✨️CAP.23✨️

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NARRA ALFREDO:

- ¿Qué pasó? ¿Qué te dijo?

- Ya está.

- ¡Ovidio! ¿Qué pasó?

- Se murió, Iván. Se murió.

- No mames. La cagué.

- Tranquilo, Alf, solo alejate de ella. Ya no hay vuelta atrás.

- No, no mames, Iván, me va a odiar.

- Ya te odia. Ya te odia, y esto es algo bueno para nosotros.

Me dejé caer en el sillón y metí la cara entre mis manos. Eso fue lo peor que pudo pasar en mi vida. Kennia me odiaba, si le faltaba un poco para eso, ya no le falta nada.

Me llevé el día entero sumido en pensamientos, odiando cada parte de mi, cada parte de todo lo que me rodeaba.

Sé que Iván aseguraba que me veía así por Elsa, pero jamás me sentí ni la mitad de enamorado de lo que me siento por Kennia. Pero claro, ellos solo ven lo que quieren ver. Iván es feliz con Aneth y a pesar de que se alejó un día, el pudo solucionar su problema, claro, el problema era mio.

- Alfredo, andan unas camionetas desconocidas.

- ¿Ahora pides autorización para cuidarnos? Interceptalos o algo. Mejor, ve a molestar al Iván con eso.

- Alfredo, no puedes descuidar el negocio.

- El negocio me vale madres, Ovidio.

- Pareces niño chiquito.

- Me vale madre lo que pienses igual.

Me levanté y salí de la casa. No sabía a donde ir. Literalmente estaba en mi casa y no me iría por ellos y sus comentarios pendejos. 

No tenía ni idea de que habían decidido hacer con las camionetas, así que solo me quedé viendo el día pasar.

- Eran camionetas del Chalo.

- ¿Chalo anda en Culiacán?

- No solo en Culiacán, está con el otro de los de la bodega

- ¿Con el amigo del hermano de Kennia?- me senté derecho.

- Si, con el.

- Pues claro, trabajaba para el- agregó Ovidio.

- Pero, no. Ese cabrón jamás le pone tanta atención a ninguno de sus empleados.

- Ya va a mal viajarse.

- Ovidio. ¿A qué te refieres, Alf?

- Que esto va más allá de la muerte de Raul. Ese cabrón anda buscando algo.

- Alfredo, tal vez, solo está buscandonos porque le matamos a uno de sus hombres de confianza.

- O, quiere algo con la Kennia.

- Y ahí va.

- Ovidio, ¿siempre tienes que ser tan mamón?

- Cuando se pone así si.

- Déjalo, anda triste.

- Si, pero por una mamada. Ni siquiera estamos seguros de que se conozcan. Yo no lo vi en el hospital.

- Bueno, tiene razón.

- No la tiene.

De nuevo me levanté dejándolos ahí.

- ¿A dónde vas?

- Tengo que hacer algo.

Entré a mi cuarto, me bañé y me alisté, para luego salir directo a donde mi gente había dicho sería el velorio. Sé que soy la última persona que ella quiere ver, pero ella es la única que me interesa en este momento.

ℰ𝓃 𝒟ℯ𝒻𝒾𝓃𝒾𝓉𝒾𝓋𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora