38. Besarte

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Al ser sujetado y besado en la cama, Shen Mu solo pudo respirar con dificultad.

El cuerpo del joven encima de él era saludable e incluso su respiración era larga. Apenas pudo recuperar el aliento, pero Xiao Fan ya le estaba pellizcando la barbilla con una mano, incluso logrando liberar la otra para hurgar su cuerpo sin parar.

—Xiao Fan, espera, espera un momento — Los movimientos del joven no fueron suaves y el lado izquierdo de la cintura de Shen Mu sintió un poco de dolor. La mano que rodeaba el cuello de Xiao Fan le apretó suavemente la nuca —... Déjame recuperar el aliento

Su cuerpo se puso rígido y sus labios se alejaron a regañadientes de los ajenos.
Xiao Fan seguía jadeando con fuerza. Su pecho subía y bajaba bruscamente, su rostro blanco y frío como la porcelana estaba enrojecido de forma anormal y su frente estaba cubierta de fino sudor.

Levantando la manga para limpiarlo, Shen Mu se tumbó de espaldas en la cama de bambú, con su túnica blanca arrugada, frunciendo el ceño con cierta preocupación.

—Xiao Fan, ¿te duele la cabeza?...

—¿Estás llorando? — Las yemas de los dedos de Xiao Fan, secas y cálidas rozaron las lágrimas de las comisuras de sus ojos y la voz del joven, ya baja, se hizo más ronca.

Shen Mu vio que las venas azules en las esquinas de los ojos de Xiao Fan no retrocedieron durante mucho tiempo, y explicó con voz suave —Solo estoy preocupado por ti.

Y también lo siento.

—Si te duele la cabeza, duerme un rato.

La casa acababa de ser arreglada y estaba totalmente equipada para cubrir las necesidades básicas. Shen Mu cogió suavemente una larga y cómoda almohada de la cama y la puso al lado de Xiao Fan, palmeándola dos veces.

—Despertarás mejor…

Antes de que las palabras salieran de su boca, vio que los ojos negros de Xiao Fan parpadeaban con un poco de inquietud mientras lo miraba con una expresión de recelo.

Sintió que la presión volvía a bajar.

—No te estoy mintiendo, realmente no me voy a ir.

Con un suspiro de impotencia, Shen Mu miró su cuerpo y vio que túnica estaba en mal estado, y que incluso su cinturón había sido arrancado de nuevo. Dijo con un poco de dolor de cabeza — Además, ¿cómo voy a salir de la casa en este estado?

Aun cuando sus ojos estaban inyectados en sangre y llenos de fatiga, Xiao Fan seguía negándose a cerrar los ojos.

Temiendo que Shen Mu se sintiera incómodo allí tumbado, le rodeó con los brazos por debajo de la cama y le dijo con rigidez —... No tengo sueño

—Yo soy el que tiene sueño, quédate conmigo un rato.

La cama no era espaciosa y lo poco que quedaba después de acostarse ya era muy limitado. Tras un momento de contemplación, Shen Mu recogió el cinturón que había caído a un lado, bajó los ojos y en silencio utilizó un lado del cinturón para hacerse un nudo en la muñeca. Luego entregó el otro extremo a Xiao Fan, diciéndole  en voz baja —Ahora puedes creerme.

Al aceptar el extremo del cinturón, el joven frunció con vacilación sus húmedos labios y cerró lentamente los ojos.

Sólo después de que su respiración se calmara, Shen Mu tuvo tiempo de pensar en lo que había sucedido hoy y en que había hecho que Xiao Fan perdiera el control de sus emociones hasta el punto de sufrir otro ataque de dolor de cabeza.

Cuando el joven habló, casi siseó en voz baja con todas sus fuerzas. Algunas de las palabras no estaban del todo claras para Shen Mu, solo sabía que Xiao Fan había perdido el control de sus emociones, quizá porque había pensado erróneamente que había abandonado la capital.

El Regente que abdicó después de transmigrar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora