua junto a otros pasteles más!, Luka me dedicó una hermosa sonrisa mientras yo me lanzaba a besarlo, — no tenía idea que querías celebrarlo—, dije un poco apenado, —yo no te preparé nada...—, Luka me abrazó nuevamente y me dijo que lo único que quería era estar conmigo hasta el resto de nuestros días, esas palabras detuvieron el momento, no me gusta hablar del futuro, prefiero vivir el presente, porque... ¿Si ésto no funciona? Yo no tendría un futuro con Luka como imaginé, sería un sueño frustrado. El peliazul me quitó de mi trance metiendo dos croissant a mi boca, lo oí carcajearse mientras miraba mi cara de hámster, saqué uno de ellos y me comí el otro mientras reía.
Luka
Como era el mesianiversario de nuestro primer beso, decidí celebrarlo. Si tan solo Adrien supiera lo que me costó planearlo... Fui a la tienda de Marinette para comprar 12 Croissant's y algunos pasteles, lamentablemente estaban agotados y no harían hasta la próxima semana, así que pague el triple de su precio para que los hicieran de inmediato. Cuando ya estaban listos me comuniqué con Ladybug pidiéndole que llevara mi canasta a la playa, ella me regaló la botella de agua diciendo que consumir en exceso cosas dulces me secaría por completo, yo reí internamente porque sabía que ella era Marinette y literalmente ella vivía con las cosas dulces a su alrededor.
Ver a Adrien disfrutar sus Croissant's me llenaba el alma de felicidad. —sabes... Me gustaría tener una hija en el futuro, tendría tú mismo cabello, mis ojos y tus hermosos labios— dije besándolo, —eres la cosa mas bella de éstas tierras—, Adrien se sonrojó y mordió su croissant, —¿Como la llamarías?— preguntó el rubio, —Emily, en honor a tu madre— dije con orgullo, Adrien sonrió y me abrazó fuertemente.
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ocean eyes //lukadrien
FanfictionIba a ser el día de la familia en el instituto, yo me sentía cada vez más mal al ver a mis compañeros con madres, hermanos y hermanas, hasta que le tocó el turno a Juleka, un chico de cabello celeste y ojos oceánicos no dejaba de mirarme, eran unos...