"Merlín contigo, Draco"

4.7K 605 102
                                    

En el mundo mágico los omegas no son ni menos que los alfa. De hecho, se les considera un poco superiores debido a su sensibilidad mágica y sentidos agudos.

Nadie le había hablado sobre los instintos asesinos que guardaba su omega. Pero en este instante, Harry está seguro que son muy reales y deseables; Parkinson estaba muy pegada al costado de su Draco. De su novio. De su alfa.

—Huele a picoso,—Comentó Hermione, aún siendo beta, su olfato es sensible. Parpadeo repetidamente como si le molestara algo en los ojos. —Harry.

El moreno no le prestó atención y siguió rechinando los dientes. Ron que estaba muy ocupado viendo embelesado a Hermione, suspiró enamorado— Luces muy bonita cuando te preocupas, Mione.

La beta se inclinó y dejó un beso casto en los labios de su alfa y le habló pegada— Cariño, olfatea el aire de Harry.

Su novio estaba tan contento por la acción que asintió y se dispuso hacer rápidamente lo pedido para recibir otra recompensa. Sin embargo, arrugó la nariz cuando el usual olor a madera y mar de Harry, estaba opacado por algo quemado y picoso.

Entró en modo hermano mayor alfa— ¿Qué sucede omega?

Harry soltó más feromonas enojadas, no, furiosas, exaltadas. Estaba a punto de explotar— La jodida Parkinson volvió del intercambio. Seguramente no la soportaron en Beauxbatons, ¡se supone que volvería hasta el final del curso! ¿Qué mierda hace aquí? Estamos a mediados de enero.

Desde el momento en que Harry se reveló como omega, su olor se volvió irresistiblemente tierno para Hermione, quien disfruta de acariciarle el cabello y arrullarlo en sus brazos. Incluso Ron sintió aquella misma conexión con el omega; Harry era el hermanito pequeño que la pareja estaba dispuesta a hacer frente a una maldición.

Pero por ahora, ambos se sintieron alterados y un poco intimidados por el omega.

—Eh, y ¿cuál es el problema? —preguntó atropelladamente Ron. Su novia le pegó con el codo al percatarse de la situación al otro lado del comedor; Draco no apartaba el brazo travieso de Parkinson sobre su hombro, la omega bateó las pestañas coquetamente.

Merlín contigo, Draco, pensó Hermione.

Harry los miró fijamente, no había rastro del dulce y travieso omega que conocen, sin embargo, ronroneo peligrosamente— Mira, alfa. Mira quién está allá causándome daño. Me está rompiendo el corazón ¿Podrías ir darle un buen puñetazo por estúpido? ¿Lo harías por mi, Ron?

La chica abrió los ojos como platos— Harry James Potter, ésta es la última vez que tratas de utilizar tu voz de omega en Ron. ¡Y tú! No te levantes

El alfa estaba a medio camino de ir a partir le la cara a Draco, parpadeó confundido— ¿Qué Harry hizo qué?

El moreno bufó y con mucho enojo se levantó— Bien, lo haré yo mismo.

Hermione tomó el brazo de su novio y lo besó profundamente para distraerlo de los encantos de Harry. El chico le correspondió inmediatamente tomándola desde la nuca, intento rodearle la cintura pero ella lo paró— Sh, alto ahí, campeón. Quiero ver el drama marca Potter que se viene.

Ron asintió pero aún así la sentó en su regazo para continuar almorzando con los ojos bien puestos en la figura de su amigo. Si Draco se pasaba de listo con Harry, aquello no acabará nada bien.

Harry caminaba a grandes zancadas, atravesó en pocos segundos el Gran Comedor.

En cuanto estuvo cerca de la mesa de Slytherin, tomó el cuello del uniforme de Draco y lo jalo para que se separara de Parkinson.

Mil y una Vez MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora