Phoebe
-Pheeb, despierta, hoy es el gran día – me mueve mi mamá de un lado a otro.
-¡MAMÁ!, son las siete y media de la mañana y te casas a las ocho de la noche, ¿podrías dejarme dormir? – me vuelvo a dormir.
-No, hoy será un día duro, debemos arreglarnos el cabello, las uñas, maquillarnos, probarnos los vestidos, volvernos a maquillar de retoque, la cesión de fotos, más el día de spa que reservé para ambas, sin hablar de las comidas y el tráfico.
-Ño – me cubro con el edredón hasta la cabeza.
-¿Ño? – me hala del edredón y me caigo de la cama, mi mamá a veces está loca.
-¡MAMÁ!
-Tenemos que ir a desayunar princesa, báñate rápido y vístete.
-Ok mamá.
Me fui a bañar, amo tener el baño en mi cuarto, puedo esconder ahí a alguien si quiero. Mi ducha es genial, donde quieras que te pares caerá el agua, es como si lloviera, todo el techo de la misma tiene salida de agua, además de una parte donde me siento y hace masaje. Puedo escuchar también la radio y tiene un inútil intercomunicador, lo único bueno que le veo es que puedo recibir llamadas sin mojar mi teléfono, aunque es resistente al agua... sí, pensándolo bien, es inútil.
Cuando salgo me pongo una ropa deportiva para estar muy cómoda, sé que hoy será un día fuerte. Tengo muchos nervios por ver mi atuendo para la boda mi mamá no me ha dejado verlo, solo me dijo que lo mandó a hacer a mi medida y que me gustará, se que se trae algo en manos que no me agradará... espero estar cómoda en ese momento.
-Lista mamá, ¿adónde vamos a comer?
-A una de las panaderías que están por aquí que venden todo lo que te gusta para que escojas.
Adoro que mamá esté feliz, siempre como rico cuando eso pasa. Cuando llegamos escogí unas crepes de Nutella con crema, son mis favoritas, amo comer estas cosas, es como... no lo sé, como ir al cielo, así de simple. Me siento como una niña, es tan genial.
-¿Te gustó la comida?
-Sí mamá, gracias.
-¿Sabes algo?, cuando yo estaba más joven solía comer crepes con una de las muchachas que consideraba mi mejor amiga, se llamaba Naomi, en fin, mis favoritas eran las crepes de maíz, por lo general solía ir los viernes con ella a Crepe house.
-¿Ese no es el restaurante de mi papá?, ¿y qué pasó con tu amiga, la conozco?
-Sí, pero en ese momento él era uno de los socios. Y ella, pues... era la que se acostaba con tu papá.
-Ok que mala era, que bien que no la conozco, porque ya estaría muerta.
Se ríe, creo que ella también la odia... bueno es obvio no, estaba con su novio, a veces quisiera matar a mi papá por eso, pero él me ha ayudado mucho junto con mi mamá, no sé qué sería de mi sin ellos.
-Bueno ya que terminamos, vamos al spa, hoy es nuestro día.
-No mamá, es tu día, yo solo soy tu hija.
-Mis días son tus días así que no te preocupes, párate y vámonos.
Maldito spa, no me gustan, no sé, van tan en contra de mí... Cuando llegamos, teníamos cinco horas reservadas para nosotras, ¡CINCO HORAS!, nada más y nada menos.
Primero nos hicieron un masaje con mucho chocolate líquido y tibio, fue tan relajante, también un hidromasaje, era genial, me sentía como en mi jacuzzi, luego nos pusieron unas piedras que según ellos eran de río, unas estaban muy calientes y otras frías, no las pusieron en todo el cuerpo, desde el cuello hasta los pies, las masajistas dijeron que estaba inspirado en las disciplinas orientales que se centran en las siete chacras, que se supone son puntos estratégicos de energía vital del cuerpo. Además de hacernos una hidratación para el cabello, otra para las manos, un tratamiento facial. También nos acomodaron las uñas, me sentía tan bonita, no sabía que esto podía ser tan genial, y que el tiempo pasara tan rápido. Fue divertido, pero aun falta ir a ver el vestido, peinarnos y maquillarnos, dos veces... además de las fotos... y almorzar, ya sé por qué mi mamá quería que me despertara temprano, es increíble que ya sea la una y cuarenta.
