53. Noche

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La sonrojada cara de Xiao Fan estaba cerca y su cálido aliento aterrizaba en la cara de Shen Mu, haciendo que su corazón palpitara de forma incontrolable.

Sus dedos, parecidos a los del bambú, eran largos y delgados y sus puntas engancharon el hilo rojo de la parte superior del peto mientras él sonreía. Una vez más, acercó su cuerpo a Shen Mu, hablando con un poco de persuasión— Póntelo para que lo vea

La sonrisa bajo los ojos del joven no podía ocultarse.

Shen Mu recordó de repente la cara ligeramente distraída de Xiao Fan y la torpeza de sus palabras cada vez que hablaba del peto rojo. Cuanto más pensaba en ello, más se daba cuenta de lo equivocado estaba.

¿Cómo pudo Xiao Fan haber traído tal cosa con él?

Entonces solo había una posibilidad: Xiao Fan sabía que podría utilizarlo después de llevarlo a la residencia real.

Entrecerrando ligeramente los ojos, Shen Mu colocó uno de sus dedos índices contra el pecho de Xiao Fan, empujándolo a cierta distancia de él. Bajando la voz, dijo con un enfado fingido — ¿Ya lo sabías? ¿O enviaste a alguien a seguirme de nuevo?

— Aquella noche, cuando escondiste los planos, metiste por descuido un borrador en mi libro — Xiao Fan se rio ligeramente, levantando la mano para tocar la punta de la nariz de Shen Mu. Su voz era profunda — Aun así, tuve la amabilidad de ponerlo en su lugar.

Shen Mu pensó durante un rato y de repente recordó que sí pudo haber pasado tal cosa. Xiao Fan siempre estaba ocupado hasta tarde en los días previos a su cumpleaños, así que lo esperaba en el Palacio Ming Cheng y añadía algunos trazos a los planos cuando tenía tiempo para hacerlo. A veces, cuando estaba realmente cansado de esperar, simplemente doblaba los borradores y los metía en un libro.

Se había estado escondido como un ladrón durante los dos últimos días, pero resultó que Xiao Fan ya lo había visto.

Cuando su cara empezó a arder de nuevo, Shen Mu apartó la cabeza avergonzado, sin permitir que el joven le besara. Dijo en un susurro—... pequeño mentiroso

— Mi deseo de casarme es real— Xiao Fan se rio por lo bajo. Los movimientos de las manos no se quedaron atrás en absoluto. — ... ¿Puedo?

Aparte del último paso, los dos ya se habían sincerado muchas veces.

El joven se quitó sin esfuerzo la camisa y la faja, y sus largas y delgadas manos se movieron de un lado a otro, haciendo que Shen Mu diera un salto incontrolado hacia arriba— Xiao Fan...

Con los labios calientes y húmedos en su cuello, Shen Mu sólo sintió que el cielo daba vueltas y que su cuerpo estaba fuera de control. La voz compulsiva de Xiao Fan estaba en sus oídos, repitiendo las mismas preguntas una y otra vez. Sus manos le atormentaban sin piedad, exigiéndole una respuesta.

Su respiración ya estaba fragmentada.

Shen Mu apretó los dientes para que no se le escapara la voz y, finalmente, sin poder soportarlo, sólo pudo rodear con sus brazos el largo cuello del joven e intentar relajar su tenso cuerpo.

Con la cabeza ligeramente colgada, las largas y rizadas pestañas de Shen Mu temblaban ligeramente. Había perdido su habitual frialdad y su rostro estaba enrojecido.

— ... Sé amable.

•¤•

El largo cuello de jade se levantó y cayó, y se sintió como un barco en una tormenta. Cualquier lucha sería inútil.

Sus cinco dedos se aferraron la gran colcha roja, se aflojaron violentamente y se volvieron a aferrar. Las puntas de sus dedos estaban blancas por el esfuerzo.

El Regente que abdicó después de transmigrar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora