Capítulo 28

3.4K 225 1
                                    

Phoebe.

Es increíble que ya lleve un día sin Marco, sin verlo, sin saber de él, hasta ahora que me llamó. La debe estar pasando muy mal si esa mujer hasta le rompió el teléfono. Me llamó desde un teléfono público, por el número, y además, de madrugada. ¿Qué tan mal la estará pasando como para que tenga que llamar de madrugada desde un público?

Hablar con él me quitó el sueño, ahora me siento más preocupada que cuando  le escribí y más aliviada que cuando pensaba que ya no quería saber más de mí, ¿cómo es que no se me ocurrió antes que ella le pudo haber quitado el teléfono?, aunque tampoco lo esperaría, para mí fue mejor creer que ya no me quería responder antes que otra cosa, porque como aparecía el teléfono prendido... Muy astuta la mujercita esa, seguro quería que peleáramos, pero, ¿cuál es el motivo?, ¿qué tengo que ver yo en eso? O... ¿Por qué quiere hacerle tanto daño a Marco?... Tantas preguntas... Pero voy a luchar por averiguar qué es lo que se trae en manos.

—Almendra ven — llamó a mi perrita cuando salgo del cuarto.

Ella se acerca a mí y la cargo, usualmente no suelo estar con ella, pero ahora necesito compañía. La subo conmigo al cuarto de vídeo y me siento en uno de los sofás, pongo a Almendra en mis piernas y siento como el sueño me invade poco a poco.

_____

—Phee, ¿estás bien? — me pregunta Sofía cuando me ve — es que ayer no viniste y no hemos sabido nada de ti desde que nos fuimos de tu casa.

—No, saben, es extraño, yo no suelo querer a la gente y ahora quiero a alguien que no pensé nunca, a alguien quien catalogaba como un Ken, es que ni con mi antiguo novio me sentía así, sufro con tan solo dos días de novios, increíble... Esto sí que jamás me lo pensaba.

Maldita perra que se lo llevó.

—Oye Phee, tranquila, ya todo se va a solucionar, no te preocupes, sé que ahorita al principio se te va a hacer rudo, pero calma que pronto todo se va a solucionar — Trata de calmarme, aunque sin embargo es en vano.

—Phoebe, oye... Puedo hablar contigo — dice Andrea cuando llega — pero... A solas — voltea a ver a Sofía.

Sofía asienta y se retira.

¿Pero qué diablos le pasa? Generalmente cuando hablamos somos las tres no eso de "a solas" me sorprende...

—¿Qué pasó? — digo y me cruzo de brazos.

—Pues fíjate, yo no sabía sobre tu relación con Marco... Hasta antes de ayer en la noche.

—Aja... Y ¿a qué quieres llegar con eso?

—Pues que jamás pensé que tú estarías con él, es decir primero fue mío — dice como queriendo decir “lo siento por ti, pero ahora lucharé por él ”

No puedo creer que quien yo creía mi amiga me diga esto.

—Ok cierto, tú fuiste su juguete sexual la misma noche que lo conociste, pero eso no lo hace tuyo ahora. No me voy a pelear por el contigo, sólo me basta decirte que él es mi — digo resaltando el “mi” — novio y tú no serás un impedimento para mí, si quieres sexo fácil ahí tienes a Ángel, su amigo.

—¿Y por qué tú no te vas con Ángel?

—Mira mi amor, no estoy para aguantarme estupideces de niñas bobas ahorita, ya tengo suficiente con tener una loca perra detrás de mí, no me hacen faltan dos. Y si me disculpas, me voy — me giro y me dispongo a caminar.

Dos pasos luego siento que me agarra del brazo y me voltea, me pone muy cerca de su cara hasta que quedamos viéndonos fijo a los ojos por unos segundos.

No todas las Princesas visten de RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora