✨CAP: 1✨

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NARRA ANETH

Hoy me levanté un poco tarde, tomando en cuenta que vivo como a hora y media si quemo llanta y arremango gente para llegar al local.

Me subí al Jeep Rubicón que mi papá compró para tomar camino a Culiacán, no voy todos los días pues tengo trabajadoras para que abran el local y hagan el trabajo pero de vez en cuando las citas las piden conmigo y no con el salón, yo soy la que reservo por vía instagram o Whatsapp para solo mandárselas a Ángela, la encargada de la tienda.

Llevaba mucha prisa pues iba tarde, pero jamás me ha gustado ir a altas velocidades al cruzar el canal del panteón, cruzo y noto como una Suburban negra está parada con un hombre de baja estatura, pelo castaño y piel blanca, haciendo como que hace algo al cofre pero sin siquiera meter la mano, y otro de igual baja estatura, piel blanca pero pelinegro está sentado en el escalón de la camioneta, dudé en pararme pues las cosas se pusieron rudas por acá, los mentados "chapitos" andaban sacando a la gente de sus casas después de haber desterrado a los que ya estaban aquí adaptados, ignorando todo eso me paré al lado de aquel hombre y hablé un tanto nerviosa.

- Necesitan ayuda?-

eso fue lo único que pudo salir de mi boca al ver la cara del tipo que se encontraba parado.

- Si te digo que no, me crees?- respondió con tono juguetón.

-Quieres que te crea?- hablé alzando una ceja y formando una media sonrisa.

- No la cagues Iván, si necesitas ayuda, no sabes de mecánica, solo conoces del exterior de los carros con el motor y los cables no te llevas, deja ahí- habló el otro hombre poniéndose de pie rápidamente para regañar al que parecía ser su hermano.

- Ahora resulta- volteó los ojos para darle la espalda al otro hombre y fingir que busca algo en el monte.

- Qué resulta?- contestó ofendido el pelinegro.

- Que los pájaros le tiran a las escopetas- habló sin voltear.

- Ahí solo podrás encontrar una serpiente o animal, ven, yo te puedo ayudar-

El hombre no dejaba de fingir, ya hasta me daban ganas de ponerme a buscar algo yo también, revisé el cofre y solamente estaba descargado el carro no traían cables, por lo que si se hubiera parado otro que tampoco trajera se quedan ahí otro rato.

- Solo está descargada, voy a mover la camioneta para pasarles, van muy lejos?-

- No, vamos aquí a Jesús María- contestó el castaño.

- Pues no está a la vuelta de la esquina precisamente
- me limpié las manos con un trapo - después le cambian de pila o la recargan bien, no andén mucho así, se van a quedar tirados, otra cosa, le falta aceite a la camioneta, también gasolina y una lavada-

- Y no se va desarmar de pura casualidad?- preguntó con un sarcasmo medio mamón.

- Pues yo solo revisé lo indispensable, no sé cómo traten el carro- hablé montándome a mi Jeep-Tu, ven conmigo- apunté al pelinegro- Vamos por aceite y una pila, que el se quede cuidando el carro.

- Qué?- preguntó sorprendido.

- Sigue de sarcástico, aparte de que te quiero ayudar-

El otro muchacho de subió y arranque, no creo que a alguien le interese llevarse a un chapito bueno y bonito. pensándolo bien mejor me regreso por el.

- Súbete rápido- ordené de mala gana.

- Y cómo te llamas?-

-Aneth Félix para servirles-

- Félix?- preguntó viendo a su hermano con un poco de preocupación.

- No soy nada de los Arellano ni Beltran, descuida. y ustedes?-

- El se llama Iván y  Ovidio Guzmán pá servirle a usted y a Dios - habló gustoso el más joven con una cara de inocencia.

- Ah- hice una pausa y despues me di cuenta- qué? Guzmán qué?-

- Salazar y López- habló desde atrás Iván.

- son los hijos del Chapo?-

- Simón, pero descuida, no somos tan malos como nos pintan. Bueno yo no, ellos si, son más sangrones pero bueno-

- Lo noté- solté sin temor y el castaño del asiento trasero me miró mal.

- Y a qué te dedicas?- preguntó serio.

- Tengo un salón de belleza. cuando quieran, en forum- sonreí.

compramos lo necesario y volvimos, les ayudé a hacer todo eso y ahora sí, a mi changarrito.

Después de ayudarle a “los chapitos” si así se les podría decir, como les comenté me vine a mi "changarrito" como lo llamaba.

Como que si me sentían poco extraña al saber que le ayude a los hijos de alguien muy importante, no fue algo como del otro mundo pero de igual manera te sientes raro, se me fue el día pensando en lo mismo.

Chequé la hora y ya era hora de irme a mi casita por fin, espero y de regreso no toparme con nada ni nadie y no por roñosa plebes pero si me da miedito por qué es un poco tarde.

Llegue a mi casa sin ningún inconveniente, a llegar lo primero que hice fue entrar a mi recámara para hacer mi aseo para después bajar a comer con mis papás, dudaba de contarles lo qué pasó hoy por qué conozco a mis papás y se que me regañarían por darle raite a personas peligrosas, pero creo que si yo hubiera estado en las mismas ellos hubieran echo los mismos, en fin me arme de valor y me acerque a ellos.

- hola papis-

- Hola mi niña preciosa, ¿como te fue hoy?- preguntó mi papá.

- hola mi princesita- saludó mi mamá.

- muy bien gracias excepto por unas cosas pero todo bien, y a ustedes?-

- muy bien un poco cansado pero bien, y a qué té refieres-

- ¿que pasó? mi amor- preguntó mi mamá.

- nada todo bien jaja cosas qué pasa-

Ya se que se estarán cuestionando del por qué no les dije a mis papás, pero es que la verdad los conozco perfectamente, se que mi mamá ya no me dejará hacer nada sola y mi papá se pondrá todo histérico y se molestará conmigo así que prefiero que esto quede en una sola vez y ya.

ℰ𝓃 𝒟ℯ𝒻𝒾𝓃𝒾𝓉𝒾𝓋𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora