𝑇𝑎𝑘𝑖𝑛𝑔 𝑊ℎ𝑎𝑡'𝑠 𝐻𝑒𝑟𝑠 | 𝐽𝑒𝑛𝑙𝑖𝑠𝑎 𝑔!𝑝

•Capitulo 19•

Lisa Manoban

Observé desde donde estaba parada en la esquina de la habitación, encorvado contra la pared con mis brazos tensos cruzados sobre mi pecho, mis pies uno sobre el otro en mis tobillos.

Me quedé mirando la figura inconsciente que yacía inmóvil en la cama de la enfermería.  Estaba demasiado quieta, su cuerpo no se había movido por sí solo en tanto tiempo que aquellos a quienes había permitido visitarla a menudo la tomaban de la mano y se la colocaban.  Su madre bañó su frágil cuerpo dos veces al día durante la última semana desde que perdió el conocimiento después de que la marqué.

Un ceño fruncido se abrió paso en mi rostro cuando recordé que Jennie se había despertado quejándose de lo sexy que estaba después de que la había marcado.  Mi lobo y yo habíamos estado encantados de que Jennie nos hubiera permitido reclamarla como nuestra y nuestra marca todavía estaba orgullosa en su cuello, las marcas una vez rojas ahora se habían desvanecido en un rosa pálido que permanecería allí para siempre.

El doctor Seok Woo y todos los demás no sabían por qué a Jennie le había dado fiebre de repente.  Habíamos pasado nuestro tiempo en la última semana leyendo libros que pertenecían tanto a humanos como a hombres lobo para buscar algo que pudiera darnos una respuesta de por qué Jennie estaba inconsciente en la enfermería.  Los libros no eran de ayuda como mitad humano, mitad hombre lobo nunca se había escuchado antes, especialmente uno siendo el compañera de un Alfa.  Lo único que podíamos hacer era asegurarnos de que se controlara su temperatura y se sintiera cómoda.

Su madre se sentó a su lado, la mano pálida de Jennie yacía flácida sobre la cama mientras Dowoon pasaba un paño frío y húmedo sobre su frente sudorosa en un intento de ayudarla y hacerla sentir más cómoda.  Liam y Lucas se sentaron en la cama del hospital junto a ella mirando a nada en particular mientras el silencio llenaba la habitación.

Mis ojos nunca se desviaron de donde estaba Jennie.  Observé cómo su rostro se contorsionaba de dolor de vez en cuando, una mueca aparecía en su rostro pálido, los jadeos sin aliento a veces llenaban la tranquila habitación desde donde Jennie estaba sufriendo en silencio.  Mi lobo yacía gimiendo dentro de mí al ver a nuestra pareja.  Nos estaba matando a las dos sin saber qué le pasaba a Jennie, así como darnos cuenta de que no había nada que pudiéramos hacer aparte de estar a su lado y mirar.

La manada sintió que algo andaba mal con su joven Luna ya que sus lobos habían sentido que la conexión que se había formado tan pronto como ella entró en mi territorio vacilaba y se debilitaba.  Bam, quien se sentó con el Doctor Seok Woo, ambos encorvados sobre el escritorio cubierto de papel mientras buscaban algo que nos ayudara.  Bam había llegado aquí la noche en que traje a Jennie y también había estado abriendo la puerta a muchos de los miembros de la manada preocupados que habían traído flores y tarjetas que los niños habían hecho deseándole lo mejor a Jennie.  Fue un gesto reconfortante que agradecí de todo corazón.

Seong Kyeong, la esposa de Seok Woo, cuidó a los que estaban en la sala médica dentro de la casa de manada para que la enfermería pudiera mantenerse vacía, aparte de Jennie y los que la visitaron, que se mantuvo al mínimo.

"Eurgh", gritó Bam con ira cuando mis ojos se movieron rápidamente hacia él.  Bambam, enojado, se pasó las manos por el cabello desordenado mientras miraba los papeles que tenía delante.  Mi Beta le tenía cariño a mi compañera es la sensación de que la veía como la hermana pequeña que nunca había tenido.

"¿Alguna suerte?"  Lucas preguntó como siempre lo había hecho cuando Bam o Seok Woo hacían un ruido de frustración a pesar de que la respuesta era siempre la misma.

Bam le lanzó a Lucas una mirada furiosa mientras gruñía, "no".

Traté de ignorar la punzada de decepción que atravesó el centro de mi corazón.  No estábamos más cerca de encontrar qué le pasaba a Jennie ya que sabíamos cómo tratarla.  No parecía que fuera a mejorar en el corto plazo, ya que no teníamos ni idea de lo que le pasaba.