Capítulo 19

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Phoebe.

Nos sentamos en el sofá frente al televisor, lo normal es que hubiésemos llegado a almorzar, pero esta vez no, hoy todo sería diferente, después de este momento no sé qué va a pasar. Aún tengo mis dudas en cuanto a él, sé que no es un ángel caído del cielo, pero tampoco es que se ha portado mal conmigo estos días que hemos tenido que pasar juntos. 

Además se esforzó un mundo para hablarme, creo que eso nadie lo había hecho, se podría decir que aprendió a tocar guitarra por mí, es decir, por poder acercase a mí.  

—Entonces... — Marco habla primero, creo que para romper el hielo o algo así — ¿me dirás que fue todo lo que pasó ayer?

No sé si se refiere al beso o a cuando me fui... unas cuantas veces.

_______

Me encuentro en mi cuarto, confundida... ¿por qué razón Marco haría eso?, ¿a qué se debe que de la noche a la mañana el estuviera así conmigo?, o, ¿será de hace un tiempo? No entiendo nada, no comprendo el por qué.

Tengo quince flores en mis manos, no puedo soltarlas, pero tampoco quiero tenerlas... Me acuesto en mi cama abrazándolas, ¿por qué me hace sentir tan frustrada todo esto?, ¿será que si lo quiero? 

Dicen por ahí un beso te hace descubrir emociones, la verdad no sé si sea cierto, la verdad no sé si quiero intentarlo, la verdad es que en estos momentos no logro pensar con claridad. 

Noto como Almendra, mi perrita, me ve triste, como si yo le transmitiera lo que en estos momentos estoy sintiendo, no sé si es tristeza o confusión nomás.

Luego de un rato, hice algo que jamás pensaría, me paré de mi cama, fui a su cuarto, lo besé y me devolví sin más, no le acepté sus disculpas con palabras ni nada. Solo me fui. 

Recuerdo haberle dicho “Mañana hablamos, recuerda que ahorita están nuestros padres”. Qué clase de persona soy, le dije que nuestros padres seguían aquí, es como si le dijera que si ellos se quedaran tendríamos sexo.

¿Qué diablos fue lo que hice?, ahora me siento como una cualquiera, como las demás, que se besan con uno, otro, otro y luego otro. No soy así, aunque sentí algo en extraño en ese momento en el que nuestros labios se rosaron, como una chispa de felicidad... estoy confundida maldición. 

Escribir con él me calmó un poco, la verdad no sé si lo quiero, no sé que siento... odio esto, pero me hace sonreír, me siento como una niña boba detrás de un hombre, esto no suele pasarme muy seguido. Sigo pensando si arriesgarme o dejarlo así, presiento que mañana será un día de locos.

_______

—¿Phoebe?, ¿me dirás algo? — dice Marco sacándome de mis pensamientos. 

—¿Perdón? — la verdad es que estaba muy perdida y no le presté mucha atención. 

—Que ¿si que fue todo lo que pasó ayer?

—Oh sí, cierto... eso... 

—¿Entonces?

Siento como mis mejillas se tornaron de un color un poco mas rosa de lo normal. 

—Pues... fue solo una reacción y ya. — trato de ocultar mi cara un poco más ruborizada con mis manos. 

La verdad no conseguí nada mejor que responder, ahora mismo siento un poco de vergüenza… aunque creo que no debería por qué, ¿o sí?

—¿Segura? — siento su mirada muy seria sobre mí.

No todas las Princesas visten de RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora