¿Esto Es Amor? [Midoriya Villano Y Tú]

💚 Capitulo 16 💚

—— ¿¡Por qué lo hiciste!? — Midoriya lanzó los objetos que estaban en su vista, tratando de distraerse y no hacerle algo malo a ella.

—. . . — La chica jamás creyó que sería descubierta, sus ojos se volvieron cristalinos, había sido una tonta, pensó que después de lo que había sucedido entre ellos, todo iba a cambiar, pensó. . . Que su Izuku regresaría. . .

—. . . — Midoriya soltó un suspiro, se estaba cansando de que ella no le contestara, así que hizo un intento por tranquilizarse — ¿A quien llamaste?

Silencio.

— ¡Por un demonio! — Izuku tomó un jarrón y lo aventó justo a un lado de ella, este chocó contra la pared y se convirtió en mil pedazos, la chica giro levemente su rostro cerrando los ojos, ahora más que nunca temía por su vida — Te lo preguntó de nuevo. . . ¿A quien llamaste?

— A mamá. . . — Soltó la castaña con un hilo de voz, todo su cuerpo empezó a temblar y Izuku lo noto, pero poco le importo.

— ¿por qué lo hiciste? — Preguntó nuevamente.

— Quería. . . Que supiera que estoy bien — Izuku rodo los ojos, estaba frustrado, pensar que la mejor noche de su vida había sido arruinada por confiar en ella a ciegas.

Alguien tocó la puerta.

— ¿Qué quieres? — Del otro lado de la puerta habló dabi.

— Es hora — Habló el chico pelinegro.

— Voy enseguida — Dio unos cuantos pasos en círculos pensando que hacer con la chica — Tu te quedas aquí.

Salió de la habitación cerrando la puerta tras salir, le coloco llave, cosa que alarmó a la chica desde hace tiempo el no cerraba la puerta con seguro, corrió donde la puerta y al confirmar aquello solo pudo soltarse a llorar.

Se abrazo a sí misma mientras las lágrimas bajaban por sus mejillas, no pensó que una llamada le haría perder la poco a confianza que tenía el chico en ella, después de unos segundos, la chica pensó ¿Era hora para que? ¿Que demonios harían ellos?.

Sus pensamientos eran tan negativos que ya temblaba, el Izuku actual era capaz de todo, esperaba que no hiciera nada en contra de su clase.

Despues de algunos minutos se recargo en la pared, entre lágrimas y lamentos se quedó dormida debido al cansancio y a la hora.

Se escucharon unos pasos, y luego como intentaban abrír la puerta, sin éxito alguno, fue entonces cuando la castaña se sobresalto, los recuerdos de aquella mala noche vinieron, cuando intentaron violarla, observó la puerta y fue cuando la vio romperse, alguien la había estado golpeando hasta abrirla.

Aún adormilada, se levantó y tomó de un mueble un jarrón, fue ahí cuando vio al bicolor, observarla con detenimiento.

— Eres tu — Corrió y abrazo a la chica, la tomo por la mejillas y observó su rostro como si tratara de asegurarse que era ella.

— ¿Shoto? — Habló la castaña, no lo podía creer, su mejor amigo estaba aquí, con ella, justo en esta habitación.

— Tenemos que irnos — Sujeto la mano de su mejor amiga, y camino a la puerta ahora destruida.

— ¿Y Midoriya? — La chica suguio torpemente sus pasos, no sabía que hacía, seguía sus instintos.

— Está peleando con la clase, quiere asesinar a Bakugou — Se abrió paso y llegaron a la sala de estar donde estaba un portal la chica se detuvo de golpe — Andando no tenemos tiempo que perder.

— Pero. . . — Observó el pasillo por donde habían venido, notando a los guardias y demás en el suelo o congelados — Izuku no quiere que me vaya.

— ¿Qué? — Shoto la observó la tomó por los hombros.

— Si me voy se va a molestar — La chica trago en seco y observó al bicolor — No quiero que se enoje conmigo, no me iré.

— ¿Eres acaso tonta? — Por primera vez en su vida Shoto decir lo que pensaba en realidad — Por favor tenemos que irnos, te pondremos a salvo vámonos.

Intento que la chica caminara, pero no se movió ni un paso.

— Shoto, por favor, Izuku me ama estoy bien, vete — El bicolor negó.

— Por un carajo, Lo que Midoriya te hace al tenerte encerrada no es amor, es obsecion — Vio a la chica y al ver que no la convenceria de irse tuvo una idea — Perdoname. . .

Fue lo último que dijo, para después darle un golpe en la parte de la nuca dejándola inconsciente, la tomó en sus brazos y cruzó el portal pensando en los problemas que vendrían después.

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