Cap 31

65 6 2
                                    

Heridas abiertas

Los mínimos golpes pueden abrir grandes heridas

Hela

El viaje como dijo Luka fue corto, pero en estos momentos hubiera querido que durara un poco mas para no enfrentarme al escenario que tengo en frente. El cielo esta teñido de gris, varios autos están estrellados, al igual que hay heridos por todos lados. Varios humanos están temblando de miedo, otros ocultos, mientras que otros...están sin vida en las calles.

—¿Pero qué mierda? — siento el cuerpo de Luka tensarse ya que si para mi es un escenario poco cómodo para él debe ser peor.

Al ver hacia arriba noto como hay varios seres volando, pero a una velocidad bastante rápida, empiezo a caminar en medio de todo el puto disturbio que me encuentro al salir del callejón que esta al lado del club, "el olor a sangre es penetrante", Luka me sigue los pasos no antes de ser derribada por algo alejando al diablo de mí.

—Tiempo sin vernos, Hela —susurra la voz de una mujer, quien clava una especie de lanza cerca de mi mejilla.

—Maldita Valquiria, ¿Cómo mierda es que están con vida?

—Digamos que una vieja amiga tuya nos devolvió la vida —forcejeo para sacármela de encima —pero mira que tu aliarte con los que provocaron nuestra caída, traidora.

—Traidora tú, al aliarte con quien fue la causante de la muerte de tu soberano.

—Hera tiene más fidelidad que tú, que a la primera de cambio te volviste contra tu especie —una sombra aparece dándome espacio para sacármela de encima, al estar de frente veo que Luka esta combatiendo a otras dos —es por eso que jamás aceptábamos a los mestizos, no son de fiar.

—Lo dice quienes son las reinas de la hipocresía —respondo mientras hago aparecer mi espada — ¿o crees que Freya no sabia de tus acostadas con Odín? —grita de ira viniendo hacia mi con su lanza la cual maneja con destreza.

Las valquirias eran las guerreras de Odín, mujeres muy hábiles a la hora de luchar y si bien se proclamaban vírgenes, la verdad es que muchas de ellas no lo eran, caían bajo la tentación de la carne y eso bien lo aprovechaba Odín y varios de sus hijos, la única rescatable era Freya, con quien llevaba una relación amena. Ella glorificaba a quienes morían en batalla, mientras que yo recibía las almas de los mortales comunes, quienes vivían una vida tranquila y plena o quienes se encargaron de simplemente hacer el mal a los demás.

Un grito llama mi atención y es cuando veo a Circe con una herida en su brazo lo bastante profunda, intento ir con ella, pero la valquiria que pelea conmigo no deja espacio para ayudar a mi hermana —¿Qué pasa? Proclamadas diosas, pero ¿no pueden cuidarse solas? — sus palabras son calladas cuando su compañera empieza a sangrar por los ojos, hasta que se clava su misma espada en el cuello acabando su vida —¿qué...? —no la dejo salir de su impresión que un espectro empieza a invadir su interior, con los ojos brillando y esparciendo toda la energía oscura dentro de su cuerpo, veo como se araña y retuerce quedando de rodillas ante mí.

—Lastima que volvieron a la vida —agarro sus mejillas con fuerza mientras la acerco a mi rostro —porque solo les servirá para sufrir otra muerte dolorosa —la suelto cuando toda su piel empieza a deformarse hasta volverse solo una masa negra sin forma la cual toma forma humanoide frente a mi —ayuda a los demás y avísame donde se encuentra cada uno.

—Como ordene —el espectro se mueve dejando a la vista al diablo quien acaba de soltar de sus colmillos a una de las valquirias que lo estaban atacando, viendo a la otra tiene la garganta desgarrada y los ojos bien abiertos.

HelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora