Crowley jamás imaginó que el infierno y el cielo serían capaces de matar... Y así fue... Aziraphale no existe más para dónde fue una vez su hogar, el cielo...y por lo tanto, ni siquiera para el infierno...
¿Cómo lidiará el demonio su pérdida?...
Só...
Pero en parte, ahora se sentia vacío, pues habia cumplido con lo que se habia propuesto de principio. Ahora, se estaba planteando otra meta...
¿Qué de especial tenia ese principado?
Estaba el tema del demonio. Quería conocer mas acerca de ese demonio.
Además de que...¿Cómo es que conocía su antiguo nombre de ángel?... No era posible. Tenia dudas y esas dudas estaban carcomiéndolo. ¿Era posible que este demonio supiera más y conociera de él? La tentación de acercarse a este y saber más de su pasado estaba gestandose más y más...
Eizira estaba particularmente un poco frustrado por no recordar exactamente lo que le habia pasado. Recordaba estar solo ahí. Pero la presencia de este no estaba en sus recuerdos. Estaba tan confundido. Sus compañeros demonios recordaban su caída. Recordaban el dolor. Pero él...no.
¿Era normal que un caído, no recordara el evento que marcó su vida?....
Sin contar, que se le había encomendado dañar al demonio pelirrojo de la manera que quisiera, incluso a sabiendas de que Hastur le había otorgado esa libertad, no sentia remordimiento por hacerlo. Sentia...odio. Y ahora que se habia acercado a este... Esa sensacion, el odio en si mismo disminuía. Pero esto solo le generaba dudas. Además, ¿Qué era eso tan especial que tenia aquel tipo pelirrojo? Entendia que estuviese "castigado" por su desobediencia (no es que le importara la serpiente, pero no estaba de más investigar sobre ese chico de gafas oscuras, y tenia sus propios asuntos como para recordar lo que él mismo hacía). Un simple chasquido y podria salvar el lugar...se la habia dejado fácil a decir verdad...Y ni siquiera Eizira se explicaba porqué. Quizas el contacto con los humanos estaba ablandandolo... ¿Porqué incluso la arcángel y ese nuevo principado estaban protegiéndolo?. Nuevas dudas comenzaron a surgir. Y de nuevo, remanencias de algún extraño recuerdo como ángel. Una canción. Unos ojos serpentinos.
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Sin embargo, creyó que algo estaba jugandole en contra. Segfuramente debió tener contacto con este demonio en algun momento antes de todo esto y obviamente no lo recordaba.
Sintió una incomodidad en el saco y vió las cosas que había tomado de la librería. El moño, unos lentes...y una carta. Quizás su estadía en la tierra lo hizo algo vanidoso, ¿o quizás el infierno?. ..Como sea, lo tomó por que... Ni el mismo sabía. Se colocó el moño de tartán en el cuello que obviamente no quedaba bien ni le combinaba a sus ropas oscuras. Levemente le llegaban ciertas partes de recuerdos. En especial con el moño. Se acercó a un espejo. Se lo acomodó, viendo que lucia bien. Pero no quedaba con el color de su ropa. Y mucho menos con su aura demoniaca. Quizas probaría con uno de color oscuro en algun momento...
Lo dejó de lado y simplemente decidió acostarse en cama. Aunque le era familiar, no recordaba haber portado con algo así. Siguió con los demás objetos para despues regar un poco a la flor. Trucos de demonio el haberla transportado a donde vivía. No le parecía correcto que esa flor estuviese ahi, quemándose. Sintió que debía tenerla. Algo en esa "patética" flor lo atrajo. Ahora, formaba parte de una nueva decoracion en su lugar de descanso... Su motivo es que esa flor le recordaba a alguien, sin embargo, todo estaba difuso.
