Tear Me Apart

Lunes

Gabriel habia perdido contacto con Michael. Simplemente estaba maldiciéndose en ese momento. Desde el día Jueves simplemente no habia recibido ningún mensaje o llamado de esta después de que platicaron. Y recordando su conversación con ella... El que Michael decidiera por si misma caer y "salvar" a Aziraphale le había parecido más que tonto. Pero sin embargo, Michael no era la única tonta, pues él no pretendia dejarla caer y que afrontara esta situación sola, afrontando una caída que no merece...porque no la dejaría caer. Tenía algo planeado y ahora algunas cosas cobraban más sentido para el arcángel. 

Crowley había llorado demasiado. Estaba un poco más calmado, pero obviamente, ambos no se hablaban. La posibilidad de que ahora Aziraphale este vivo pero como un demonio, no le quitaba las esperanzas a Gabriel. Solo debían hacer que este recordara. Que recordara a Crowley a pesar de la manipulación que era obvia. Solo eso podría explicar la situación. Lo único que no entendía era cómo es que Romel estaba involucrado. Estaba sacando conjeturas...quizás...Romel era algo fundamental. Michael fue lo suficientemente inteligente para no decirle. Pero el trataba de unir puntos, encontrar algún motivo. Solo se le ocurrió que ella fue capaz de sacrificar a un ángel para mantener algo de Aziraphale. O quizás un intercambio. Quizás... el trato que le propuso al mismísimo enemigo de Ella  era algo relacionado a información privilegiada que podría provocar otro apocalipsis. Debió ser algo similar. Algo tan importante para que Lucifer cediera a tal petición...

Sin embargo, aún debía saber donde estaba Romel. Necesitaba saber.

Por otro lado, Romel estaba acostumbrándose a este demonio. No hablaron mucho. Habia una extraña sintonía en ambos que mitigaba las molestías físicas. 

— ¿Debería asustarme de ver a un demonio como tú? ¿Qué pretendes?

Romel no deducía nada de lo que a ambos les ocurría.

Ni siquiera el demonio. 

Los dos en la habitación, pero ninguno con la intención de atacarse.

Y es que, entre las sombras y por primera vez, se probaba la creación de algo distinto y algo que por mucho, Satán había intentado varias veces. Tantas, que jamás creyó posible que ocurriera. La intervención de Michael (que cabe aclarar, Satán jamás contó como opción) le había servido, y de mucho. Una alianza manchada con traición de parte del mismo arcángel que lo venció una vez y lo mandó al abismo.

Tal como Frankenstein, Satán o Lucifer, había logrado adoptar varias formas de vida similares en la tierra, probando e intentando ser igual que quien lo creo a él. Él era el favorito de su amada creadora.. ¿Porqué dejarlo?... ¿Porqué abandonarlo? 

 Por supuesto, su maldición de ser el primer caído y el de mayor rango lo seguían, por lo que cualquier cosa que tocara, aún con buenas intenciones, jamás daría un resultado satisfactorio. Por eso el armagedón nunca se dió. Un ajuste de cuentas entre ángeles y demonios jamás se daría, inclusive pensó que podría ganar... Pero Ella manejaba todo a su gusto...o no todo. Romel era una prueba ferviente de que Lucifer logró aún como mínimo, un avance...

Y por esto mismo, manipular a un ángel que estaba a punto de ser eliminado era una oportunidad que no veía hasta que, por alguna razón extraña, Michael intervino para salvar a un ser del que ella se mofaba. Las cosas habían cambiado demasiado desde que ya no estaba en el cielo.  Y por supuesto que recordaba como Michael junto a Gabriel, desaprobaban a Aziraphale. El principado era alguien cercano a Raphael, con quien Lucifer tenía contacto varias veces, en especial porque tanto Raphael como Lucifer concordaban en varias ideas. Cuestionaban. Y eso no era muy bien visto. A pesar de eso, ni siquiera eran degradados de sus funciones. Pero quien fue degradado a principado fue Aziraphale, al negarse a cumplir con una petición de Gabriel. Algo injusto a los ojos de Lucifer, pero con el tiempo aprendería que cualquier ángel sea lo que sea, haría cualquier cosa para salvar su trasero. Lo vió cuando su grupo de "rebeldes" lo traicionó. Cuando estos lo delataron y algunos ni siquiera dijeron palabra en su defensa. Pero aún así, no iba a permitir que Raphael cayera. De hecho, Raphael ni siquiera debió "balancearse hacia abajo". Ser relegado a un simple demonio con un propósito que él mismo otorgó... Para colmo, su amigo, con quien había entablado ideas y largas charlas en el cielo, ni siquiera lo recordaba. Y seguramente, nunca lo haría. Lo vería como un jefe y así debía ser. Estaba demasiado insensibilizado, contando el hijo que lo repudió...Varias cosas que sucedieron en poco tiempo. Y ahora, podía observar tanto a Romel como a Eizira convivir. Sonreía muy en el fondo al ver esto.