Cap 12

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Revelando el pasado 
Al saber el panorama completo, la situación cambia

Parte 1   

Eris  

Estoy bajando de la azotea para ir al club cuando siento que alguien me jala guiándome hacia el cuarto de sonido del club 

—Pero que haces Ares? —le pregunto pero este no me responde, entramos y me hace entrar de forma brusca —vaya y yo pensé que mis hermanos eran las bestias —este se acerca rápido tomando mi rostro con una mano  

—Por que le diste tu sangre? —yo sonrío, y este aumenta su agarre  

—Enojado?  

—Eris...—sisea —por que se la diste? 

—Porque se me dio la gana —le respondo y aparto su mano —y a ti no te tiene que importar  

—No me provoques Eris —me dice —que si se me da la gana lo mato y te traigo su cabeza —una risa sale de mi y yo camino en círculos pasando mi mano por mi cabello  

—En serio me estas haciendo una escena de celos? —digo mirándolo, todo su cuerpo está tenso —creo que olvidaste que tu no eres nadie para mí  

—Sabes bien que eso no es cierto —me dice acercándose quedando solo a unos pasos de distancia —tu eres mía —me jala de la cintura hacia él, yo lo apartó y le doy una cachetada  

—Yo no soy tuya ni de nadie —le digo con rabia —eso lo perdiste al momento de meterte con la maldita de Afrodita y dejarme a mi como la mala del cuento  

—Que yo no hice eso! —yo no quiero seguir escuchándolo que me dirijo a la puerta cuando siento que me jala y me besa, me aprisiona en sus brazos, lo empujó y araño pero este no me suelta —golpéame todo lo que se te de la gana —dice al separarse —pero eso no cambia que tu por más años que pasen eres mía, desde ese momento que te entregaste a mí —sus ojos están azules como un zafiro, todo mi cuerpo vibra por él, y es que esto es una maldita desgracia, por que tenía que ser mi alma destinada?, recuerdo todo el dolor y decepción que pasé por su culpa, pero también recuerdo los momentos que pasé con él, sus caricias, las batallas en que lo ayude, las noches que pasamos juntos  

Ares no es un dios que te diría cosas románticas ni tiernas, pero si te poseía y marcaba como suya. Dejándole saber a todos que eras de él. 

—Eres un maldito egoísta —susurro con unas lágrimas en mis ojos bajando la mirada —tu no sabes la mierda que pasé, todo el dolor que sufrí —mi voz suena apagada— déjame preguntarte algo Ares —siento sus brazos aflojarse un poco, a lo que yo levanto la mirada —si todo hubiera sido al revés y yo haya sido la que te haya engañado, me perdonarías? — este no dice nada y yo voy retrocediendo —lo ves, no puedes pedir algo que ni tú estarías dispuesto a otorgar —me doy la vuelta para salir y poder llorar un poco pero no llego lejos cuando de nuevo estoy en unos brazos  

—Si lo haría —mis ojos se abren de sorpresa —te perdonaría, te perdonaría todo Eris, porque no puedo ni quiero volver a tenerte lejos de mí —yo no me muevo, solo mi cuerpo tiembla por las lágrimas que hace mucho no derramaba —ganas no me faltaron de matar al maldito de Apolo por querer tratar de estar contigo —quiero alejarme para poder dar la vuelta pero este me lo impide —si me metí con Afrodita fue para protegerte —yo frunzo mi ceño y lo veo de un lado —mi madre quería matarte, a pesar de ser yo dios de la guerra mi poder no se podía comparar con la diosa Hera — el que mencione a su madre me molesta, la diosa Hera, diosa de todos los dioses griegos, esposa de Zeus y la que siempre nos odio por ser dioses mestizos  

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