Hijo Del Amor y La Luna.

Capitulo 11: Reencuentro En Las Vegas y Dos Sujetos Muy Extraños.

Silencio era lo único que se escuchaba después de la gran explosión que ocurrió cuando Percy y Annabeth destruyeron la máquina de simulación de Ares, Annabeth empezaba a recuperar el conocimiento y abrir sus ojos pudo notar que estaba en un lugar obscuro la chica quiso levantarse pero choco con algo o más bien con alguien.

-Veo que ya estas despierta chica sabía. -La voz de Percy le llamo la atención.

-¿Percy? ¿Qué paso? ¿Dónde estamos? -Annabeth le pregunto con duda en su voz.

-Cuando destruimos la máquina de Ares, hubo una gran explosión, no había tiempo para que nos escondiéramos, así que te cubrí con mi cuerpo de la explosión y de los escombros que cayeron. -El semidiós le contesto a la chica.

Annabeth se sorprendio ante eso y enfoco su vista en su amigo, cuando vio en las condiciones en las que estaba un nudo se le hiso en la garganta, Percy estaba cubierto de sangre y podía ver quemaduras en sus brazos que seguían hacia la espalda por lo que dedujo que también la tenía toda quemada, lagrimas empezaron a caer de sus mejillas con delicadeza rodeo a Percy en un abrazo para no lastimarlo más de lo que ya estaba, sin poder aguantar más tiempo la niña comenzó a soltar toda su frustración, ella se sentía inútil, ella siempre pensó que sus estrategias siempre la llevarían a la victoria, se sentía orgullosa por ganar cada juego de bandera que ella comandaba, creía que nadie la iba a superar.

Pero ahora había visto la realidad, no era una heroína, ni una guerrera, los monstruos no se comparaban a personas entrenadas, había tenido su primera lucha a muerte y solo salió viva por pura suerte, porque su enemigo no quería matarla y ella no pudo hacer nada contra él ni siquiera aun cuando se estaba conteniendo, si no hubiera sido por Naruto o Percy ya estaría muerta desde un principio, en esos momentos solo era una niña de 12 años que quería ver a su mama y que ella la consolara.

-Está bien Annabeth, todo va estar bien, yo estoy aquí contigo, no dejare que nada malo te pase te lo prometo. -Percy consoló a la semidiosa con un tono de voz tranquilo y dulce.

-COMO QUIERES QUE ME CALME, ESTAS GRAVEMENTE HERIDO, TENEMOS QUE LLEVRTE A UN HOSPITAL Y SI NO FUERA POCO ESTAMOS ATRAPADOS EN ESCOMBROS, CREI QUE TE HABIA PERDIDO UNA VEZ, NO QUIERO VOLVER A SENTIR ESA SENSACION NUNCA MAS. -Annabeth le contesto alterada a Percy, ya que el semidiós estaba de gravedad era un milagro que estuviera vivo.

-Ey no te preocupes, chica sabia, tuve suerte de que estuviéramos cerca de una atracción, por lo que al explotar la maquina reventó las tuberías y depósitos de agua así que primero te cure de tus heridas y ahora me estoy curando a mí.

Al escuchar eso la semidiosa se fijó mejor en Percy y pudo notar como sus heridas se estaban curando, pero no pudo analizar más la situación ya que escucho que algo se movía arriba de ellos, después de unos segundos vio como una roca era levantada, por lo que la luz la segó pero después de unos segundos de acostumbrarse de nuevo a la luz vio de que se trataba de Naruto, el cual le sonrió al verla, pero ella se sonrojo un poco porque pudo ver que el rubio no tenía su camiseta por lo que se apeno un poco, pero tuvo una hemorragia nasal cuando vio bien como estaba acomodada con Percy, él estaba arriba e ella sin una camisa mientras sus brazos estaban a cada lado de la cabeza de Annabeth y ella tenía sus piernas rodeando las caderas del semidiós y sus brazos alrededor de su cuello pero lo que la mataba de vergüenza es que ella también no tenía su camiseta y solo estaba en sujetador lo que daba a entender otra cosa.

Por su parte Percy había serrado sus ojos y volteado hacia otro lado, para evitarle más sufrimiento a Annabeth, pero se podía distinguir que toda su cara estaba roja como un tomate y que humo salía de sus orejas y al ser un adolecente, cierta parte de su cuerpo lo traiciono y pudo sentir un bulto en sus pantalones, él no era tonto ni inocente sabía muy bien lo que era la sexualidad a ellos les dieron cursos sobre ese tema y no podía negar que su compañera semidiosa tenía un cuerpo que muchas chicas de preparatoria envidiarían e inconsciente mente se imaginó a él y a la rubia en esta mima posición en un futuro cuando fueran mayores. -PERO QUE MIERDAAAAAA ESTOY PENSANDOOO, MALITAS HORMONAS ME ESTAN TRAISIONANDO. -Percy grito desesperado en su mente sin saber que la semidiosa pensaba lo mismo.