Capítulo 35

3.2K 216 4
                                    

Marco


—Bro — me saluda Ángel cuando llego al colegio — creí que no sé te habías muerto o algo así, no contestas los mensajes y tenías como tres días que no venías. ¿Todo bien? — pregunta preocupado.

El teléfono... Esto de Phoebe me tenía distraído...

—Sí... Estuve ya sabes... Volví a mi casa.

—Tenemos que celebrar eso, qué te parece hoy en tu antigua casa, unos cuantos culos... Ya sabes — dice apoyándose sobre la parte delantera de mi carro.

Este alemán debió olvidar que tengo novia... O tal vez lo sabe pero no le debe importar, tal vez debe pensar que es una más... No la veo así, con ella todo es diferente... Ella no es un culo más.

—No puedo bro, sabes que está Phoebe. Además que hoy tenemos que terminar el trabajo final... No sé si lo habías olvidado o algo así.

—Cierto... El trabajo final... Bueno ya veremos cuando la hacemos. Bueno equis... No me digas que están en serio... Bueno pero una tarde que no estés con ella no te hará daño.

Sé que Ángel es muy fiestero... Ambos éramos iguales, ahora está Phoebe... Creo que nos separa un poco, aún pueden haber las bromas y todo eso pero creo que la vida de las mujeres ya no.

—Sí pero... Ok hay que tener en claro varias cosas: mujeres fáciles más alcohol más una casa sola más drogas da igual a mucho sexo loco... No es que no quiera... Pero no quiero lastimar a Phoebe ni serle infiel...

—Bueno, terminen — dice como si fuera lo más fácil del mundo y ella lo más nulo del planeta — no puedes dejar pasar esta oportunidad por ella. O ¿no la quieres dejar porque es sexo garantizado?

—No, creo que la amo.

—Que gay eres — se ríe — bueno sí la quieres amar bien, no puedo hacer nada entonces haz la fiesta y embriágate con ella y yo me quedo con los culos, más para mí.

—Buee... — el molesto timbre que indica que debemos entrar a clases me interrumpe — maldito timbre, —vamos al puto salón — Ángel se levanta del carro y me sigue — en fin, ok yo llevo a Pheebs, este viernes por cualquier cosa pido mi cuarto y el baño con la enorme tina...

—¿la que parece un jacuzzi? — me interrumpe.

—Sí, esa. En fin, eres libre de hacer lo que se te dé la gana en toda la casa menos ahí.

Antes no teníamos estas divisiones de lugares, es más nunca lo había hecho, pero si quiero un momento con Phoebe no quiero que nos molesten y menos que la vean.

—Si eso te hace feliz.

—Sí, otra cosa, olvidé que Ada y Martha estaban en la casa, son las mucamas que estaban en casa de la loca... Tengo que hacer algo para que dejen de vivir ahí... Todavía papá no ha hablado con ellas.

Termino de contarle la historia de cómo ellas llegaron a esa casa y entramos al salón.

Por fin suena el timbre anunciando la hora de salida. Todo el día en clases fue realmente aburrido, necesitaba a Phoebe acá, la extraño, extraño su voz, su piel, sus labios, su cabello, todo.

Camino hacia mi carro con Ángel, se supone que iría hoy a mi casa a hacer el trabajo final de todo el año. Ya estamos a unas semanas de graduarnos. Solo necesitamos de ese trabajo para pasar, y ya saben el dicho, "Life is good, when you finished high school ".

—Bro, ¿quién es esa que está ahí? — pregunta Ángel cuando nos acercamos al carro.

Hay una muchacha no muy alta delgada, me parece conocida, pero desde acá no puedo apreciar bien su cara. Lleva el cabello recogido con una cola alta, un pantalón corto hasta la cintura, una camisa corta y tacones... No lo puedo negar, está bien buena, tal vez tuvimos algo... Creo que sí. Si fuera de noche tal vez pasaría que es una prostituta. Con cada paso que doy y mientras más me acerco, certifico que la conozco y más que ha estado conmigo.

No todas las Princesas visten de RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora