Capitulo 34

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Phoebe


Voy a matar a Marco... Cómo se le ocurre decirle eso a mi mamá que en la casa no seremos novios... Por amor a lo que sea, ¿qué le sucede?

Cuando mi mamá se levanta para irse, hago lo mismo y me siento al lado de Marco.

—Te voy a asesinar — digo entre dientes — ¿por qué le dijiste eso a mi mamá?

Se acerca a mí y sonríe.

No entiendo por qué sonríe...

—¿Y tú te lo creíste? — susurra

What?! Cada día lo entiendo menos.

—¿Cómo así?

—Esto es mejor si lo hablamos afuera. Así que dile a Paula que saldremos... Que tengo que tener tiempo con mi novia.

—Bieeeen... ya vengo — me levanto y le lanzo un beso.

Subo a mi cuarto y me siento en la cama un momento. No puedo creer que esté aquí todavía... no puedo creer lo que pasó ayer... no dejo de recordar cada instante en el que me besó o pasó su mano por mi cuerpo... ya esta altura no puedo evitar sonreír sola... tal vez parezca una loca, no lo sé... miro el reloj en mi muñeca que hoy tapa mi tatuaje, debo llevar unos dos minutos metida en mis pensamientos. Será mejor que vaya a preguntarle a mi mamá de una vez antes de que Marco empiece a preguntarse qué hago.

______

Fuimos a caminar a la playa y nos sentamos por donde Marco me dedicó la canción...

—Ahora sí, dime ¿por qué le dijiste eso a mi mamá? — me cruzo de brazos.

—Porque quiero libertad, tal vez no de día mientras estemos en la casa... pero mientras ellos duermen, como ayer, somos libres de hacer lo que queramos.

—Marco, no seré tu muñeca inflable de todas las noches si a eso te refieres, ok ayer lo hicimos, bien... pero no quiero que nuestra relación se convierta en solo eso... en vernos en las noches.

Veo como se dibuja en la cara de Marco una gran sonrisa... ¿por qué sonríe? Si es fastidioso.

—Princesa, no será así, por eso le dije que fuera de la casa seremos novios normales, como ahorita — me da un pequeño beso — podemos salir a donde quieras, y sólo haré lo que tú quieras hacer cuando lo quieras hacer, no te obligaré ni te haré hacer jamás nada que no quieras — me besa de nuevo.

Pues sí, tengo un novio algo loco, pero lo amo, no lo sé, es raro, nunca había amado a nadie, nunca nadie me había importado como tanto nadie, nunca había pensado en mí con otra persona a largo tiempo, solo espero que él no me rompa el corazón.

Pasamos la tarde en la playa jugando a mojarnos como niños, hicimos castillos de arena cosas así que hacía mil años que no hacía.

Ya en la noche, nos metimos en el jacuzzi como la primera vez.

—Flashback—

Me puse uno de mis trajes de baño negros y mi vestido negro de mallas.

—¿Ya estás lista? — Dice Marco tocando la puerta

—Sí, vamos, pero antes tenemos que ir a la casa de la piscina a buscar los paños.

—¿Tú también tienes una casa de la piscina?

¿También?

—¿tú tienes una?

No todas las Princesas visten de RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora