Phoebe.
Bajé las escaleras lo más rápido que pude, sabía que mis niñas no me fallarían, como las amo, luego de esto tendré que hacerles un gran favor.
Cuando paso por la sala no está la mujer, sólo espero que no esté afuera, si no, saldría todo mal.
Salgo y no hay nadie, nada más que Andrea y Sofía, algo que es muy bueno.
—Mis amores, ¿cómo van? — pregunto cuando me acerco más a ellas.
—Pues bien, ya sabes que nos debes una grande por esto —Dice Sofía.
—Lo sé, pero ahora a lo que vamos, no podemos perder tiempo y la zorra se va en — miro mi reloj — unas dos horas más o menos.
Andrea me pasa la pintura, como podemos abrimos el carro y llenamos toda la tapicería de pintura de muchos colores, volvimos afuera terminando de pintar el techo, todas las ventanas, las puertas, todo el carro, eso era un desastre de colores, como me divierto con esto. Luego echamos un poco de pica pica en los asientos, para cuando se devolviera.
—Ok, ahora lo otro, como aún tenemos pintura, vaciemos lo que sobra de pica pica en aquél ultimo pote, junto con la pega industrial.
—¿Qué planeas hacer? — pregunta Andrea.
—La mujer tiene un exquisito gusto por la ropa, hablamos de Etiqueta Negra, Roscar De La Renta y Versace. Así que por qué no arruinarlo, si ella intenta arruinar mi vida, además no le vendría mal un corte de cabello gracias a la pega industrial adherido a él. Oh y lo más importante, el pica pica para que se vaya de una vez de aquí.
—¿Y la mayonesa y las pinzas? — pregunta Andrea levantándolas.
Oh lo había olvidado por completo... Tengo que idear algo para que ellas no me quieran matar...
—Pues bueno, la mayonesa es el antes, mientras ella esté sentada en el mueble yo le vaciaré la mayonesa en el cabello, ustedes, con ayuda de las pinzas, van a poner el pote de pintura con todo lo que pusimos adentro, sobre la puerta del baño. Sé que inmediatamente ella tenga la mayonesa en el cabello va a ir a limpiarse.
—Me gusta — terminan diciendo las muchachas.
Seguido de ahí, nos dirigimos a nuestras posiciones, yo me voy a la cocina y las muchachas al baño a preparar todo.
Me asomo en la sala y de nuevo está ahí sentada, que bien que no se fue a ver qué sucedía con la alarma del carro, tal vez pensaría que fue potro carro o qué sé yo.
Salgo a la sala y me coloco detrás de ella con el frasco de mayonesa en la mano.
—¿Qué tal?, puta — e igual como hice con la mezcla de torta, le vacié la mayonesa en el cabello.
Inmediatamente se levantó del mueble e hizo algo parecido a un berrinche de niña chiquita.
—¿Qué te sucede mocosa de pelo azul? ¡Déjame en paz! No sé qué demonios te crees, pero no me gusta para nada lo que haces... Te recomiendo que te alejes de mí, porque si no verás las consecuencias, o es que... ¿Acaso no sabes quién soy yo?
—Sí, sé que eres un puta y que te gusta hacerle daño a la gente, a parte, eres una perra interesada del dinero de la gente, ya que hace siete años, más o menos, abandonaste al pobre Biagio y a su hijo, que por cierto también es tuyo y eso te hace aún más perra, y les quitaste mucho de su dinero. Y pues ahora pretendes llevártelo, pues no, tú te metiste con fuego y ahora empiezas a quemarte, y como te dije, este es solo un abre boca de lo que te tengo preparado, como para que vayas conociendo el infierno, y mientras más intentes alejarlo de nuestra familia te las verás peor, y también si quieres te lo llevas, no importa. Pero eso sí, prometo, pero es que te lo juro, por cada maldito día que tengamos que pasar sin él, vas a sufrir de una manera que no te podrás imaginar, y no solo constará de arruinar tu cabello, maquillaje y fina ropa. ¿Te quedó claro? — sin más que decir me doy la vuelta y me voy, de nuevo la dejé sin habla, pero es que me parece increíble que sea tan perra, y además, a mí nadie me gana.
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No todas las Princesas visten de Rosa
Teen FictionDe ser hijos únicos pasamos a tener hermanastros, que problema, tanto que nos gustaba no compartir nuestras cosas con nadie y ahora tenemos que lidiar con otra persona más en la casa. La vida de estos dos jóvenes cambiarán cuando tengan que vivir ba...