Fuimos a almorzar pizza en uno de esos lugares de comida rápida y luego de eso a ver el vestido, estaba tan emocionada y nerviosa al mismo tiempo, no pensé que un vestido me pondría tan nerviosa, ¿cómo será?, ¿será rosa?, de seguro que sí, mi mamá ama las cosas rosas y sobre todo los vestidos rosa, es tan maricona. Mi mamá pasó a verlo primero, su cara cuando salió no me decía nada lo único que me dijo fue que entrara a probármelo.
-Maldición. – dije cuando lo vi.
Que hermoso es, nunca me había gustado un vestido, pero este es hermoso, dice tanto "Hola soy Phoebe", era un blazer azul menta con un vestido blanco que lleva una falda tubo corta, además de un lazo en el cuello azul menta también, era como tener algo que le gusta a mi mamá y a mí también, todo junto es como un esmoquin pero en menta, lo adoro, además de unos tacones blancos con falsos diamantes tornasol, van de un brillo normal al azul menta. Me lo probé y salí.
-Dios mío, hija estás hermosa
-Gracias mamá, está hermoso todo, como lo combinaste, me encanta, en serio gracias, por primera vez me gusta un vestido.
-Que bien te gustó, porque sino de todas maneras te habría obligado a ponértelo.
-Ja Ja muy graciosa, gracias por ocultármelo – digo con mucho sarcasmo.
-No fue problema, ya que te lo probaste y sabemos que te ves hermosa quítatelo, tenemos que ir a arreglarnos el cabello y maquillarnos, solo falta nuestra mini cesión de fotos y ya.
En la peluquería me hicieron un peinado hermoso, no soy de usar el cabello recogido, pero este me encanta, llevaba el flequillo suelto y dividió en dos, unas flores blancas y en la parte del moño un poco desordenado y ondulado, me encanta. Mi maquillaje era ahumado en los ojos y muy suave en el resto de la cara, los labios de un rosado muy pálido, me sentía extraña, pero debo admitir que me veo fantástica.
El tiempo pasa muy rápido ya son las cinco y media, cuando salió mi mamá ya con su vestido, estaba hermosa, no pensé que la vería así y hoy esta como un sueño, como esa princesa que ella siempre ha querido ser, se ve tan hermosa, es increíble.
-¿Estás lista para las fotos? – me pregunta
-Oh dios mío mamá estás hermosa. Vamos.
-Gracias Pheeb. – me besa la frente. – tú también estás hermosa.
-Gracias a ti mamá.
Nos fuimos en un carro descapotable a un jardín donde sería la cesión de fotos, se ve tan bonita tomándose fotos, yo me tomé unas cuantas también con ella.
Luego de ahí volvió el retoque del maquillaje, creo que todo esto es para ganar tiempo, ya que son las siete y media y debemos estar ahí mínimo a las ocho. Nos retocaron y ya estábamos listas para ir a la iglesia.
Cuando llegamos habían unas personas afuera de la iglesia, me bajé del carro para que todos supieran que llegamos y entraran a esperarla. Todos los que estaban ahí se vieron impresionados por verme vestida así y tan bien arreglada ya que pues bueno, conocen mi estilo y va fuera de lo normal. Cuando todos entraron salió el idiota y me acerqué al carro donde estaba mi mamá para avisarle que saliera.
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No todas las Princesas visten de Rosa
Teen FictionDe ser hijos únicos pasamos a tener hermanastros, que problema, tanto que nos gustaba no compartir nuestras cosas con nadie y ahora tenemos que lidiar con otra persona más en la casa. La vida de estos dos jóvenes cambiarán cuando tengan que vivir ba...