¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Natasha se encontraba entrando al área de seguridad, donde mantenían a Loki prisionero.
— Es muy difícil que alguien logre sorprenderme — mencionó.
— Pero sabías que vendría.
— En realidad, esperaba a alguien más — contestó.
Loki dirigió su miraba a la cámara que se encontraba en una esquina superior de su celda, sabiendo que su hermana junto con los demás estarían monitoreando cada momento.
— Después de todas las torturas que Fury se le ocurriera, vendrías a mi como una amiga, como un bálsamo y luego yo cooperaria — agregó.
— ¿Qué le hiciste al Agente Barton? — preguntó la pelirroja.
— Diría que he expandido su mente — respondió con una sutil sonrisa.
— Cuando todo esto termine, cuando seas el rey de la montaña ¿Qué le pasará a su mente?
— ¿Esto será amor Agente Romanoff?
— El amor es para niños, estoy en deuda con él.
— Cuéntame — pidió el Dios que a su vez tomaba asiento en la pequeña banca que se encontraba con él.
Natasha sin más que decir, soltó un suspiro y camino unos pasos para quedar más de cerca Loki.
— Mucho antes de trabajar para Shield, me forje una reputación, tengo habilidades muy específicas me daba igual para que o quien las utilizaba. Un día hice algo que a Shield no le gustó y mandaron al Agente Barton a asesinarme, pero él cambio de decisión — conto.
— ¿Qué harás si te ofrezco liberarlo?
— Sacarte no creo — respondió la pelirroja con obviedad.
— No, pero es interesante. Tu mundo ahora depende de un hilo y tú buscas salvar a un hombre.
— Regímenes van y vienen — mencionó — No es algo que me afecte mucho, soy de Rusia o bueno era.
— ¿Y qué eres ahora?
— En realidad no es complicado, estoy en números rojos con él. Tengo que saldar mi deuda.
