✨CAP.11✨

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NARRA KENNIA:

Después de que se fueron Iván y Aneth solo me quedaba tragarme mi coraje, aunque engorde. Ya ni me acordaba que estaba Alfredo conmigo, me acosté y me puse a ver TIK TOK para que se me pasara un poco el coraje porque la neta yo, soy una persona tan intolerante que ni siquiera sé cómo hice para no decirle de todo hasta de lo que se iba a morir. Estaba bien entretenida aprendiendome un nuevo Tiki Toka que se me olvidó que íbamos a ir a desayunar hasta que Alf me recordó.

- Oye bonita, y a qué horas nos vamos a ir?-

- A dónde?- lo miré extrañada y el me miró confundido- Aaaaah si cierto- reí- lo siento se me había olvidado-

- Lo noté- rió.

- Voy a ver si Aneth ya está lista y nos vamos-

- Yo voy a ir bajando-

- Hay que conseguirte una silla se ruedas para traerte como burro sin mecate- reí.

- Si me vas a traer como traías el carro mejor me quedo con las muletas- solté una carcajada ante su comentario.

- Gran elección. Vamos pues- agarré mis cosas y esperé a que saliera-

- Vámonos- habló saliendo.

Salimos y yo me dirigí al cuarto de Aneth e Iván para ver si ya estaban listos y si, salieron y ahora con mucho valor agarré mi orgullo y me lo puse de collar para ir a tocarles a Ovidio y Adriana.

- Mande? - habló apenas abrir la puerta.

- Están listos? Vamos a ir a desayunar- hablé con un tono seco y el rostro relajado. Sabía de sobra que con eso sabían todos que no estaba en mi mejor momento.

- Afirma, Adri se está poniendo los zapatos y yo nomás me pongo una camisa- habló como si nada el sinvergüenza.

- Los esperamos en recepción entonces- hablé dándome la vuleta a punto de irme pero su mano se posó en mi hombro deteniendome.

- Oye, perdón por lo de la mañana- habló pero lo interrumpí.

- No me pidas perdón a mi, pídelo a ella- miré a través de el y señalé a Adri.

- Si, lo haré pero, ya les dijeron a los plebes?- en sus ojos pude ver arrepentimiento puro, pero a mi su carita de lastima no me iba a doblegar.

- No-

- Gracias- respondió aliviado.

- No, no me agradezcas, no se los dije pero me hubiera gustado, porque no estuviste bien ni poquito, ella no se merece que la trates así, no es tu juguete, no eres su dueño, eres su amigo según lo has dicho tu mismo, y si son algo más y lo niegas no tienes el mínimo derecho de reclamar si alguien más le habla porque ella y tú saben lo que son pero los demás no sabemos cómo está su vida amorosa y no es necesario que lo griten pero si es necesario que la respetes. Tu vida no es de mi incumbencia, pero eso que hiciste hoy es una pequeña advertencia de lo que puede ser mañana- hice una pausa y sin dejarlo responder volví a hablar- Tu no eres su dueño- setencié.

- Ya de aquí en adelante nada será igual en la amistad verdad?-

- Solo el tiempo decidirá eso- me limité a responder.

ℰ𝓃 𝒟ℯ𝒻𝒾𝓃𝒾𝓉𝒾𝓋𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora