Phoebe.
Pasan una, dos, tres, cuatro, cinco horas que Marco se fue sin decir a donde… es un idiota. Tal vez debe estar tirándose a alguien… como siempre, solo espero que no traiga a ninguna mujer a la casa y haga algo con ella en mi cuarto, muebles, casa de la piscina, jacuzzi y/o piscina… lo mataría si llegara a conseguir alguno de sus condones por ahí tirados como en su carro, me da escalofríos de solo pensarlo, no puedo creer que me monté ahí y vi eso.
Siento un golpe en la puerta, creo que ya llegó, porque mi tío no ha salido, al menos que si lo haya hecho… pero la verdad no lo creo, sé que él no me dejaría sola, ya me conoce, sabe que haría algún desastre y mínimo una fiesta.
-Mira, párate ahí. – le digo cuando lo veo pasar por el pasillo, al parecer va a su cuarto - ¿dónde estabas?
-Después soy yo la esposa. - Ok ganó con eso. – Pero por si te interesa tanto estaba en clases de guitarra, contigo es imposible.
-Que bien… y emm… bueno chao, ya me dijiste lo que quería.
-¡¿QUÉ?! ¿En serio?, o sea, no me vas a preguntar ni cómo me fue o qué aprendí, ¿nada?
-No, solo quería saber dónde estabas, no cómo, así que continúa. Pero bueno, como para que no te sientas mal, si quieres me dices cómo te fue y que hiciste y finjo escucharte.
-Te odio.
-Vete pues… Dios que difícil eres cuando te lo propones.
-Ok está bien, si así lo quieres – se va.
Que molesto puede llegar a ser a veces, quisiera golpearlo a veces.
Me siento un rato en mi piano a componer, en ese momento me viene una canción a la mente sé que le gustará y si la tocamos juntos será mucho mejor. Empiezo a escribir como loca cada frase que llega, la verdad es muy alegre y un poco rebelde, trata sobre una noche de fiesta y alcohol con amigos, es algo rápida además así que ahora dudo si le gustaría, o si mas bien podría con ella… si no, sería para luego.
Empiezo a cantarla y practicarla hasta que salga perfecta.
-Niña, ¿sabías qué, además de tener un cuerpo hermoso cantas hermoso? – Lo fulmino con la mirada – ok perdón, era broma, aunque lo de la voz si era muy en serio, no te había escuchado cantar, lo haces muy bien.
-Pues gracias, supongo…
-Está muy buena esa canción, no la había escuchado antes, ¿de quién es?
-Mía, idiota. Creo que a eso se debe que no la hayas escuchado antes, ¿no crees?, la hice hace unas dos horas y te iba a preguntar luego de grabarla si te gustaba, pero como me interrumpiste – lo vuelvo a ver feo.
-Ok está bien, sí me gusta, está genial, pero si sabes que no tengo ni idea de cómo tocarla, ¿verdad?
-No me importa, resuelve… ¿no estás ya en clase pues?
-¿Estás celosa de que sea otra quien me enseñe?
¿Otra?... ¿Celos?... idiota, no estoy celosa, no suelo serlo… ni me gusta, ¿por qué habría de estarlo?... idiota
-¡NO!, no lo estoy, es que si te pierdes todo el día y me dejas en inmenso aburrimiento.
-¿Cómo hacías antes cuando yo no vivía aquí?
-Podía salir cuando quisiera y no estaba mi tío aquí como un carcelero.
Realmente vivir con mi tío es muy frustrante, no puedo hacer nada, y sin exagerar, lo más divertido es estar en mi cuarto porque si bajo a la piscina cree que moriré ahogada… es muy dramático.
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No todas las Princesas visten de Rosa
Teen FictionDe ser hijos únicos pasamos a tener hermanastros, que problema, tanto que nos gustaba no compartir nuestras cosas con nadie y ahora tenemos que lidiar con otra persona más en la casa. La vida de estos dos jóvenes cambiarán cuando tengan que vivir ba...