Capítulo 7

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Marco.

 

-Papá ya llegó, voy a salir, buena suerte.

Cuando salgo está mi hermanita ahí, hoy la verdad que no parece un fenómeno.

-Perdona que te lo diga, pero estás hermosa – me mira feo – hermanita.

-Si gracias, idiota. ¿Empezamos?

-Sí, ya comenzó la música y todos estamos en nuestras posiciones y entramos de primeros.

Nos agarramos de brazos y pasamos, seguido de nosotros los niños con las flores y luego Paula con su Padre.  El lugar estaba lleno y todos se pararon cuando Paula entró, todo estaba tan perfecto, mi papá estaba ahí esperándola con una enorme sonrisa, jamás lo había visto tan feliz.

-Sé que cuidarás mucho a mi hija, la respetarás y la amarás como nadie lo ha hecho, aquí te la entrego depositando toda mi confianza en ti. – dice el papá de Paula cuando llegan al altar.

La ceremonia y llegó el momento de los votos.

-Biagio, ¿quieres recibir a Paula como esposa, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarle y respetarla todos los días de tu vida? – Dice el sacerdote.

-Sí, quiero.

-Paula, ¿quieres recibir a Biagio como esposo, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarla y respetarla todos los días de tu vida?

-Sí, quiero.

-El Señor, que hizo nacer entre vosotros el amor, confirme este consentimiento mutuo, que habéis manifestado ante la iglesia. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.

Phoebe y yo le entregamos los anillos cuando el sacerdote los pidió.

-El Señor bendiga estos anillos que vais a entregaros uno al otro en señal de amor y de fidelidad – dice el sacerdote.

-Paula, recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti. –Dice Biagio colocándole el anillo a Paula.

-Biagio, recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti – Paula le pone el anillo a papá.

-Bien, ya realizado esto, en el nombre del Señor, los declaro marido y mujer, ya puede besar a la novia.

Se besan y el lugar se llena de aplausos, todos estaban tan felices, cuando salieron todo el aire se llenó de burbujas en celebración a los recién casados.  

Luego de que Paula lanzara el ramo se fueron, al parecer nos olvidaron aquí… que bien que al menos traje mi carro.

-Phoebe, ¿cómo te vas a la fiesta?

-La verdad no lo sé, mi mamá y yo no pensamos esto antes, así que me encuentro varada sola esperando que alguno de los familiares me lleve.

-Yo te llevo.

-¿En serio?

-En serio.

-Ok está bien, espero que no nos mates.

-No lo haré – la miro  feo – sube – le señalo mi carro.

Subimos y nos fuimos. Había una gran fila de autos siguiendo a el de los recién casados

-Oye. – me dice Phoebe mientras vamos en camino

-Dime.

-Creo que… deberías… no se botar los condones después de hacerlo. – se ríe.

No todas las Princesas visten de RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora