"Están e-n-a-m-o-r-a-d-o-s"

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—Harry.

—¿Mm?

—¿Todo bien? —preguntó Hermione viendo cautelosamente la mesa de Slytherin.

El de anteojos asintió sin mirar hacia arriba. Toda su atención estaba en el plato de pollo y papas— ¿Por qué no lo estaría?

Ron rió al lado de Hermione, quien le soltó un codazo a su costado— ¿Todo bien con…Draco?

Harry se atraganto con su comida. Seamus a su lado, le dio repetidas palmadas mientras le acercaba un vaso con agua.

—Guau, yo no creo que esté todo bien.

—¿Qué tiene que ver Draco con todo esto? —dijo mientras daba tragos descuidados a su jugo de calabaza. Seamus rodó los ojos y se llevó su vaso.

Ron se adelantó a Hermione— Tiene cara de crup abandonado y te está haciendo ojitos desde que entraste.

Harry se sonrojó mientras picaba un poco de su pollo. No quería levantar la vista porque sabía que Ron tenía razón.

—Peleamos. Le dije que no quería ir a su casa por navidad y él insistió mucho. —suspiró mientras ocultaba su rostro entre sus manos— ¿Está a punto de llorar?

Ron rió y se ganó otro codazo de Hermione.

Ella contestó— Ehmm… si, podría decirse que si.

—Es un mimado. A veces no lo soporto.

—¡Harry! —Se escuchó el grito de Draco. El llamado rodó los ojos.

—No iré. Yo siempre soy el que lo busca. Es su turno de buscarme.

—Eso, compañero. Impone tu lugar —felicitó Ron.

—No creo que sea lo adecuado. Además, esta llorando por ti—acusó Hermione.

Harry se ofendió— Pero no… ¡no es mi culpa! No es como que le dé todo lo que quiera, ¿sabes?

—¡Harry! —volvió a chillar Draco. —¡Potty, ven!

—Bueeeeno —se lo pensó Ron.

Harry se alarmó— No le doy todo lo que quiere, ¿cierto?

Hermione rió incómoda— La verdad, es que tú siempre lo sigues. No me malinterpretes, él te ve como si fueras lo más importante de su mundo, y tú actúas de la misma manera. No entiendo mucho porque ahora estás enfadado.

Seamus se inclinó para comentar chismoso— Porque Harry quiere que Draco vaya a su casa por las fiestas.

—¡Son problemas de organización! —gritó Hermione mientras Harry le soltó un golpe en la nuca a su amigo.

—Metiche.

Seamus le imitó infantilmente.

—El año pasado fueron primero a su casa y luego a la tuya. Háganlo de nuevo. —obvió Hermione.

—Es simple —Ron puso los ojos en blanco. —Ustedes son dramáticos.

Draco insistió— ¡Potter, por favor!

—Yo no soy dramático —Harry se desesperó y gritó— ¡Ahorita voy, Draco! Shhh.

Por un segundo, todo el comedor se quedó callado, hasta que un pequeño sorbo de mocos atrajo la atención de Harry. Draco estaba con los labios apretados y mano en la nariz.

—Bien. Si tanto te molesta que te hable. —exclamó mientras se levantaba de su asiento y salía del comedor. Pansy soltó una risita por tan usual salida dramática de su mejor amigo.

Harry dejó la discusión— Ay, mierda. ¡Amor! Espera, por favor.

Hermione suspiró— ¿Vieron? Él lo consiente demasiado.

Ron le empujó amistosamente el hombro— Déjalos, son igual de tarados.

—Están e-n-a-m-o-r-a-d-o-s —deletreó Seamus, robando la pieza de pay de Harry.

Ron hizo una mueca de disgusto y Hermione rió aceptando. Tenían razón, Draco es muy mimado pero a Harry le encanta complacerlo. Ambos son unos tarados enamorados.

Mil y una Vez MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora