Mil y una Vez Más

"la serpiente jugando con leones"

-Te ves precioso en mi suéter.

Jaló la tela roja hasta ocultar sus manos- Por supuesto.

-Te verías mejor sin él.

Desde el baño, Ron soltó una carcajada escandalosa cuando Harry gritó al caer de la cama.

Hundió la cabeza en la almohada- ¡Cierra la maldita puerta, Weasley!

-¡Es mi habitación, no cerraré la puerta del baño si no quiero!

Draco bufó y se dió la vuelta para encontrar una posición cómoda y dormir una siesta.

Alguien entró-Chicos. Harry, ¿por qué estás en el- Ah, ¿Draco sigue aquí?

El rubio alzó su dedo corazón a Neville- ¿Algún problema, Longbottom?

-Nop. Solo preguntaba.

Era totalmente frustrante que ni un solo Gryffindor tomara en serio sus palabras bordes.

Aunque bien sabe Draco que es su culpa esa situación; salir con el cabecilla de la casa Gryffindor no sería para menos.

Es el novio del Salvador. Intocable para Hogwarts pero el entrenamiento semanal de Gryffindor, porque al parecer todos los leones toman confianzas que él ni en mil años cedería.

Sus amigos de Slytherin se reían durante horas cuando les contaba las estupideces que pasaba. Era la serpiente jugando con leones.

Detrás de Neville, Dean y Seamus llegaron.

-¿Alguien tiene el ensayo de Slughorn?

Seamus también se tiró al suelo- Hola, Harry.

Draco escuchó su voz coqueta-Jódete, Finnnigan.

-Estoy bien, gracias por preguntar, Draco.

Harry rió y se levantó para prestarle sus apuntes a Dean.

-¿Lo copiaste de Draco?

Titubeó- ¿Importa?

Dean arrugó la nariz y rechazó el pergamino- La última vez que te copie la tarea que ya habías copiado a Draco, me quemó la mitad de mis libros.

-Me alegra escuchar que sabias que era yo. Fue totalmente intencional.

Neville terminó de acomodar su planta nocturna a la luz del atardecer- En realidad eres muy bueno como tutor cuando no estás picando el cuello con la varita.

-Soy un experto en los incentivos.

Ron salió del baño -Eres una amenaza.

Draco se reincorporó para encararlo -Aww. Es lo más lindo que me has dicho, Zanahorio.

-Y un imbécil.

-¡Harry! Finnigan me está insultando.

-Seamus, déjalo en paz.

-Que chismoso.

Harry se tiró a la cama, a patadas se acomodó debajo de las cobija y abrazó fuertemente a Draco.

-No molesten a mi novio.

-¡Ya escuchaste, Finnigan! ¡Chupala!

-¿Con esa boca besas a tu madre?

-También muerdo, Thomas.

-Y sabe hacer otras cosas.

Todos los Gryffindors explotaron en carcajadas cuando -de nuevo- Harry fue tirado de la cama.

Draco fingió estar enfadado pero su cara se rompió en una sonrisa. No podía negar que le encantaba esa dinámica burlona, familiar y vulgar; ver la felicidad pura reflejada en la expresión de su Harry, era su recompensa.