"Expecto Patronum"

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...se acerca y hunde sus dedos en el sedoso cabello oscuro. Atrajo su rostro cerca, casi probando su aliento.

—Draco —suspiró.

Él sonrió y acarició sus labios suavemente, tentando.

—Draco, por favor.

Asintió, bajó la cabeza y cerró los ojos para besarlo...pero Harry se retiró antes.

—¡Expecto Patronum!

No sucedió nada distinto. Una muy pequeña sombra plateada hizo presencia en el bosque en forma de un manto proyectado desde su varita, era más diminuta que su último intento.

Su mano tembló, la sombra se desvaneció y Draco dejó caer la cabeza con derrota, su paciencia no es eterna y sus fuerzas estaban agotadas. No sabía si gritar de frustración o tirarse al suelo para llorar de impotencia. Era imposible.

Harry puede hacer su patronus sin importar que estén enojados. Incluso cuando está triste. ¿Por qué Draco no puede?

Era la dependencia. Sucia, tonta y vergonzosa dependencia de Potter. Cuando está junto a él, algo parecido a una serpiente aparece en escena, aunque desaparece demasiado rápido para saber de qué se trata.

Aún recuerda que tenía quince cuando escuchó los rumores de Harry enseñando ese hechizo a los otros alumnos. Había sentido envidia de él, de los otros muchachos también, incluso de los menores. Draco lo había intentado, había pensado en el quidditch, en volar alto por el jardín de la Mansión, pero su recuerdo se vió cubierto por el recordatorio que ya no tenía permitido hacerlo; intentó con otro más, uno de risas con Crabbe y Goyle en cuarto año, no llegó muy lejos al recordar el rostro enfadado y herido de Potter al ver las insignias; luego estúpidamente pensó en el torneo, como fingía felicidad al ver a Potter enfrentar al dragón, pero sabía que había estado preocupado, totalmente aterrado de verlo herirse. En sexto año, ni siquiera había intentado hacerlo, sabía que era inútil.

Escuchó la aparición de alguien y no se movió de su lugar. Lágrimas de frustración caían directamente de sus ojos a la tierra oscura.

Desde hace muchos años, nadie visita este bosque. Está demasiado cerca de las ruinas de la Mansión Malfoy, todos están demasiado aterrados de visitar tierra “maldita” que la evitan. Excepto él y Harry, por supuesto.

—Draco.

No respondió. No podía enfrentarlo después de gritar tantas mentiras en su rostro.

—Mi amor.

Sollozó con dolor. ¿Por qué Potter es así? No guarda rencor, le perdona todo el tiempo y siempre está ahí.

Lo abrazó por la espalda, Draco no se retiró, al contrario, dejó que Harry cargue con su peso.

—Lo siento tanto.

Su novio lo arrulló mientras le hacía caminar hasta los límites del bosque.

—Está bien. No lo dijiste en serio.

Harry lo sabía. Tiene el conocimiento de que las cosas con Draco nunca serán sencillas, pero le ama y está dispuesto a todo por él.

—No te odio, te amo, lo juro. Te amo demasiado. —su voz estaba quebrada. Necesitaba que Harry le creyera— Eres mi patronus.

Susurró palabras de consuelo —Lo sé y tú el mío. Vamos a casa.

Se aparecieron directamente en la habitación, Harry le quitó la incómoda túnica formal y los arropó entre las sábanas.

Draco volvió a llorar sin apartarse un centímetro de su cuerpo— ¿C-cómo lo haces? ¿cómo puedes pensar en algo feliz cuando todo está mal?

Harry no lo pensó— Práctica y muchos recuerdos con tu rostro.

—Pero, ¿cómo?

Suspiró, besó su cabello con ternura— Aprendí a enfocarme en las sensaciones. Tus labios, tus manos suaves, el vibrar de tu risa… puedes intentar justo ahora.

—No puedo —lloriqueó.

—Vamos, mi amor.

Harry hizo un accio no verbal a la varita de Draco que felizmente reaccionó a su toque soltando pequeñas chispas celestes.

Le ayudó a levantarse, aún recargado en el pecho de Harry, Draco se giró un poco para alzar la varita.

—Expecto Patronum.

Nada sucedió, se escondió en su cuello soltando la varita— No puedo.

Harry lo arrulló tomando su mano para sostener de nuevo la varita— Lo haremos juntos.

Se inclinó a su oído, besando su piel suave y susurrando— Piensa en mí, en mis ojos, en mi sonrisa cuando te veo, en aquella vez que nos besamos afuera del Ministerio y creamos el mayor chisme del año. Piensa en nosotros, en nuestras manos entrelazadas, en nuestra piel rozando. En los te amo, los besos, las caricias. Vamos, mi amor.

Draco había cerrado los ojos, disfrutando de los labios tiernos acariciando su piel, con dulzura levantó la mano— Expecto Patronum.

El manto plateado volvió a surgir. Los besos de Harry bajaron a su mandíbula, le premiaba con pequeñas mordidas alrededor de la barbilla.

—Vuelve a intentar.

Frunció el ceño, centrándose en las manos cálidas de su novio. Disfruta los muchos mimos mañaneros, el sexo amoroso y la relación tan íntima que mantienen.

Tomó aire y con una rica calidez en su pecho, exclamó— ¡Expecto Patronum!

Una figura larga y delgada salió de su varita, Harry ya la conocía, siempre pensó que era una serpiente, una pitón tal vez. Pero en esta ocasión, la criatura extendió dos alas emplumadas y salió directamente a deslizarse por los rincones de la habitación.

No parecía estar en su máximo esplendor, pues su brillo era débil y se veía como una imagen vaporosa. Pero era duradera, lo suficiente para hacerlos felices.

—Es… —Harry no tenía idea.

—Un occamy. —susurró embelesado Draco.— Conocí uno a los nueve. Padre me llevó por Oriente de viaje y lo vi durmiendo en una caja de cristal.

—Es muy bonito, Draco.

—Es peligroso, agresivo, territorial y protector.

Con amor, Harry le abrazo por la cintura— Suena a ti.

—Suena a ambos. Tú no eres exactamente él más pacifico.

Rieron. El occamy dio volteretas hasta colocarse cerca de los pies de Harry, parecía analizar su presencia hasta que se recostó entre sus piernas con comodidad. El final de su cola parecía desaparecer entre los pies de Draco, se movía de lado a lado, como si estuviera contento.

—Le agradé.

—Por supuesto que sí, tonto.

Draco suspiró y se tiró de nuevo a la cama. Harry le siguió de cerca.

—Te amo, ¿si?

—Lo sé. Yo también te amo, Draco.

Un par de minutos después, Draco cayó dormido, mientras Harry salió de la casa para tomar aire fresco en el jardín.

Sus padres tuvieron un Patronus complementario y eso es todo lo que él desea. ¿Podría ser posible que perdió aquello que le conecta con James? Tenía curiosidad pura y estaba a punto de aclarar sus dudas.

Cerró los ojos y se concentró en el muchacho más hermoso ante sus ojos. Uno rubio, con ojos grises claros y una sonrisa sincera— Expecto Patronum.

No se sorprendió cuando una brillante serpiente voladora salió de su varita. La veía subir con emoción al cielo y bajar mientras se encogía de tamaño. La dejó descansar en su mano, como un pequeño gusano con plumas. Se desvaneció más rápido que lo hacía el ciervo, pero Harry lo volvió a invocar.

Y desde la ventana de la habitación, Draco sonreía entre lágrimas, completamente seguro que está donde debería estar.

Mil y una Vez MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora